Los 'riders' contratados se organizan contra Glovo y montan su primer comité de empresa

Cuando la 'ley rider' estaba a punto de entrar en vigor, Glovo anunció cómo se adaptaría a la regulación. Incorporaría a su plantilla al 20% de los 'riders', unos 2.000 repartidores que darían servicio a su red de supermercados fantasma. Otros 8.000 seguirían como autónomos. El modelo siempre ha estado bajo la lupa, tanto dentro como fuera del sector. Lo que no se esperaba es que fuesen los 'riders' con contrato los que se amotinarían y organizarían contra la plataforma para montar el primer comité de empresa. Algo que ha ocurrido en la noche de este miércoles después de que los trabajadores de la compañía en Barcelona aprobasen tras dos días de votación esta medida.

TE PUEDE INTERESAR

Glovo cambia su funcionamiento y mete en un lío legal a supermercados y restaurantes

Michael Mcloughlin Manuel Ángel Méndez

Los empleados que han decidido agruparse y escoger a sus representantes ante la dirección pertenecen a las ocho 'dark stores' que la 'startup', ahora propiedad de Delivery Hero, tiene en la capital catalana, donde hay un total de siete locales, y en Hospitalet de Llobregat, donde está el restante. Han sido elegidos un total de 13 representantes, de los cuales 10 se presentaban por COOO y otros tres por UGT. Han participado 175 de 287 empleados con derecho a voto, lo que suponen dos tercios de la plantilla de 'Glovo Market'.

"Una noche histórica", comentaban fuentes conocedoras del proceso, que deseaban "suerte" a los compañeros ante el "enorme trabajo" para "meter a una compañía como esta en cintura". Esas mismas voces aseguraban que en las próximas semanas este proceso se llevará a cabo también en Madrid, donde la compañía tiene al menos tres locales de su división de 'quick commerce', que se dedica a la entrega de comestibles a domicilio en periodos que oscilan entre los 10 y los 30 minutos.

Desde el pasado verano, los roces laborales entre Glovo y los trabajadores de estos locales de la Ciudad Condal han sido frecuentes. Incluso, a finales del pasado mes de agosto, realizaron una huelga de nueve jornadas consecutivas para protestar por la contratación vía ETT, además de otras condiciones que consideraban precarias, como la ausencia de espacios para descansar y refrescarse entre las entregas o la organización de los turnos del trabajo.

Aquel primer enfrentamiento, apenas dos semanas después de que la nueva regulación entrase en vigor, suponía un pequeño avance de lo que estaba por llegar. No fue ni mucho menos lo único que ocurrió por aquel entonces. En medio de aquellas propuestas, los 'riders' autónomos, es decir, la gran mayoría, le doblaron el brazo a la plataforma y consiguieron que modificase el nuevo sistema que había creado para poder perpetuar su sistema de trabajadores por cuenta propia: el multiplicador. Se trataba de una puja que les obliga a elegir entre unos multiplicadores. Si el multiplicador es bajo, ganan menos, pero el envío es más barato para el usuario. Si es alto, viceversa. Con el ambiente caldeado como estaba, la compañía decidió eliminar los factores más bajos de esa ecuación.