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7 días con el Samsung Galaxy A51: no todos los móviles pintones y 'low cost' son Xiaomi
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SU GAMA MEDIA MÁS PINTÓN

7 días con el Samsung Galaxy A51: no todos los móviles pintones y 'low cost' son Xiaomi

Los coreanos hacen con este móvil de 6,5 pulgadas y cuatro cámaras lo mismo que muchos fabricantes chinos: dar de todo sin mucho de nada. Eso sí, conviene ser consciente de las renuncias

Foto: El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)
El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)

Aunque aún quedan unos (pocos) negacionistas en este asunto, es difícil no reconocer cómo los 'smartphones' chinos han calentado el mercado. Especialmente en la franja que empieza en los 200 euros y sube hasta los 400. La fórmula, más que conocida: tirar los precios con renuncias en aspectos no sustanciales para abaratar la factura. Hay a quien le pilló a contrapié y hay quien siguió a lo suyo. Uno de estos últimos es Samsung, que aún conserva la corona del mundial de constructores móviles, que ha tardado en bajar al mano a mano con estas marcas. En los terminales de batalla, los más baratos, se manejaron bastante bien gracias a la familia Galaxy J y su presencia en tiendas y operadores. Pero les faltaba algo más contundente para frenar la posible sangría que le podían causar propuestas como las Mi 9T de Xiaomi. Un papel que ahora recae en parte de los Galaxy A.

Foto: Montaje: EC.

El curso pasado el A50 subió bastante el nivel en este sentido. Y el A51, el modelo que le ha tomado ahora el relevo, ha avanzado mucho en este sentido. Lo último de Samsung se presenta como una alternativa sólida en torno a los 300 euros. Simplemente, consigue ser mejor que lo que esperaríamos hace un par de años. Obviamente no es infalible. Tiene sus limitaciones. Como lo tienen muchos dispositivos chinos que a veces el boca a boca presenta como regalo de los dioses. He pasado una semana con este aparato de 6,5 pulgadas que llega con cuádruple sensor trasero y lector de huellas bajo una pantalla que olvida el 'notch' e incluye un agujero para colocar la cámara frontal. Tras 7 días esto es lo mejor y peor de un terminal que tiene muchas papeletas para acabar en manos de muchos.

El Samsung Galaxy A51. (M. Mcloughlin)

Este Galaxy A51 cumple con los cánones de diseño impuestos en los últimos tiempos. Pantalla sin marcos (ocupa más de un 87% de la parte frontal) y soluciones alternativas a la ceja que popularizó el iPhone X para la cámara delantera. En este caso, contamos con un agujero en pantalla situado justo en la parte superior central, como ya vimos en los últimos Note. Lo único que cabe decir que es un recorte fino, que no genera sombras a su alrededor sobre fondos blancos. Sobre el aspecto exterior, decir que está rematado en plástico con tres patrones diferentes en la parte trasera y que da bastante el pego. Los bordes son de aluminio.

Un terminal grande

No es un teléfono fácil de manejar solo con la derecha o la izquierda. Cuando quiero llegar al tercio superior, me veo obligado a hacer un requiebro extraño con la mano o directamente usar las dos. Es cierto que para gustos están los colores, pero personalmente agradecería que los botones del lado derecho (encendido y volumen) estuviesen un poco más abajo para alcanzarlos con el dedo fácilmente. También es de justicia decir que el lector de huellas (altamente fiable aunque algo más lento que otros competidores) bajo la pantalla facilita desbloquearlo y contestar a un WhatsApp o un mail rápidamente con una mano.

placeholder El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)
El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)

La pantalla es una Super AMOLED (marca de la casa) que cuenta con una resolución Full HD+ (1080 x 2400 píxeles) y una densidad de 405 ppp. No es una pantalla que impresione. Personalmente me dejó un tanto frío. No destaca ni para bien ni para mal. Y eso, tratándose de un móvil de 369 euros (ya se puede encontrar en internet por 300 euros) es hasta buena noticia. Muestra colores ligeramente saturado, tiene buenos ángulos de visión y es lo suficiente nítida como para ver una serie o leer sin problemas. Quizás el único pero es el del brillo. En ciertas ocasiones, se echa de menos poder alcanzar mejor luminosidad.

A la pantalla y al motor les pasa lo mismo: no brillan pero tampoco fallan en exceso en nada

Ocurre lo mismo con el rendimiento. Cumple con lo esperado pero no más. Ni 'subidón' ni bajón. Lo justo. Monta un Exynos 9611, un procesador de diez nanómetros y ocho núcleos. Llega con 4GB de RAM, lo que quizás resulte algo corto para algunos. En lo que se refiere al motor no es un 855 como tiene el Mi 9T Pro o el 855 Plus del Realme X2 Pro. En este pulso, si alguien pretende compararlo, le doblan el brazo estos modelos. Este A51 juega en la liga, en lo que se refiere a la potencia, de los modelos mundanos de los terminales mencionados, esos que no tienen la coletilla Pro.

placeholder El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)
El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)

No es una mala bestia. Es correcto. Mueve bien juegos y aplicaciones. Quizás en algunas ocasiones, al utilizar juegos pesados o aplicaciones de procesamiento de fotos, al saltar de la cámara al álbum o al tirar varias fotos seguidas, falte un poco de frescura. Pero vamos, más que suficiente para el usuario medio. En el apartado de almacenamiento maneja 128 gigas de memoria del estándar UFS 2.0, que aunque no es lo más rápido a la hora de acceder o grabar archivos, se mantiene al nivel del resto de componentes internos.

Cuenta con USB tipo C y NFC, algo imprescindible para muchos usuarios. A diferencia de otros competidores de este nivel, cuenta con conector jack. En el apartado de audio la carta se completa con un altavoz con un desempeño normalito, colocado en la parte inferior; así como con Radio FM. Bluetooth 5.0 y GPS, también están presentes. Funciona con Android 10.

El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)

La batería es uno de sus principales reclamos. No falla a lo establecido e incluye 4.000 mAh. Es una medida obligada para cualquier terminal que quiera competir en este apartado. No ha batido ninguna gran marca, ni en capacidad ni en duración, pero está bien optimizado y me ha llegado a dar para día y pico sin pasar por el enchufe. Y eso que soy, digamos, un usuario relativamente intensito. Viene con carga rápida de 15W, lo que nos permite darle un chute de energía en poco tiempo.

Para finalizar esta prueba hablemos de las cámaras. Tenemos, en el caso de la principal, cuatro sensores y, en el caso de la delantera, uno enmarcado en un agujero en la pantalla. A continuación os dejamos una ficha con las características de esta pieza.

  • Cámara principal:
  • Sensor principal: 48 MP, f/2.0, 26mm, 0.8µm, PDAF, HDR.
  • Ultra gran angular: 12 MP, f/2.2, 12mm.
  • Macro: 5 MP, f/2.4, 25mm.
  • Profundidad: 5 MP, f/2.2, 1.12µm,
  • Vídeo: 2160p a 30fps y 1080p a 30,60 y 120fps.
  • Cámara delantera:
  • Sensor: 32 MP, f/2.2, 26mm, 0.8µm, HDR.
  • Vídeo: 1080p a 30 fps.

Foto con el Galaxy A51.

¿Recordáis cuando hubo que hacer mucha pedagogía para que no hiciésemos tanto caso al número de megapíxeles que tenía tal cámara o tal otra? Pues aquí más de lo mismo con el número de sensores. No siempre es sinónimo de un magnífico resultado. Te da mayor versatilidad, sí, pero influyen muchos otros factores. Esto, lo de combinar cuatro elementos en la parte trasera, es algo por lo que ya han apostado firmas como realme, Xiaomi u Honor. La calidad de esta A51 está en línea con los competidores directos.

Disparo con el gran angular, el sensor estándar, zoom digital por 2 y por 8.

Cabe decir que en realidad lo que más vas a utilizar el sensor principal y el ultra gran angular. Hay dos botones en la interfaz principal de la cámara para cambiar de una vista a otra rápidamente. Mientras tanto el 'macro' está escondido en un cajón de sastre con otras tantas opciones y el de profundidad funciona únicamente para el enfoque dinámico, para sacar fotos con fondo distorsionados. No contamos con zoom óptico pero nos ofrece 'acceso' directo a dos aumentos y ocho. El resultado es apañado, pero cuando lo exprimes al máximo, tienes un resultado que parece más un lápiz de color, como se ve a continuación:

El zoom sufre más de la cuenta a veces.

En líneas generales, nos encontramos con una cámara que cumple a plena luz, que hace un trabajo aceptable con el gran angular y el retrato y con margen mejora en el modo nocturno y en el macro. A continuación os dejamos unas cuantas tomas realizadas con esta cámara.

Una alternativa con letra pequeña

placeholder El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)
El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)

El A51 es probablemente de lo más pintón que ha conseguido Samsung para el cuerpo a cuerpo frente a modelos como el Mi 9T o el realme X2. Como decíamos, ya se puede encontrar más cerca de los 300 euros que de su precio original, 370 euros. Aunque el plástico puede parecer un peaje, el tratamiento hace que parezca otro material y el sacrificio no es tan grande. Sus gran virtud es que te ofrece en líneas generales, sin destacar en nada, lo suficiente de todo. Quizás la batería y la memoria interna (con posibilidad de expandirla) sean sus dos mejores bazas.

placeholder El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)
El Samsung Galaxy A51. (Foto: M. Mcloughlin)

Es buena opción, si se tienen claras las limitaciones. Sirve tanto para aquellos que han estado satisfechos con un Samsung y quieren seguir con un teléfono de la marca o para los que no les termina de convencer opciones como Xiaomi. Es carne de cañón para acabar teniendo buen número de ventas porque los Galaxy A acaban siendo objeto de rebajas bastante grandes de precio, además de ser móviles que suelen tener visibilidad en los catálogos de los operadores.

Aunque aún quedan unos (pocos) negacionistas en este asunto, es difícil no reconocer cómo los 'smartphones' chinos han calentado el mercado. Especialmente en la franja que empieza en los 200 euros y sube hasta los 400. La fórmula, más que conocida: tirar los precios con renuncias en aspectos no sustanciales para abaratar la factura. Hay a quien le pilló a contrapié y hay quien siguió a lo suyo. Uno de estos últimos es Samsung, que aún conserva la corona del mundial de constructores móviles, que ha tardado en bajar al mano a mano con estas marcas. En los terminales de batalla, los más baratos, se manejaron bastante bien gracias a la familia Galaxy J y su presencia en tiendas y operadores. Pero les faltaba algo más contundente para frenar la posible sangría que le podían causar propuestas como las Mi 9T de Xiaomi. Un papel que ahora recae en parte de los Galaxy A.

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