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La industria del cine ante la obligación de digitalizarse
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La industria del cine ante la obligación de digitalizarse

El pasado fin de semana las salas de cine españolas registraron el peor dato de asistencia de la historia. Apenas 500.000 personas se acercaron a ver

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La industria del cine ante la obligación de digitalizarse

El pasado fin de semana las salas de cine españolas registraron el peor dato de asistencia de la historia. Apenas 500.000 personas se acercaron a ver alguna película y es que la cartelera tampoco acompañó. ¿Qué necesita la industria para no seguir desangrándose? ¿Internet es su solución?

Los ciudadanos cada vez acuden menos al cine y la culpa no es de la piratería por mucho que la industria responsabilice a las descargas de su eterna crisis. En los últimos años el precio de las entradas se ha ido incrementando y las últimas subidas impositivas han sido la puntilla para un sector que no ha sido capaz de evolucionar a los nuevos tiempos. 

El uso del P2P que sigue descendiendo tampoco confirma la teoría de algunos directores de cine o de asociaciones de derechos de autor que no quieren aceptar una realidad: internet es el futuro. La situación económica que vive España tampoco ayuda pero no es excusa para que permanezcan anclados en un modelo de negocio caduco que nadie se atreve a cambiar.

A pesar de que las alternativas como Netflix han logrado una posición respetable en diferentes países, ninguna empresa ha conseguido en España atrapar la atención de los usuarios. El principal problema es el precio de las películas y también la calidad de las mismas. ¿Qué sucedería si las entradas costaran la mitad? 

Probablemente la asistencia a las salas se duplicaría y lo mismo sucedería si tuvieran un precio razonable para visionarlas vía streaming en ordenadores o tabletas. Lo que no tiene sentido es que haya que pagar cinco euros por ver una película en HD en plataformas como Yomvi; además, tampoco llegan a ser los últimos estrenos.

Hace pocos años la industria de la música vivió una crisis similar y en ese contexto tan difícil hubo una empresa llamada Spotify que decidió presentar una alternativa para que los usuarios pagaran o al menos no tuvieran que recurrir al P2P para escuchar su música favorita. El resultado no ha podido ser mejor, cada vez hay más usuarios de pago y la sencillez de la aplicación populariza cada vez más el servicio. Lo mismo ha sucedido con iTunes: la firma de la manzana ha conseguido que los usuarios estén dispuestos a pagar un precio razonable por tener su música disponible desde diferentes dispositivos.

Los grandes estrenos seguirán teniendo hueco en las maltrechas salas de cine; sin embargo, cada vez es más necesario que la industria audiovisual evolucione y deje de tener miedo a la red. En los próximos años también tiene una oportunidad de oro con los televisores inteligentes. 

Las plataformas que están desarrollando los fabricantes como Samsung, LG o Panasonic permiten a golpe de click acceder a contenidos de pago. ¿Serán capaces de hacer números y popularizar el cine?

El pasado fin de semana las salas de cine españolas registraron el peor dato de asistencia de la historia. Apenas 500.000 personas se acercaron a ver alguna película y es que la cartelera tampoco acompañó. ¿Qué necesita la industria para no seguir desangrándose? ¿Internet es su solución?