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Comprar y montar un ordenador por 80€ es posible: así lo he hecho con la Raspberry Pi 4
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Comprar y montar un ordenador por 80€ es posible: así lo he hecho con la Raspberry Pi 4

Raspberry acaba de lanzar su nuevo misil para reventar el mundo de la informática. Un 'mini' PC que busca acercar la informática básica a todo el planeta. Barato, completo, pero bastante básico

Foto: La nueva Raspberry Pi 4 (Foto: Mikel Cid)
La nueva Raspberry Pi 4 (Foto: Mikel Cid)

Comprar un PC para uso doméstico no supone un gran desembolso, pero desde hace unos años los ordenadores de siempre tienen una competencia aun más económica: las Raspberry Pi. Este ordenador en una sola placa que cabe en la palma de una mano se acaba de renovar con la Raspberry Pi 4, la más potente nunca fabricada. ¿Será suficiente para poder sustituir a un PC clásico? Os puedo adelantar que sí, pero con límites.

Foto: (Raspberry Foundation)

Unos 100 euros por el pack completo

Poner en marcha la Raspberry Pi 4 con el sistema operativo diseñado específicamente para ella es la parte más sencilla, ya que incluso conseguir comprar una a día de hoy es más complicado que el encendido inicial. Esta última versión se vende en tres versiones, con 1, 2 o 4 GB de memoria RAM, con precios que van desde 39 hasta 59 euros, que están provocando que la de más memoria esté habitualmente agotada en muchas tiendas.

El kit inicial necesario para poder empezar a usar la Raspberry Pi 4 se compone de la propia placa, un cargador (¡ojo!) USB-C, un cable micro-HDMI, teclado, ratón y una tarjeta microSD de un mínimo de 8 GB y de hasta 32 GB, el tamaño ideal para poder instalar aplicaciones y tener espacio de almacenamiento. Teniendo en cuenta los costes de todo, podríamos tener nuestro ordenador completo basado en una Raspberry desde unos 70-80 euros si optamos por la versión más económica y unos 100 euros si nos vamos a la Raspberry Pi 4 de 4 GB de RAM, que ha sido nuestra opción.

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(Foto: Mikel Cid)

Una instalación apta para cualquiera

Llega la hora de la verdad, la de poner en marcha la Raspberry Pi 4. Por supuesto, lo habitual es que estas placas vengan sin ningún software, aunque hay quien vende tarjetas microSD con su propio sistema operativo ya instalado. Lo cierto es que la instalación de Raspbian, la versión de Linux hecha a medida para estas placas, es tan sencilla que creo que la mejor opción es comprar una microSD y cargar el sistema.

La propia Fundación Raspberry Pi que sustenta el proyecto da todas las instrucciones necesarias para hacer que la Raspberry Pi 4 eche a andar. Desde cualquier tipo de sistema operativo (Windows, Mac o Linux) se puede descargar e instalar en una microSD Raspbian. ¿Cómo se instala? Descomprimiendo en la raíz de la tarjeta el zip que nos descargamos. No hay más trampa ni cartón.

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(Foto: Mikel Cid)

Desde ese mismo enlace de descarga nos podemos bajar otras imágenes de sistemas operativos (distintos Ubuntus, Windows 10 para IoT, sistemas destinados a convertir la Raspberry en un 'media center' o una estación meteorológica…). Pero voy a lo que voy, a tener una Raspberry funcional con su sistema operativo propio que emule el funcionamiento de un PC.

Para los más miedosos o inexpertos en el mundo de Raspberry, entre los que me incluyo, hay todo tipo de recursos en internet que ayudan a la tarea del primer encendido y configuración. La guía oficial que se puede encontrar aquí es tremendamente completa y no deja ningún cabo sin atar, además de ser gráfica. La revista oficial también tiene un artículo con el paso a paso para poner en marcha la nueva Raspberry y la guía oficial para el usuario novato, un documento que empieza desde lo más básico con más de 200 páginas, ya está actualizada a la nueva Raspberry Pi 4 y se puede consultar gratis aquí.

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(Foto: Mikel Cid)

¿Tu otro PC para ofimática e internet?

Bien, visto lo que he necesitado para poner en marcha la Raspberry Pi 4 llega el momento de empezar a usarla. No sin antes mencionar que tras copiar los archivos a la microSD, y después de un pequeño infarto porque no funcionaba inicialmente por usar una tarjeta de 64 GB cuando lo máximo que admite son 32 GB, en el primer encendido hay que seleccionar cuatro opciones básicas (idioma, conexión WiFi…) para que se proceda a la instalación. Esto puede llevar hasta una hora aproximadamente.

Una vez todo instalado, llegamos a un escritorio clásico, que para un usuario de a pie es sencillo de manejar, aunque se pueda hacer extraño que la barra de tareas esté en la parte superior de la pantalla, en vez de en la inferior (se puede cambiar fácilmente). Sobre el escritorio el único icono que hay es el de la clásica papelera (nota: todo está en perfecto castellano y se pueden seleccionar todos los idiomas de distintas regiones y comunidades españolas).

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Los programas o aplicaciones que nos acompañan desde el principio están en el menú, accesible mediante un botón con el logo de Raspberry. Lo desplegamos y nos encontramos con varias agrupaciones de programas: programación, educación, oficina, internet, sonido y vídeo, gráficos, juegos y accesorios. Curiosamente, la sección de ayuda es la única que está en inglés, aunque, como ya hemos visto, en internet hay guías y recursos de sobra en perfecto castellano.

¿Podemos utilizar esta Raspberry Pi 4 con las aplicaciones que trae por defecto Raspbian para el uso básico de un ordenador al uso? Sin ningún problema, la verdad, porque ya viene con Chromium (muy similar al Chrome que todos conocemos) preinstalado como navegador de internet y un visor de imágenes y PDFs. ¿Necesitamos los típicos programas de ofimática? No hay problema, ya que contamos con todo el paquete de programas de LibreOffice, con su procesador de texto, hoja de cálculos y presentaciones, preinstalado. Y si no siempre podemos usar Google Drive u Office Online.

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En su labor como PC para tareas básicas la Raspberry Pi 4 con Raspbian cumple sin ningún problema. Parte de este artículo lo he escrito con ella, la navegación por internet es más que fluida y no me he encontrado con problemas a la hora de usar las aplicaciones preinstaladas. Incluso el pack de juegos que vienen funcionan bien, salvo la adaptación de Minecraft, que no se ve correctamente.

Hay punto que se agradece bastante a nivel software, y es que exista una opción para añadir y eliminar programas sencilla. No es una tienda tipo Apple Store o Play Store con fotos y largas descripciones de las aplicaciones, pero al menos evita pasar por el terminal y escribir comandos para descargar cualquier aplicación.

Se nota que todavía está verde

Ya he podido comprobar que un PC básico se podría sustituir sin problemas por una Raspberry Pi 4 de 60 euros, pero no he venido hasta aquí para quedarme en una prueba que se limite a ofimática y navegar por internet. Hay algo que es muy básico y que todos hacemos, por lo menos de vez en cuando: consumir vídeos en streaming, por ejemplo en YouTube.

Y aquí ha aparecido el primer problema que me he encontrado con la Raspberry Pi 4: el sonido. Mediante la conexión HDMI el sonido debería poder escucharse si la pantalla tiene altavoces integrados, pero no ha sido así en las distintas pantallas que hemos probado. Conectando unos auriculares a la toma clásica que incorpora la placa no hay ningún problema, pero no tendría que ser necesario. Puede ser que esté dejando algo sin hacer, pero no debería ser tan complicado sacar el sonido.

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(Foto: Mikel Cid)

Hay otro uso que puede ser muy útil para la Raspberry Pi 4, convertirla en un media center o reproductor multimedia para teles sin dicha función. Pocos pasos más que para instalar Raspbian necesitamos para instalar en ella LibreELEC, uno de los sistemas operativos diseñado específicamente para usar una Raspberry como media center, con el famoso centro multimedia KODI como centro de todo. La sorpresa es que una vez instalado (en otra tarjeta microSD para no tener que borrar la instalación de Raspbian) no ha habido manera de conectar la Raspberry a internet, ni mediante WiFi ni por cable, y eso que con Raspbian no hay ningún problema.

Igualmente, en Raspbian podemos instalar KODI como aplicación y utilizarlo como media center para reproducir contenido multimedia descargado o en streaming, con la posibilidad de instalar también 'add-ons' de todo tipo. Puede ser un consuelo temporal, porque es de imaginar que LibreELEC se adaptará perfectamente a la nueva Raspberry Pi 4 con el tiempo, aunque obliga a un paso más para poder usar KODI y todas sus posibilidades.

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(Foto: Mikel Cid)

La prueba de fuego que convertiría a la última Raspberry en un PC "completo" es hacerla funcionar con Windows, pero hay una mala noticia al respecto: no es posible a día de hoy. Los fans de este invento han desarrollado un instalador de Windows 10 que funciona, aunque por lo que cuentan no de una manera todo lo fluida que se querría, en la Raspberry Pi 3, pero todavía no está preparado para la nueva versión, que no lleva ni un mes en el mercado.

Existe una versión oficial del sistema operativo de Microsoft para Raspberry, Windows 10 IoT Core, pero se trata de una versión para trabajar en proyectos IoT, uno de los puntos fuertes de Raspberry. Por lo tanto, no disponemos en estos momentos de versiones ni oficiales ni no oficiales de Windows que nos permitiesen utilizar la Raspberry Pi 4 como un PC “al uso”.

Conclusión: no esperes un PC avanzado

La nueva Raspberry Pi 4 se vende como la mejor, más completa y/o más potente Raspberry lanzada hasta ahora y así es, tanto por especificaciones técnicas como por el hecho de contar con cuatro puertos USB (dos de ellos 3.0), un puerto 'gigabit ethernet' o dos salidas HDMI con capacidad de ofrecer señal 4K en dos monitores a la vez.

Y no hay ninguna mentira en todo lo anterior, se trata de un mini-ordenador en toda regla, pero hay que remarcar ese “mini”, para que nadie se lleve a equívocos. No significa nada negativo porque sigue su idea de poder ofrecer un ordenador básico, sin nada innecesario a un precio realmente bajo, que puede ser útil tanto para la enseñanza como para ordenador de uso básico en un hogar.

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(Foto: Mikel Cid)

Lo que no es, al menos de momento, la Raspberry Pi 4 es una placa capaz de sustituir a un ordenador cualquiera. Sin ningún problema la podemos usar para ofimática o navegar por internet (uso mayoritario en muchos hogares) pero quien tenga necesidades más específicas, como programas de edición de foto o vídeo o un ordenador gaming, no va a encontrar en la Raspberry Pi 4 una alternativa.

Seguramente varias de las piedras en el camino con las que me he encontrado en estos días de prueba (sonido que no sale por HDMI, LibreELEC imposible de conectar a internet) se solucionen con actualizaciones de software. Pero hay que ser consciente de para qué puede ser útil y para qué no, porque aunque sea probable que en breve se pueda instalar Windows 10 completo seguirá teniendo sus limitaciones.

La Raspberry Pi 4 a día de hoy puede sustituir a un PC básico y la comunidad que rodea a un proyecto que nació (y sigue siendo) educacional seguirá contribuyendo a su funcionamiento, pero de momento se queda en ese terreno, en el del ordenador básico útil para muchos y una interesante herramienta para la comunidad 'maker'.

Comprar un PC para uso doméstico no supone un gran desembolso, pero desde hace unos años los ordenadores de siempre tienen una competencia aun más económica: las Raspberry Pi. Este ordenador en una sola placa que cabe en la palma de una mano se acaba de renovar con la Raspberry Pi 4, la más potente nunca fabricada. ¿Será suficiente para poder sustituir a un PC clásico? Os puedo adelantar que sí, pero con límites.

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