El nuevo filón de los creadores de Hawkers son estas clínicas 'low cost' de injertos de pelo

De las gafas de sol made in China que anunciaba hasta Messi a los injertos capilares low cost. Es el inesperado viraje que han dado tres de los fundadores de Hawkers que están detrás de The Profile Clinic, un centro de "medicina estética y capilar" que lleva funcionando en Madrid desde hace solo cuatro meses y cuyo objetivo, según aseguran en su web, es ayudar a los pacientes a "alcanzar su mejor versión". Su carta de presentación son cientos de reviews positivas, una lujosa clínica en el distrito de Salamanca, discurso aspiracional y un equipo médico liderado por el doctor David Sampayo, reconvertido a gurú de la cirugía estética y capilar. La demanda de injertos capilares en España no para de crecer y los ex de Hawkers han visto en ella su nuevo filón.

The Profile Clinic es una filial de la compañía de inversión Hawkers Founders Team, creada en 2021 por dos de los cuatro cofundadores de Hawkers, Ignacio Soriano y Pablo Sánchez (los otros dos, los hermanos Alex y David Moreno, no están vinculados), y por el que fuera uno de los primeros empleados y director general de Hawkers, Francisco Pérez, destituido por el venezolano Alejandro Betancourt a finales de 2018 durante el "proceso de profesionalización" de la firma de gafas. Isabel Delgado, antigua directora de Comunicación de Hawkers, figura ahora como "cofundadora" de la clínica.

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Contactada por este diario, Delgado prefiere no ofrecer declaraciones por tratarse de un proyecto "muy incipiente, llevamos unas semanas, todavía no es el momento para entrar en una fase de medios", según señala por escrito. Francisco Pérez tampoco ha respondido a las peticiones de información. Una visita al centro como si fuéramos un cliente cualquiera sirve para conocer algo más sobre el nuevo negocio de los ex-Hawkers.

Ubicada en un bajo en el número 25 de la calle O'Donnell, justo entre el distrito de Salamanca y el de Retiro, la zona es lo suficientemente selecta como para transmitir una idea de exclusividad, pero sin atarse a los emplazamientos más prohibitivos del barrio. En lugar de en una clínica, uno parece estar entrando en un estudio de arquitectura de lujo, rodeado de lámparas y mesas de madera maciza, libros del fotógrafo de moda Peter Lindbergh y decoración minimalista. Con múltiples salas de consulta, en una de ellas hay un quirófano propio, donde realizan injertos capilares e intervenciones de estética como inyecciones de bótox y bichectomías, una técnica que consiste en extirpar las bolas de bichat, una capa de tejido graso en las mejillas cuya eliminación estiliza el perfil de la cara, pero que, mal ejecutada, puede suponer infecciones de boca y otras complicaciones.

En internet, The Profile Clinic respira un tono aspiracional en el que se nota el sello Hawkers. Su web no ofrece información del equipo médico detrás ni de los medios técnicos, pero dedica una parte central a las reviews positivas. Se trata en realidad de 130 reseñas del Dr. David Sampayo en su otra clínica de Valencia, 100% de su propiedad. El nuevo centro en Madrid, de momento, solo cuenta con seis opiniones, dos de ellas de los cofundadores de Hawkers Ignacio Soriano y Pablo Sánchez, y otra del exempleado de la firma de gafas David Zafra. En Instagram hace sorteos, muestra fotos de modelos, de las instalaciones y del Dr. Sampayo, que también cuenta con un perfil activo desde noviembre de 2020 en el que construye su imagen y marca personal con fotos posando, trabajando o concediendo entrevistas en radios locales.

"Es muy difícil ofrecer un injerto con garantías cobrando 2.000 o 3.000 euros"

Esta cuidada apariencia de servicio exclusivo contrasta con sus precios. Un injerto capilar completo para alguien que viva en Madrid sale por unos 3.500 euros, incluyendo seguimientos y la aplicación posterior de tratamientos de plasma. "Nunca será superior a los 4.000 euros", asegura uno de los miembros del equipo médico que nos recibe. Es una tarifa plana, asegura, no importa el tamaño del injerto o el número de folículos a trasplantar. Si el cliente proviene de fuera de Madrid, el tratamiento sale más barato, alrededor de 3.000 euros, incluyendo noches de hotel y desplazamientos. El precio es menor, explica, porque buena parte del seguimiento tras el injerto se realizará en una clínica local del lugar de procedencia del paciente.

Las tarifas entran de lleno en el segmento low cost de los injertos capilares en España que, desde el final de la pandemia, viven un enorme boom, especialmente en las grandes ciudades. Mientras un tratamiento en un centro de referencia con más de una década de actividad no suele salir por menos de 8.000 euros, en ciudades como Madrid es fácil encontrar otros que aseguran ofrecer lo mismo por la mitad o incluso bajando a los 2.000 euros. Algunos profesionales del sector avisan de lo que hay detrás de estos precios.

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"En Madrid debe haber ya unas 50 o 60, y el 90% son low cost. Es muy difícil ofrecer un injerto con garantías cobrando 2.000 o 3.000 euros", explica a este diario Sergio Vañó, dermatólogo, cirujano capilar y director de la unidad de Tricología del Hospital Universitario Ramón y Cajal. "Hay una competencia brutal, y muchas optan por ir por volumen y rebajar precios. Otras se disfrazan de lo que yo llamo high level, pero en realidad son low cost. Recurren, por ejemplo, a personas famosas, futbolistas, políticos o artistas, a los que ofrecen el tratamiento gratis a cambio de usar su imagen con fines publicitarios. Nosotros tenemos estrictamente prohibido desvelar ningún dato de los pacientes", explica Vañó, que ejerce también de director de la unidad de Tricología y Trasplante Capilar de la Clínica Grupo Pedro Jaén, en Madrid.

Consultado por este diario, el Dr. David Sampayo huye de la etiqueta low cost y corrige la información ofrecida por sus empleados. "Estamos empezando y probando diferentes tarifas y packs. Es posible que ahora al comienzo haya algunas ofertas, pero nuestro injerto no baja de los 4.000 euros. A eso hay que añadir el pre y posoperatorio y otros seguimientos, por lo que un tratamiento rondaría los 5.500 o 6.000 euros. Ofrecemos un servicio de altísimo nivel, el equipo médico, el quirófano, el instrumental, el seguimiento 24x7, el espacio, el diseño, la imagen... Es una experiencia prémium. Además, Hawkers Founders Team nos da apoyo en todo el frente tecnológico, usamos nuestro propio software y tendremos una aplicación que el paciente podrá usar para hacer todo el seguimiento", explica.

Sampayo, de 37 años, cuenta con más de ocho años de experiencia en cirugía capilar, tanto en su propia clínica en Valencia como en otras privadas, aunque en su perfil profesional online solo aparecen cuatro años. "Lo tengo desactualizado", aclara. Finalizó la licenciatura de Medicina por la Universidad de Valencia en 2016 (la inició en 2011) y cursó un año de especialización en medicina estética en 2017 por la Universidad Complutense de Madrid. Antes de eso, trabajó seis años como policía militar y mánager en el Ministerio de Defensa, para alternar luego sus estudios de Medicina con los trabajos de especialista en marketing y conductor de coches en Red Bull.

"Ven esos precios, se operan, no reciben tratamiento médico y se les sigue cayendo el pelo. Normal, el injerto no te cura la alopecia"

"Conocí a los fundadores de Hawkers a través de un amigo común, les propuse invertir en este proyecto y aquí estamos, ahora somos socios. Para mí es un sueño tener este proyecto en Madrid y, si todo va bien, pensamos saltar a otras ciudades", señala Sampayo, que realiza servicios de cirugía capilar y también tratamientos e intervenciones de estética.

Su clínica se une ahora a los cerca de 100 centros que ya operan en la capital, una "sobresaturación", señala Vañó. "Hay tantos que se está creando la idea de que hacerse un injerto capilar es como salir a tomarse unas cervezas. Hablamos de una intervención quirúrgica de ocho horas", recuerda. "Mucha gente cree que el injerto es sustitutivo de un tratamiento médico. Ven esos precios, se operan, no reciben tratamiento médico y se les sigue cayendo el cabello. Normal, el injerto no te cura la alopecia".