Frenazo al taxi en Madrid: se quedan sin armas ante el plantón de la comunidad

"Cómo no me voy a sorprender, si en Barcelona no nos desalojan". Esta frase es de Tito Álvarez, mandamás de Élite Taxi y cara más visible de la rebelión en Cataluña, donde el sector ha conseguido que la Generalitat les sirva en bandeja la cabeza de Cabify y Uber con un decreto que se aprobará hoy. La pronunció este lunes en la Puerta de Sol y con ella, casi sin quererlo, ofreció una fotografía muy completa de lo que estaba sucediendo en Madrid.

El octavo día de huelga del gremio supuso un cambio notable de guion. Envalentonados por la victoria de sus compañeros en la Ciudad Condal y después de haber estado casi una semana bloqueando Fitur con llamadas a la negociación y propuestas que no les parecían suficientes, se encontraron con un doble escenario que pocos esperaban. Ángel Garrido, presidente de la Comunidad de Madrid, se plantaba en firme ante la intención de los taxistas de conseguir un acuerdo a la 'catalana' y Delegación de Gobierno desmontaba el campamento de Castellana a primera hora, poniendo fin a la ocupación de una de las principales arterias de la capital, algo que duró 36 horas.

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Un jarro de agua que les pilló a pie cambiado. "Ahora a la T-4, pensamos entre todos y volvemos a disparar esta tarde", rezaba un mensaje de WhatsApp distribuido durante la mañana. Sin embargo, la Policía también impedía esta reorganización en el aeropuerto de Barajas. La solución que les quedaba entonces no era otra que intentar salvar los muebles con la hoja de ruta que tenían planeada antes de los últimos acontecimientos: protesta matinal ante la sede del PP y, por la tarde, ante la sede del Gobierno regional en Sol. Y los coches, circulando lentamente por Madrid para entorpecer la circulación y "seguir haciéndose notar".

Más protestas y poco más

En cierta medida lo consiguieron. Dos demostraciones de fuerza con unos cuantos miles de manifestantes —hasta 15.000, afirmaban en la convocatoria matutina— que ahora amenazan con repetir. Una especie de Día de la Marmota que se repita constantemente con el mismo patrón: por la mañana a Génova 13 y sesión vespertina a la Puerta del Sol. "Si hace falta, lo repetiremos hasta el día de las elecciones de mayo", afirmaba Julio Sanz, portavoz de la Federación Profesional del Taxi, que matizaba que siempre se haría "sin violencia", a pesar de que se les ha llevado "a una situación límite". "Aquí hay en peligro la viabilidad de 22.000 familias", avisaba.

De momento, para este martes, toca marcha desde la sede de UGT desde las nueve de la mañana, para proseguir camino a avenida de América y posteriormente a Castellana. A esto se une un campamento en las inmediaciones del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas. Todo ello decidido en una asamblea en el Wanda Metropolitano que ha acabado al filo de la medianoche.

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La preguntaba es clara: ¿cuánto tiempo puede aguantar el taxi el pulso bloqueando puntos clave? "Si piensan que vamos a recoger e irnos a la mínima, no saben con quién están tratando", decía a Teknautas José Miguel Fúnez, otro de los 'mandamases' del gremio en Madrid, que hablaba de una caja de resistencia así como de la solidaridad del taxi en otros territorios. "En Valencia, por ejemplo, ya se están abriendo cuentas corrientes para ayudarnos, porque saben que se juegan mucho en esto".

Pero, más allá de la amenaza de eternizar el boicot con esas movilizaciones, no se concretaba nada durante la jornada. No descartaban una nueva acampada, pero nadie se mojaba sobre el lugar y nos remitían a la asamblea que se celebró en el Wanda.

Además, había que tener en cuenta el paso adelante de Delegación de Gobierno desalojando la concentración. "Les han mandado un mensaje clara. No tienen intención de que se repita algo así", rematan fuentes conocedoras de la postura de la institución. "Si montan un campamento en Barajas [como decidieron en la asamblea], quizás hagan la vista gorda unos días, pero en cuanto amenacen el transcurso normal o el tráfico, se volverá a actuar", aseguraban en torno a los planes de crear una base para los taxistas desplazados de otros territorios.

Los taxistas han situado a Ángel Garrido (en las concentraciones de Sol y Génova, clamaron por su dimisión) y, por tanto, al Partido Popular como enemigos número uno. "El responsable de la situación que tenemos y de otras más graves que puedan suceder será el presidente de la Comunidad de Madrid", afirmaba Sanz.

"Esto le puede causar mucho desgaste al PP, ¿eh?", comentaba Fúnez cuando se le recordaban algunas de las declaraciones que el dirigente popular había realizado en las últimas horas. "Por jugar al todo o nada, los taxistas pueden quedarse sin nada", decía Garrido. Un aviso que remataba con otra advertencia: la de que un acuerdo como el de Barcelona (donde la AMB incluirá una precontratación de una hora) era imposible en Madrid. "Cataluña está avanzando hacia la Edad Media".

Críticas a las líneas rojas de Garrido

"Esto no es una cuestión de todo o nada, la negociación, como su propio nombre indica, es negociación, se puede quedar en un punto intermedio, pero es que la comunidad no esta dispuesta bajo ningún concepto", afirmaba Saúl Crespo, portavoz del comité de huelga. "Nuestra línea roja es la precontratación y la suya también. Eso se soluciona sentándose a hablar".

Crespo decía que "no es admisible" tener que escuchar que buscan preservar "la competencia" y la "no eliminación de uno de los sectores" y que propongan una recompra masiva de las licencias de taxi para liberalizar el sector, como sugirió Pablo Casado, en una propuesta muy similar a la que Cabify presentó hace unos días en Madrid. "Eso se llama monopolio. Lo que pretenden es que las VTC se queden solas prestando el servicio público".

"Lo que ocurre es que la comunidad solo tiene un papel con rayas rojas", argumentaba Sanz, que definía la propuesta de Casado como "obscena".

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"No nos vamos a volver con las manos vacías. No vamos a renunciar al objetivo de impedir que vehículos que no son taxis presten el servicio como si fuesen taxis". Invita a Garrido a hacer una propuesta. Cuando se le recuerda la precontratación por distancia, es contundente: "Eso es una magnitud que se mide en tiempo". Y no se limita ahí y pide poner sobre la mesa la captación de clientes o el regreso a base. "Somos conscientes, y pedimos disculpas a nuestros usuarios, de que estamos bordeando la legalidad", responde

Todos los representantes del taxi confirmaban a este periódico que no habían recibido invitación alguna para sentarse a la mesa por parte de la negociación. "Esto puede significar que han decidido cortar la comunicación o que están ganando tiempo y buscando una propuesta", afirmaba Fúnez. "No hay ninguna llamada, ninguna reunión. Estamos tardando", remataban desde la Federación Profesional del Taxi.

Aval político del taxi

"Si no lo ha habido antes es porque estos señores no quieren negociar nada. Yo he estado en muchas negociaciones y nunca he comprendido líneas rojas como las que hay aquí", critica Felipe Rodríguez Baeza, de la Asociación madrileña del Taxi. Es cierto que se ha puesto mucho el acento en el papel de la CAM, quedando el ayuntamiento en un papel secundario. "Con ellos no tenemos malas sensaciones, pero si Garrido no rige en la ley, no nos sirve de nada. El ayuntamiento puede hacer una ordenanza y eso se impugna rápido".

Todos los representantes del gremio consultados sobre el tema coinciden en señalar que el equipo de Manuela Carmena tiene "las manos atadas en corto". Sin embargo, a diferencia de Barcelona, donde Ada Colau ha jugado un papel central a través de la AMB en las reinvidicaciones de los taxistas, aquí parece que el consistorio ha tomado algo de distancia en el conflicto, a diferencia de lo que ocurrió en julio, cuando se alineó con ellos. Este lunes, el ayuntamiento anunció que se retiraba como mediador y pedía al Ejecutivo regional "una medida de urgencia".

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"No hay que olvidar que los técnicos municipales también consensuaron la medida que se presentó al taxi la semana pasada. Sería indefendible que ahora tirase piedras sobre esa propuesta tras rechazarlo los taxistas", remataba una fuente cercana a estas conversaciones."Se han puesto de lado. Nadie, salvo Podemos, quiere aparecer como aval político de las protestas de los últimos días".

Carmena toma distancia

Y es que la 'delicada' situación que atraviesa Podemos en la comunidad (Carmena ha optado por su propia plataforma y ha consumado el fichaje de Errejón para competir por la presidencia regional) ha hecho que el ayuntamiento, ante la cercanía electoral y el complicado tablero que se puede presentar con una hipotética irrupción a lo grande de Vox, tome distancia. "Es muy complicado explicar a la ciudadanía el conflicto. El debate se ha trasladado a algo tan básico como Cabify y Uber sí o Uber y Cabify no. Lo que ha ocurrido en Barcelona no les ha ayudado", aclaran estas mismas voces.

Varias fuentes, tanto del sector VTC como a nivel municipal, nos remiten a una serie de sondeos de opinión que la consultora Sigmados lleva realizando en los últimos meses para consulta interna. "Ahora mismo, el apoyo a una postura flexible que permita seguir operando a las VTC tiene una mayoría aplastante, 19 de cada 20 encuestados", nos refiere una de las personas que han accedido a dicho documento. "Por eso, Carmena y, por tanto, Más Madrid han preferido tomar una postura más neutra. Abogan por una solución, pero ya no toman partido claro. Así matan dos pájaros de un tiro: mantienen distancia con Podemos y no aparecen como aval político del taxi".

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"Esto ya lo hemos vivido en otras ocasiones. Que nadie piense que el incendio va a ser eterno. En Portugal, con un Ejecutivo de izquierdas, la revuelta duró dos semanas y no se cedió al chantaje. Lo de Cataluña es único en Europa", nos explicaba una fuente del sector de las VTC, presente este lunes en la reunión que se mantuvo la tarde del lunes en Delegación de Gobierno para tratar, entre otras cosas, la "protección de los conductores y los pasajeros".

"Celebramos la actitud de Garrido y estamos plenamente convencidos en que no cederá al chantaje", afirmaba. "De todas formas, lo están haciendo muy mal. Además de colapsar la ciudad, va Tito y en un calentón suelta lo de Marlaska. Comparar al taxi con la represión que ha sufrido el colectivo homosexual... No tiene sentido ninguno. Aunque no sea homófobo, eso es el poso que ha quedado. Y nadie, a estas alturas, quiere aparecer cerca de esos mensajes".