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Probamos la joya de Sonos para tu TV: un sonido (y un precio) de muchos quilates
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UN POCO DE CHICHA PARA ESA TELE

Probamos la joya de Sonos para tu TV: un sonido (y un precio) de muchos quilates

Beam es la nueva barra de sonido compacta de la marca estadounidense. Un accesorio que ofrece una gran calidad de reproducción de audio y compatibilidad con asistentes inteligentes

Foto: Sonos Beam. (C. Castellón)
Sonos Beam. (C. Castellón)

Me flipan las pastillas de caldo concentrado. No es que sea algo sin lo que no pueda vivir, pero siempre me han llamado poderosamente la atención. Desde pequeñito me he preguntado la química detrás de esos cubitos capaces de 'teñir' el agua caliente hasta convertirla en sopa de pollo, verduras o lo que toque. “¿A qué narices viene la comparativa si de lo que estamos hablando es de altavoces?”, estarán pensando. Pues es la sensación que me vino a la cabeza tras pasar mis primeras horas haciendo uso del Sonos Beam, el último aparato de la factoría estadounidense: una barra de sonido compacta. Me sorprendió una cosa: a pesar de lo contenido de su tamaño, escondía un sonido grande. Inusual para estos guarismos.

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He pasado 10 días en casa con este aparato. No vayan a pensar que cuando digo lo de tamaño contenido hablamos de un altavoz fácilmente portable. Pesa 2,8 kilazos. Y mide 650x100x680 milímetros. La impresión al enseñarselo a otras personas es común. Todos lo ven más corto que otros. Bastante más. Algo que aplaca con un diseño más ancho.

placeholder Conectores de Sonos Beam. (C. Castellón)
Conectores de Sonos Beam. (C. Castellón)

Pueden pensar que es exagerado, pero hablando de barras de sonido, esas que se suelen enchufar a la televisión para mejorar ese sonido 'enlatadillo' del que suelen pecar las pantallas mas finas, es algo bastante pequeño. Un cuerpo lo suficientemente manejable para colocarlo sin problemas delante de la Smart TV, y eso que el espacio en el mueble de mi salón escasea. Si eres de los que han optado por colgar todo en la pared, también dispones de un soporte adicional.

Plástico, pero del bueno

Sonos siempre me ha parecido de la escuela Apple en lo que se refiere al aspecto exterior. Hay algo que me recuerda a los de Cupertino. Me he llegado incluso a cruzar a un par de personas que pensaban que esto era una especie de tentáculo de la manzana en el mundo del audio. Pero no. Nada que ver. Empresas completamente independientes.

placeholder Los bordes redondeados del Sonos Beam. (C. C.)
Los bordes redondeados del Sonos Beam. (C. C.)

Está hecho de plástico. Otro material, como el metal o el aluminio, hubiese supuesto un 'tonelaje' bastante mayor. Aun así, le han conseguido imprimir un aire prémium con el tratamiento de la superficie. La parte superior, ligeramente cóncava, cuenta con el clásico control táctil que ya vimos en otros altavoces de la marca. Es más, en general, el aspecto exterior del Sonos Beam sigue una línea similar al de los Sonos One. Aunque con algunos matices. Por ejemplo, la zona metálica del altavoz está recubierta por una pequeña malla.

El Sonos Beam es de plástico, sí, pero no es algo que le impida tener un aspecto prémium

Quizás el mayor pero que se le puede echar en cara a este diseño, a mi parecer, es una presencia excesiva de la marca. Ahí, frente a ti, a la altura de tu mirada. Como si tuviesen que recordarte todo el rato que te has comprado un Sonos. Pero me pasa en este caso y en todos aquellos aparatos en los que los fabricantes se empeñan en meterte su logo por los ojos. ¡Eh, que ya he pasado por caja!

placeholder Sonos Beam. (C. Castellón)
Sonos Beam. (C. Castellón)

Como decíamos, la cubierta superior está presidida por los controles táctiles. Los clásicos: reproducir y pausar música, avanzar/subir volumen, retroceder/bajar volumen y uno más para activar el asistente de voz de turno. Todo ello se jalona con los led para saber si está en funcionamiento, apagado o está dando algún problema de sincronización.

La parte de atrás apuesta por un minimalismo parecido. Conexiones las justas. Conector para la electricidad, la salida para HDMI, el botón de sincronización, así como el puerto 'ethernet'. Cabe mencionar aquí dos puntos. El primero, sobre el HDMI. Es el primer dispositivo de la marca que ha optado por este tipo de conexión.

Concretamente, hace uso del HDMI ARC, un tipo de conexión que incluyen casi todas las nuevas generaciones de televisiones. Es la que permite que luego podamos manejar (algunas) funciones de la televisión gracias a los asistentes de voz compatibles con el Sonos Beam o que el mando de la TV haga las veces de control. En caso de que tu tele no lo tenga, incluye un adaptador para conexiones ópticas.

El otro apunte es el de la frecuencia que utiliza para conectarse a la wifi. Ocupa la de 2.4 Ghz, ya que la de 5 la reserva para conectarse a otros dispositivos de la marca (o compatibles) y crear el sistema 'multiroom'.

placeholder Logo de Sonos presidiendo el dispositivo. (C. C.)
Logo de Sonos presidiendo el dispositivo. (C. C.)

La configuración es casi tan minimalista como su aspecto. Basta con conectarlo a la televisión, a la corriente y abrir la 'app'. Esta detectará el aparato y te guiará para conectarlo a la wifi y ponerlo en marcha. Como mucho, es un proceso de tres o cuatro minutos. A lo sumo. Eso sí, si tiras de un dispositivo iOS, la configuración incluirá el paso 'True Play'. Te tendrás que mover por la habitación con tu 'smartphone' en la mano, moviendo el brazo, mientras el altavoz emite un pitido. Todo para adaptar mejor el sonido a la estancia.

El apellido 'compacta' que acompaña a esta barra de sonido no es algo que le impida atesorar un completo mundo interior. No merece la pena enredarse en los vericuetos y diseccionar el papel de cada uno de los elementos, pero sí enumerarlos. En total, cuenta con cuatro 'woofers'. Dos de ellos están dispuestos en los laterales, con orientación diagonal. Los otros dos se sitúan en la parte frontal. Está coronado por un 'tweteer' que se coloca justo en el centro de la composición. Todo ello se jalona con dos elementos imprescindibles: tres radiadores pasivos para hacer circular el aire y cinco amplificadores digitales tipo D.

Se maneja bien solo, pero siempre puedes unirlo a dos altavoces si quieres un sistema 'surround'

Con ello consigue lograr una acústica capaz de llenar sin problemas una estancia mediana por si solo. Pero una cosa por delante. El Sonos Beam es una barra de sonido. Está diseñado de manera y con fines diferentes que un altavoz o un equipo de alta fidelidad destinado para música. Aquí lo que se busca es vitaminar el sonido de la televisión. Eso supone películas, series, videojuegos... Sí hay música, pero también muchos diálogos. A no ser que tengas el oído excesivamente fino o seas un melómano implacable con la calidad del sonido, el Sonos te servirá tanto para consumir música como para consumir películas o videojuegos sin absolutamente ningún reproche.

A la hora de reproducir música, solo me ha dejado con ganas de más en un aspecto. A los bajos hay veces que, particularmente, les falta chicha. En tonos medios y agudos, se desempeña a la perfección y empasta perfectamente absolutamente todo lo que reproduce.

placeholder El Sonos Beam. (C. Castellón)
El Sonos Beam. (C. Castellón)

Pero donde demuestra lo que vale es a la hora de reproducir diálogos. Nítidos y claros. Incluso cuando la acción incluye una sarta de efectos sonoros o una música intensa por detrás. La primera vez que lo puse fue en una quedada con amigos. "Joder, es que parece que tienes la voz aquí delante y el sonido ambiente va por otro lado. Se reparte por el cuarto", decía uno cuando le pedí su opinión. En este sentido, desde la aplicación se puede activar un complemento para mejorar y destacar aún más las voces de una serie o una película.

También cuenta con un modo nocturno que atenúa la reproducción para no despertar a todo el personal sin apenas renuncias en la riqueza y diversidad del sonido. Algo especialmente útil ahora en temporada estival, cuando dormimos con la ventana del patio interior abierta y nos enteramos de intimidades varias de la comunidad. La mayor pega en este apartado: que no tiene compatibilidad con el estándar Dolby Atmos, algo que a día de hoy no es un gran problema debido al poco contenido disponible bajo esta norma.

Móntatelo a lo grande

placeholder La parte inferior del Sonos Beam. (C. Castellón)
La parte inferior del Sonos Beam. (C. Castellón)

Puede actuar solo, pero si vienes de un equipo 'surround', el cuerpo te pedirá más. Sobre todo si tienes un salón, digamos, generoso. Puedes añadir fácilmente dos altavoces de la marca para una experiencia más envolvente. También puedes optar por un SUB para esos sonidos más bajos. Yo he probado la primera de estas combinaciones y ha sido simplemente impresionante, aunque dadas las dimensiones de la estancia, el Beam funciona perfectamente como solista.

Si tu presupuesto es justo, pasa de largo. Si tienes 450 euros, difícilmente encontrarás algo mejor

Este sonido tiene muchos 'quilates', pero hay que soltar billetes. Sonos Beam llega a España por 449 euros. Si ya quieres montártelo a lo grande, cada altavoz extra son, al menos, 150 euros por los modelos más básicos. Obviamente, el precio de Beam lo hace mucho más atractivo que la anterior barra de sonido de la marca, que se disparaba hasta los 700 euros. Es decir, han conseguido recortar y mucho el coste, pero no entran en la liga de presupuestos ajustados. Este sonido, simplemente, hay que pagarlo. Y en esa franja de precios es, sin lugar a dudas, una de las más completas y equilibradas.

Un altavoz de futuro

placeholder Control del Sonos Beam. (C. Castellón)
Control del Sonos Beam. (C. Castellón)

Sonos se ha posicionado de una manera magistral en la guerra de los asistentes de voz. No tiene un sistema propio y no se casa con ninguno. De esta manera, posiciona su catálogo ante una eventual moda de altavoces inteligentes. Aseguran que se encuentran en proceso de incorporar Assistant, algo que ocurrirá este año si se solventan los retos técnicos que supone. Alexa, el asistente de Amazon que está en pruebas para su estreno en español, ya funciona en la versión anglosajona. Y Siri se puede utilizar gracias a AirPlay 2, activado esta misma semana en Beam y otros dispositivos recientes de la compañía. Si en un futuro, explican, Spotify u otra plataforma significativa crean su asistente, también le abrirán las puertas. Se trata de que sea un equipo duradero. Que no se quede obsoleto por modas o porque utilices un asistente de voz y al cambiar de móvil.

Sonos ha incluido Airplay 2 en sus dispositivos recientes. Lo mejor para la parroquia de Apple

Esto es un paso clave. Sonos Beam (y el resto de aparatos) no es un mero dispositivo Bluetooth. No utilizan esta vía. Se conectan a través de wifi. Y todo (Apple Music, Tidal, Google Music, Deezer, Spotify...) se gobierna a través de su 'app'. Esto obligaba a pasar siempre por esta plataforma y, además, utilizar solo los servicios con los que tenían acuerdo. Sin embargo, con la llegada de AirPlay 2, esto cambia radicalmente para los usuarios de iOS, ya que pueden lanzar cualquier cosa a estos aparatos de Sonos, desde un vídeo de YouTube hasta un vídeo o un audio propios. Un gran paso, que ojalá también llegue a los sistemas de Android.

Me flipan las pastillas de caldo concentrado. No es que sea algo sin lo que no pueda vivir, pero siempre me han llamado poderosamente la atención. Desde pequeñito me he preguntado la química detrás de esos cubitos capaces de 'teñir' el agua caliente hasta convertirla en sopa de pollo, verduras o lo que toque. “¿A qué narices viene la comparativa si de lo que estamos hablando es de altavoces?”, estarán pensando. Pues es la sensación que me vino a la cabeza tras pasar mis primeras horas haciendo uso del Sonos Beam, el último aparato de la factoría estadounidense: una barra de sonido compacta. Me sorprendió una cosa: a pesar de lo contenido de su tamaño, escondía un sonido grande. Inusual para estos guarismos.

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