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Esta es una de las personas más buscadas en internet del mundo (aunque a ti ni te suene su cara)
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RETRATO DEL ESTADO DEL SECTOR

Esta es una de las personas más buscadas en internet del mundo (aunque a ti ni te suene su cara)

La mala fama de la industria, unida a la caída de los cachés, nos lleva a un porno atomizado

Foto: La modelo de pasarela Lana Rhoades. (Twitter)
La modelo de pasarela Lana Rhoades. (Twitter)

Se llama Lana Rhoades, tiene 26 años y nació en Chicago (EEUU). Según los datos anuales que acaba de publicar Pornhub, la mayor web de entretenimiento para adultos, es la actriz porno más buscada del mundo. Lo curioso es que Rhoades ejerció como actriz dos años, entre 2016 y 2018, y desde entonces solo se refiere a la industria para señalar los horrores por los que tuvo que pasar cuando ni siquiera había cumplido los 21.

"Fue una experiencia traumática para mí", explicó en su pódcast 3Girls 1Kitchen. "No voy a decir que todas las escenas que hice fueron horribles, pero sí que en cinco o seis de ellas lo pasé francamente mal. Es más, mientras hablo ahora, me siento aún en negación, hay cosas que me resisto a asumir que han sucedido. No es normal que a una chica de 20 años le obliguen a beberse la orina de un hombre mayor, por citar un ejemplo. Incluso tenía que hablar con un psicólogo antes de algunas escenas, solo para poder ir al rodaje".

Foto: Enigma 69 fue el reclamo de la segunda jornada de la Kings League. (KL)

Rhoades abandonó la industria del porno con 22 años y 100.000 dólares en su cuenta. Hoy trabaja como modelo de pasarela y tiene una cuenta en OnlyFans que le ha hecho multimillonaria. Allí graba lo que quiere, con quien quiere y cuando quiere. "La industria del porno sigue tentándome, cada semana, porque sigo arriba en las búsquedas después de varios años retirada, pero no volvería a mi status anterior por nada. Es más, estoy más cerca de comprar los derechos de mis vídeos para borrarlos que de regresar", dice.

El caso de Rhoades sirve como paradigma del estado del porno: mientras que la demanda no ha dejado de crecer desde los años 70, la industria da síntomas de descomposición. Lejos quedan nombres como Rocco Sifredi, Ron Jeremy, Jenna Jameson o Linda Lovelace, estrellas que superaban el tabú en torno al cine para adultos para convertirse en sus mejores embajadores. En el porno actual, el que llama la atención tiende a salir de la rueda para establecerse por su cuenta. Esto da lugar a contradicciones como que la actriz porno más buscada del mundo sea una que lleva cinco años fuera de la industria.

placeholder La exestrella del porno Jenna Jameson. (Reuters)
La exestrella del porno Jenna Jameson. (Reuters)

Un porno sin cara

Para comprender qué está sucediendo en el sector de la pornografía basta con fijarse en sus fuentes de ingresos. Desde hace un siglo, el porno ha vivido de la venta de productos: primero revistas, después VHS y DVD y finalmente suscripciones online. Este último modelo, el único capaz de garantizar el tamaño de megacorporaciones como Private, Vivid o Larry Flynt Publications en su transición al digital, fracasó por una obviedad: en internet hay demasiado porno gratis.

A medida que el porno en internet vivía un boom (¿ha dejado de estarlo alguna vez?), los ingresos se han movido hacia el porno digital y gratuito. Se acabaron los megacontratos como el de Jenna Jameson, que a finales de los años 90 cobraba 60.000 dólares por cada película. Puede parecer poco, pero en el porno se rueda a toda velocidad: Jameson, una de las actrices menos prolíficas, tiene acreditadas 119. Otras, como Nina Hartley, una de las estrellas del porno en los 80 y 90, participó en 938 producciones. Entre las dos, participaron en más premieres que todo Hollywood.

El consumo se ha acelerado y la sociedad ya no demanda un arco narrativo en el porno

Pero los hábitos de consumo se han acelerado y la sociedad ya no demanda un arco narrativo en la pornografía. En su lugar, se ruedan escenas desconectadas, que van directamente al internet en abierto. Los cachés han caído tanto que a un actor porno puede salirle más rentable grabar un vídeo casero con su pareja que un día de rodaje con una gran productora, ya que a los grandes portales como XVideos o Pornhub puede acceder cualquiera: basta con grabar una escena casera y firmar el consentimiento para darle a tu suegra el susto de su vida.

Pese a que apenas se venden revistas y DVD, el tráfico del porno —tres webs (Pornhub, Xvideos y XXX) están entre las 20 más visitadas del mundo— crece por encima del 5% anual desde 2013 hasta facturar en torno a 97.000 millones de dólares al año. Un negocio mayor que el de todas las ligas de deporte profesional de EEUU juntas, pero al que apenas ponemos cara.

Si a comienzos de siglo, tras el fiasco de las suscripciones, el problema era de dinero, ahora es reputacional.

Dinero sucio

Nadie quiere ser la cara de un negocio al que se ha acusado de abusos, violaciones, contactos no consentidos, presencia de menores, discriminación por género o explotación laboral en los últimos años. La pornografía siempre ha tenido enemigos, lo nuevo es que ahora vienen de dentro. La lista de las actrices más buscadas está trufada de profesionales que han salido del sector echando pestes, aunque ninguna ha llegado al nivel de Mia Khalifa.

La exactriz libanesa Mia Khalifa ha llegado a pedir públicamente a las mujeres que no se hagan actrices porno, bajo ninguna circunstancia. "Yo llegué al porno buscando validación. Aquellos hombres tan guapos me decían que estaba preciosa... ¡Ellos jamás me hubieran prestado atención si no fuese actriz porno! Luego entendí que lo que necesitaba era ir a terapia, no hacer porno", explicaba. Khalifa incluso promovió una iniciativa en 2020 para que se retirasen sus vídeos de internet que fue firmada por dos millones de personas.

Parte del cabreo de los actores tiene que ver con la estructura del mercado. Un solo player, Mindgeek, dueño de Pornhub, Youporn o Brazzers, acumula un tercio de los sitios más visitados del mundo. "Tener un solo comprador está presionando a los productores para bajar el precio de sus películas", escribe la doctora en Economía Marina Adshade en su libro Dollars and Sex: How economics influences sex and love. "Este monopolio ha reducido los ingresos de las productoras, pero sobre todo ha tenido un efecto devastador en los actores, que ahora se ven presionados para aceptar cosas que antes, en un mercado abierto, se permitían rechazar. Y por menos dinero", continúa Adshade.

placeholder La exactriz Mia Khalifa durante una entrevista. (Twitter)
La exactriz Mia Khalifa durante una entrevista. (Twitter)

Con los actores denunciando las malas artes del sector, el debate se ha centrado en la ética de la industria. El pasado verano, The New Yorker publicó una investigación en la que demostraba que Mindgeek ha aceptado durante años vídeos de menores y personas que no habían dado su consentimiento en sus páginas. Pese a que la industria considera estas acusaciones "la punta del iceberg" del porno, fueron suficientes para forzar la renuncia del CEO y el Jefe de Operaciones de Mindgeek, descabezando a un gigante de 1.400 empleados y una facturación que equivale a 4 veces la de Netflix.

Así, la última tendencia en el porno es… el porno ético. Aunque suene a oxímoron, se trata de un movimiento que trata de poner en el centro de la ecuación los derechos de los trabajadores. Ha de cumplir tres condiciones: que se desarrolle bajo consentimiento en un lugar seguro, en especial para las actrices, que se remunere de forma digna a todo el equipo y, por último, que el contenido sea ético en sí. "Hay una parte del porno que está basado en los abusos sexuales, aunque sean fingidos, y otra que son venganzas de exparejas. La mirada masculina lo impregna todo. Nosotros queremos hacer una pornografía más estética, hecha por personas que se preocupan del impacto de lo que están haciendo", afirma a Vice Lilly Sparks, dueña de Afterglow, una de las páginas de porno ético más visitadas.

El gran debate en el mundo del porno no es sobre actores y actrices, sino sobre ética

Otro de los mantras del porno ético, quizá el más controvertido, sostiene que no habrá un sector libre de abusos y explotación mientras los clientes no se rasquen el bolsillo. Actrices como Rhoades o Khalifa apuestan por OnlyFans como alternativa ético-onanística a las grandes webs, si bien los casos de acoso por parte de los suscriptores son cada día más habituales y a menudo los creadores de contenido se ven obligados a ir más allá de lo que querrían con tal de no perder suscriptores.

"No es perfecto, pero sí es la forma más directa de pagar directamente a los creadores de contenido", dice a Bustle Cindy Gallop, dueña de MakeLoveNotPorn, una plataforma de "pornografía social" de rápido crecimiento. Gallop, para muchos el futuro de la industria pornográfica, aboga por una pornografía de cuerpos reales donde los usuarios envían sus vídeos con el objeto de "ser parte del porno que quieres ver". Esta circunstancia fue clave durante la pandemia, ya que las restricciones para filmar impidieron que las grandes webs se actualizasen, mientras que MakeLoveNotPorn, al nutrirse de parejas, experimentó un enorme crecimiento. Hoy Gallop, cabalgando la ola woke, dice que su objetivo es que el sexo de su web sea tan real que la gente no tenga miedo a compartirlo en redes sociales.

Se llama Lana Rhoades, tiene 26 años y nació en Chicago (EEUU). Según los datos anuales que acaba de publicar Pornhub, la mayor web de entretenimiento para adultos, es la actriz porno más buscada del mundo. Lo curioso es que Rhoades ejerció como actriz dos años, entre 2016 y 2018, y desde entonces solo se refiere a la industria para señalar los horrores por los que tuvo que pasar cuando ni siquiera había cumplido los 21.

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