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He tenido que romperme el brazo y la muñeca para descubrir esta ingeniosa bola giroscópica
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"ESTA PELOTA ES MUY VICIOSA"

He tenido que romperme el brazo y la muñeca para descubrir esta ingeniosa bola giroscópica

Se llama PowerBall y lleva existiendo desde hace décadas, pero su popularidad se ha disparado ahora al calor de Amazon y las redes sociales. Este 'gadget' deportivo promete curarte lesiones. La realidad es muy diferente

Foto: La pelota giroscópica PowerBall. (Sergio Beleña)
La pelota giroscópica PowerBall. (Sergio Beleña)

"Mira, agarra, esto te pone el brazo como un tronco". Eso fue lo que dijo mi médico rehabilitador medio en broma medio en serio antes de tenderme una bola fosforita que no había visto en mi vida. Es un 'gadget' que ha generado tal nivel de curiosidad que incluso se han publicado sesudos 'papers' matemáticos sobre la física detrás del aparato. Se llama PowerBall y hasta hace un par de semanas desconocía que una "bola giroscópica" podría ser útil para fortalecer los músculos. Lo malo es que he tenido que romperme el brazo y la muñeca para descubrir (y entender) su funcionamiento y, de paso, comprobar que esta pequeña pelota es la culpable de una sorda pelea entre cirujanos y traumatólogos. Unos la equiparan al nivel de un crecepelo, otros creen que es uno de los inventos deportivos más ingeniosos de los últimos años.

Primero, los dolorosos hechos (literalmente). El pasado 25 de junio, tras una aparatosa caída practicando deporte, me confirmaron la peor noticia, rotura de radio y de un hueso de la muñeca llamado ganchoso, además de múltiples edemas en la mano y fracturas trabeculares (de menor grado) de otros huesos del carpo, como el semilunar. Baja laboral, adiós al verano y un duro proceso de rehabilitación por delante del que solo han transcurrido dos meses. A mitad de esa tortura, mi rehabilitador, alguien al que acudí justo por rechazar 'magufadas' como la magnetoterapia, pronunció la frase mágica: "¿Conoces la PowerBall?"

Foto: Pedro Domingos. (Universidad de Washington)

La verdad es que no, no la conocía. A los pocos minutos ya estaba buceando en artículos, 'papers' y vídeos en busca de información y a las pocas horas ya la había pedido por Amazon. Apenas un día después, ya estaba girando en casa esta especie de bola del espacio. Mi fisio aseguró que, dada la evolución de mi lesión, podría empezar a usarla sin problema. Eso sí, de forma muy suave, solo unos pocos minutos al día. ¿Qué podría ir mal? En realidad, muchas cosas: pronto descubriría que la PowerBall no es para todos.

Para entender el porqué, primero hay que entender su funcionamiento, tan sencillo como chocante. Se trata de una esfera con un giroscopio en su interior que hay que arrancar con una cuerda (para los modelos manuales) o con los pulgares (para los modelos con 'auto-start'). Al sujetar la bola con la mano y rotarla con movimientos giratorios de la muñeca, esta se acelera y genera una fuerza centrífuga de hasta 20 kilogramos. La resistencia es la que, en teoría, sirve para fortalecer en bloque todos los músculos y ligamentos del antebrazo y la muñeca. La sensación al usarla es algo así como intentar controlar un objeto que ha cobrado vida para evitar que salga disparado por la ventana como un misil. Todo el esfuerzo lo hace tu muñeca y antebrazo, y esta es una de las claves: solo puedes mover la muñeca, nunca el codo o el brazo.

Lo curioso de este mecanismo, su precio asequible (el modelo más fiable ronda los 30 euros), la recomendación de cada vez más traumatólogos, cirujanos y fisios y, sobre todo, la viralidad de internet y las redes sociales, ha hecho que la popularidad de las PowerBall se dispare en los últimos años pese a que (spoiler) esta pelota existe desde los años 70 (más sobre esto en breve). Y es aquí donde llega el terreno pantanoso.

Entras en YouTube y ves decenas de vídeos de deportistas, influencers (la mayoría pagados por los fabricantes) y, básicamente, cualquiera con una conexión a internet, recomendando las PowerBall para generar masa muscular estando sano o curar el codo de tenista. Vas a la web de una de las marcas y lo recetan para casi todos, desde astronautas a pacientes con síndrome del túnel carpiano a escaladores o empleados con trabajos muy manuales. Y acabas conociendo a personas que dicen usar esta bola todos los días durante más de 20 o 30 minutos, algo que, en teoría, podría llegar a dañar los músculos y ligamentos.

"Hay mil patologías en la muñeca y es muy importante usar este aparato de forma adecuada. Nosotros lo recomendamos, es muy bueno, pero solo para pacientes que ya han superado una lesión y están en fase de fortalecer antebrazo y muñeca. Si aún tienes dolor, te lo puede agravar", explica en conversación telefónica Àngel Ferreres Claramunt, doctor en medicina y cirugía del Institut Kaplan en Barcelona, uno de los primeros en nuestro país en especializarse en mano y muñeca. Su colega, Marc García-Elías, considerado uno de los pioneros y referentes en cirugía de muñeca en España, publicó el único estudio científico a nivel mundial sobre la PowerBall escrito por cirujanos. Sin embargo, solo estudiaron a 10 pacientes sin lesiones, por lo que las conclusiones son limitadas.

"Demostramos que, en personas sin lesiones, esta herramienta aumenta la resistencia muscular, pero no la fuerza. Es decir, vas a ser capaz de realizar un esfuerzo durante un tiempo más prolongado, pero no vimos aumentos significativos en la fuerza o la masa muscular", explica Claramunt. Miguel del Cerro, especialista en cirugía ortopédica con 30 años de trayectoria (12 al frente de la unidad de cirugía de la mano del Hospital Gregorio Marañón) es aún más optimista respecto al uso de la PowerBall.

"Fíjate, yo lo conocí hace 10 años por uno de mis hijos, que es muy deportista, y lo empezamos a probar en los postoperatorios para mejorar la movilidad. Hay personas que las mandas al fisio y les cuesta ir, son muy vagas y no se dan cuenta de la importancia de los ejercicios. Pero, como digo yo, esta bola es muy viciosa, a la gente le gusta, se la lleva, y comprobamos que lográbamos mejorar su movilidad de forma significativa. Nosotros lo recomendamos mucho como tratamiento", señala del Cerro, cuya clínica ha desarrollado un protocolo para explicar bien cómo usarlo, cuándo y con qué tipo de lesión concreta.

Este es el gran malentendido que el marketing y los intereses comerciales están generando con el producto: ni vale para todos los pacientes ni tampoco para todas las lesiones. "No existe ninguna evidencia científica para la mayoría de los beneficios que se le atribuye a la PowerBall. Yo lo recomiendo solo para dos tipos de pacientes, los que están sanos y quieren mejorar la precisión, movilidad y tonificar músculos, o los que han tenido lesiones, pero como un complemento a un tratamiento de rehabilitación en paralelo y con seguimiento profesional", explica Sergio Martínez, cirujano de la mano en el Hospital Beata (Madrid) y responsable de la unidad de mano pediátrica en el Hospital Universitario Niño Jesús. Por supuesto, esto mismo se puede hacer sin una bola giroscópica, pero requiere más tiempo y paciencia, ir músculo a músculo y un seguimiento por parte de un profesional.

placeholder La PowerBall. (Sergio Beleña)
La PowerBall. (Sergio Beleña)

No todos creen en las bondades de la PowerBall. "Lo puedes poner así, tal cual: para mí está al nivel de un crecepelo, de las pulseras Rayma de cobre. Me parece otra chorrada más del mercado. Si crees en ella la usas y te va muy bien, si no crees en ella, usas la bolita de goma y también te va muy bien. Y si no crees ni en una ni en otra, la echas un par de pelotas y también te va muy bien. Es todo muy comercial y una manera de que el paciente haga cosas", explica a este diario el Dr. Francisco del Piñal, considerado uno de los cirujanos de mano más prestigiosos a nivel internacional y con un currículo más extenso que una rehabilitación. ¿Cómo puede haber semejante discrepancia entre profesionales de alto nivel sobre un aparato tan sencillo y popular como este?

"Bueno, esto es muy común en medicina, ¿eh? Cada uno pinta la guerra como le ha ido. Nosotros hemos tratado y operado un enorme volumen de pacientes a los que les ha ido muy bien la PowerBall. Si tienes poco volumen de pacientes, pues igual es otra historia...", señala Miguel del Cerro. "No tiene sentido ser tan categórico y tajante. Es verdad que esta bola no te va a curar un nervio dañado, o te operas o nada. Pero si has superado una operación o estás en plena rehabilitación, es una herramienta más que te puede ayudar, un complemento a todo lo demás", explica Martínez.

Es normal que surjan dudas. Saber quién está de verdad detrás de este invento es casi misión imposible, lo cual resta confianza y credibilidad. En la actualidad, un único fabricante con sede en Taiwán, NanoSecond Technology (NSD), ha ido comprando y adjudicándose patentes en medio mundo, creando sociedades en Irlanda (RPM Power) y EEUU (Yahigh LLC) para comercializar las dos principales marcas: NSD Spinner y PowerBall. Pero hay decenas de copias y versiones alternativas. Incluso Xiaomi lanzó en 2018 su propia PowerBall llamada Yunmai por solo 10 euros. También descoloca que, en realidad, la PowerBall comenzó a venderse ya a mediados de los 70 (ver vídeo debajo), solo que entonces se llamaba DynaBee y lo fabricaba una empresa estadounidense llamada DynaFlex, hoy dedicada... a la ortodoncia. Lo que vino después fue una guerra de patentes por las marcas que ha acabado ganado un puñado de fabricantes chinos y taiwaneses.

Poner un giroscopio dentro de una esfera es algo que cualquier fabricante de Shenzen puede hacer por unos pocos euros, la clave hoy en día es el término, PowerBall. Es lo que vale dinero y se ha convertido en sinónimo de 'pelota giroscópica mágica que puede convertir tu brazo en indestructible'. El marketing engañoso y las redes sociales han contaminado la idea, pero la evidencia médica demuestra sin lugar a duda que este mecanismo es útil para determinadas patologías.

placeholder La PowerBall. (Sergio Beleña)
La PowerBall. (Sergio Beleña)

Si has tenido una lesión de codo, mano o muñeca, consulta con tu traumatólogo, cirujano y rehabilitador, él o ella te dirán si merece la pena usarlo, cuántas veces al día y cómo exactamente. Si te lo recomiendan, en internet encontrarás decenas de modelos, marcas y copias. Todos hacen lo mismo, solo cambia el fabricante, con más o menos experiencia en el sector.

En mi caso he estado usando durante dos semanas la PowerBall de RPM Power, con 'autostart' (mejor que la manual, acabarás perdiendo la cuerdecita de arranque) y va a la perfección. No optes por un modelo más barato, no merece la pena. Yo he notado una mejoría en la resistencia y fortaleza del antebrazo que me debería ayudar, entre otras cosas, a volver a conducir antes de lo previsto. Por lo demás, es cierto, no obra milagros, y tal vez esa sea su gran ventaja, hacer más divertido un largo y angustioso proceso de rehabilitación. Darte la pequeña ilusión de que, dentro de unos meses, con suerte, no la volverás a utilizar.

"Mira, agarra, esto te pone el brazo como un tronco". Eso fue lo que dijo mi médico rehabilitador medio en broma medio en serio antes de tenderme una bola fosforita que no había visto en mi vida. Es un 'gadget' que ha generado tal nivel de curiosidad que incluso se han publicado sesudos 'papers' matemáticos sobre la física detrás del aparato. Se llama PowerBall y hasta hace un par de semanas desconocía que una "bola giroscópica" podría ser útil para fortalecer los músculos. Lo malo es que he tenido que romperme el brazo y la muñeca para descubrir (y entender) su funcionamiento y, de paso, comprobar que esta pequeña pelota es la culpable de una sorda pelea entre cirujanos y traumatólogos. Unos la equiparan al nivel de un crecepelo, otros creen que es uno de los inventos deportivos más ingeniosos de los últimos años.

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