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Un ordenador dentro del teclado: todo lo que puedes hacer con la nueva Raspberry de 100€
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¿EL MODELO DEFINITIVO?

Un ordenador dentro del teclado: todo lo que puedes hacer con la nueva Raspberry de 100€

La Raspberry Pi 400 es una ligera evolución de la Pi 4, pero con todo lo necesario para romper barreras con los usuarios menos 'techies'

Foto: Foto: EC.
Foto: EC.

El usuario medio que se compra un nuevo ordenador, sea de sobremesa o portátil, quiere al llegar a casa encenderlo y que eche a funcionar. Ese punto era una barrera de entrada para las Raspberryhasta ahora, habitualmente distribuidas como placas sueltas, sin un sistema operativo instalado. Te llegaba y tenías que echar un rato en la preparación e instalación, que podía ser más o menos largo en función de tu habilidad con la informática (y la velocidad de tu conexión). Todo cambia con la última Raspberry Pi 400, que se puede adquirir en un 'pack' completo por poco más de 100 euros con el que una vez en casa es enchufar y listo.

A la Raspberry Pi 400 también podemos llamarla la 'Raspberry teclado', ya que es un teclado en cuyo interior se esconde la placa que en anteriores versiones era visible, al menos hasta encajarla en una carcasa. Técnicamente, la placa es la misma que la Pi 4 en su versión con 4 GB de memoria RAM, aunque con distinta forma. Así lo reconocen sus creadores, aunque hay un matiz, y es que aunque ambas versiones comparten procesador, el de la Pi 400 tiene una frecuencia algo más alta, que según Raspberry la hace un 40% más potente.

Foto: Foto: EC.

Pero más allá de las especificaciones técnicas, el principal cambio es el formato. Pasamos de una placa a la que sí se le puede poner una carcasa, a un teclado con las conexiones más ordenadas. Una conexión de cable de red, dos puertos USB 3.0, uno 2.0, un USB-C (por el que se alimenta), dos micro HDMI para conectar sendas pantallas y el cabezal GPIO de 40 pines, para los más frikis. ¿Qué se echa en falta? Un 'jack' de 3,5 mm, porque si la pantalla a la que se conecta no tiene altavoces, será necesario conectar los auriculares a la pantalla o unos auriculares con USB para conectarlos directamente al teclado.

Además del orden y de una sensación más de ordenador 'normal', lo que agradecerán muchos usuarios es que está Raspberryviene con todo lo necesario para echar a andar sin complicaciones. El Personal Kit Computer con el que se vende viene con ratón (sencillito pero funcional), el cable de corriente y un cable de microHDMI a HDMI. Solo tienes que poner la pantalla. Pero lo que es más importante, la tarjeta microSD de 16 GB con la que viene tiene Raspberry Pi OS ya instalado, por lo que es enchufar, elegir país, idioma y zona horaria y a funcionar. Se acabó, como ocurría con anteriores Raspberry, el proceso de instalar el SO escogido en una microSD que era antes necesario, que podía ser sencillo, pero que podía echar para atrás a más de uno.

Una Raspberry con otro aspecto, pero igual en lo práctico

Presentada nuestra protagonista, ahora toca hablar de la experiencia real, tras más de dos semanas de pruebas, que he aprovechado también para comprobar la evolución respecto a la Raspberry Pi 4, con la que pude trastear hace algo más de un año. Sobre el papel, ya me queda claro que aunque no la vea, ahí dentro hay una placa algo más potente, con la misma memoria RAM. Puedo esperar un ordenador que a nivel navegación por internet u ofimática se puede desenvolver, aunque cuanto más multimedia le metamos, más flaqueará.

placeholder Foto: M. Cid.
Foto: M. Cid.

Empezando por lo básico, navegar por internet, Raspberry Pi OS viene con Chromium ya instalado, que no Chrome. Se trata de la 'base' de Chrome y otros navegadores, de código abierto, aunque la mayor diferencia práctica es que no tiene ciertos 'codecs' para reproducir contenido multimedia. Es algo que tiene consecuencias, pero lo veremos más adelante. En cuanto a trastear por internet con Chromium, no hay problema, se puede navegar por cualquier web sin mayor problema, aunque por momentos en webs con muchas transiciones o si tenemos un número alto de pestañas abiertas se pueden empezar a ver las costuras, en forma de tirones o retrasos en la carga. Consultar la prensa, atender tu correo y las tareas más habituales no son problema para el combo Raspberry Pi 400 + Chromium. Además, viene con DuckDuckGo como buscador por defecto, que también le da un puntito extra.

El navegador también puede ser un lugar de trabajo, es mi caso, ya que paso varias horas al día escribiendo o con hojas de cálculo en Google Drive, y para ello también es un ordenador válido esta Raspberry. Este mismo artículo lo he escrito desde ella y no he tenido ningún tipo de problema para ello, aunque quizás el tacto de las teclas no es mi preferido. Es muy áspero para mi gusto, aunque también he de decir que se podría conectar otro teclado externo. Igualmente, para los que quieren trabajar en local, Raspberry Pi OS viene con LibreOffice y todas sus aplicaciones, que puede hacer las veces de Office, aunque los más frikis de Excel seguro que echan alguna fórmula en falta. Enseñando a mi hija de tres años a escribir su nombre y los de toda la familia con LibreOffice Writer, no he tenido problemas, aunque claro, su velocidad de escritura es la que es. De todos modos, quien quiera tirar de Office siempre podrá usar su versión 'online'.

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Con Netflix hemos topado

Ya en mis pruebas con la Raspberry Pi 4, llegué a la conclusión de que como ordenador para ofimática o para perder el tiempo en internet era un dispositivo capaz, pero era en el apartado multimedia donde flojeaba. ¿Sigue ocurriendo lo mismo con la Raspberry Pi 400? Así es. Más allá del acierto de incluir dos micro HDMI con capacidad de sacar señal en calidad 4K, el problema pasa por reproducir contenidos de las plataformas de vídeo en 'streaming' más habituales, tarea nada sencilla.

Y es que más de uno podría pensar en utilizar la Raspberry como centro multimedia, para conectarlo a una tele que no sea 'smart TV' o incluso siéndolo, o simplemente para ver series, películas o cualquier otro contenido en la pantalla habitual. Con YouTube no hay ningún problema, más allá de que con los videos de más calidad o cambiando de pantalla completa a reducida se nota la falta de agilidad, cierto 'lag'. El problema viene cuando quieres reproducir cualquier título de Netflix. ¿Por qué? Como explican en más de una web, Chromium no está preparado de por sí para reproducir contenido de Netflix o cualquier plataforma con DRM. Tampoco es que las soluciones que he encontrado por internet me hayan servido, ni modificar el 'user-agent' de Chromium para ver si cuela ni instalar una versión de Firefox apta para Raspberry. ¿Quiere decir esto que no hay manera de ver Netflix? No, pero son demasiadas piruetas si pensamos en alguien no muy tecnológico. Con Amazon Prime Video no he tenido problemas, tras hacer el cambio del 'user-agent', pero tampoco he conseguido que funcione Movistar+.

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Foto: M. Cid.

Todo hay que verlo con perspectiva: hablamos de un ordenador de 100 euros, no le podemos pedir lo mismo que le pediríamos a una que valga cinco o seis veces más. Además, quien quiera usar esta Raspberry o cualquier otra como centro multimedia no debería optar por el Raspberry Pi OS, que viene por defecto con la Pi 400. Hay otros sistemas mucho más preparados para ello, como la combinación de Librelec con Kodi. Pero creo que es un punto importante, para que ningún usuario piense que con la Raspberry Pi 400 va a poder hacerse maratones de series fácilmente, aprovechando la doble salida HDMI con calidad hasta 4K (que no había mencionado hasta ahora).

Entonces, ¿para quién es la Raspberry Pi 400?

Probadas distintas facetas de la Raspberry Pi 400, el perfil de usuario para el que pienso que es interesante no dista mucho del perfil de usuario de la Raspberry Pi 4, con la que comparte casi todo a nivel técnico. El verdadero avance es que es una Raspberry totalmente 'plug & play', que no hace falta nada para empezar a funcionar. Lanzarla en un pack completo, con su ratón, todos los cables necesarios y la microSD con Raspberry Pi OS preinstalado es un gran acierto, sobre todo de cara a atraer a los que se alejaban de las Raspberry por el miedo a la instalación inicial.

Y no me quiero olvidar del completo manual de iniciación, que también viene en el pack, que en nuestro caso nos ha proporcionado TiendaTec. Un manual muy completo y gráfico, verdaderamente útil para los novatos y no tan novatos. Pero hay algo que por lo menos para mí es imperdonable y que la compañía debería corregir a futuro: la ausencia de un botón de encendido. Sí, no lo había mencionado hasta ahora, para encender la Pi 400 hay que desconectar y conectar el cable de alimentación. Así lo indica el manual, que lo he mirado por si acaso el botón estaba muy escondido. En pleno siglo XXI, ya ni década de los 2020.

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Foto: M. Cid.

Además de para ese perfil que no se había atrevido a adentrarse en el mundillo Raspberry hasta ahora por esa barrera inicial, el público objetivo sigue dividiéndose entre los que buscan un ordenador básico, para navegar por internet y ofimática, y para los usuarios más jóvenes, que empiezan en el mundo de la informática. De hecho, ellos encontrarán en la Raspberry las distintas versiones de Scratch, un excelente 'software' para aprender a programar de una manera divertida. Hay otros usos, por supuesto. A bote pronto, me vienen a la cabeza las típicas pantallas de escaparate, que podrían mostrar imágenes conectadas a una Raspberry como esta sin problema. Y, por supuesto, como consola de videojuegos retro, uno de los usos más extendidos de estas placas. Las posibilidades son casi infinitas.

Para ser justos, hay que reconocer que entre la Raspberry Pi 4 de 2019 y la Pi 400 de este año hay un salto, no solo en facilitar la entrada de usuarios que podían encontrar barreras anteriormente. En la Pi 4, los primeros usuarios nos encontramos con problemas con el sonido o la conectividad wifi, sin olvidarnos del problema con muchos cargadores que obligó a una revisión del 'hardware'. Todo eso queda atrás y la Pi 400 ha llegado al mercado mucho más madura, preparada para todo lo que nos han prometido. Aunque al fin y al cabo es lo justo, que si nos venden algo, funcione bien desde el principio. Y si no que se lo digan a los compradores del Cyberpunk 2077.

El usuario medio que se compra un nuevo ordenador, sea de sobremesa o portátil, quiere al llegar a casa encenderlo y que eche a funcionar. Ese punto era una barrera de entrada para las Raspberryhasta ahora, habitualmente distribuidas como placas sueltas, sin un sistema operativo instalado. Te llegaba y tenías que echar un rato en la preparación e instalación, que podía ser más o menos largo en función de tu habilidad con la informática (y la velocidad de tu conexión). Todo cambia con la última Raspberry Pi 400, que se puede adquirir en un 'pack' completo por poco más de 100 euros con el que una vez en casa es enchufar y listo.

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