¿Fin de trayecto para TomTom?

“A doscientos metros, tome la salida”. La diligente voz que nos guía por las carreteras podría quebrarse a la vista de las alarmantes cifras presentadas por TomTom. El gigante holandés se ha visto obligado a revisar a la baja, por segunda vez consecutiva, sus previsiones de facturación para el ejercicio en curso. Las ventas, simplemente, no acompañan. No se puede culpar a un mal producto para explicar el declive que obliga a una necesaria reconversión al rey de los sistemas de navegación. Los productos de TomTom funcionan a las mil maravillas y han elevado los estándares de un dispositivo relativamente sencillo incorporando interesantes funcionalidades. El producto es bueno, pero el mercado al que se dirigen cada vez es más angosto y las previsiones son demoledoras.

La tiranía de los smartphones

TomTom se había hecho fuerte en la venta de sistemas de navegación dedicados. Ya saben, aquellos que se pegan con una ventosa al parabrisas, se enchufan al conector del mechero y a funcionar. Durante largos años, ha dominado un mercado creado por la firma acompañado únicamente por Garmin, la otra víctima de un inesperado advenedizo. Y es que la llegada de los smartphones ha supuesto un aldabonazo considerable que ha herido de muerte a un nicho de mercado con los días contados. ¿Para qué comprarse un navegador stand-alone si ya puedo tenerlo integrado en el móvil? La lógica aplastante motivó un lento cambio de estrategia de la marca holandesa, que pronto lanzó al mercado una versión -excelente, por cierto- de su sistema de navegación para el iPhone. El movimiento fue un éxito y la aplicación capitaneó durante semanas la lista de las programas con más ingresos.

Un navegador GPS integrado en el móvil es caballo ganador: la aplicación se beneficia del plan de datos del móvil (casi obligatorio en los tiempos que vivimos) para ofrecer servicios de un elevado valor añadido, como la propuesta de nuevas rutas en función del tráfico existente o la disposición de radares fijos o móviles en una determinada ruta. El dramático declive en las ventas de los sistemas de navegación dedicados de los holandeses se veía levemente compensado con esta maniobra, pero TomTom seguía teniendo el grueso de los huevos en una incierta cesta. La hecatombe se mide en cifras. Sólo en Estados Unidos, los de Amsterdam han recortado las ventas en aquel país la friolera de un 30% en un solo año.

Las desgracias no llegan solas y, además de la arrolladora irrupción de los móviles en su mercado, TomTom tiene que lidiar con productos de bajo coste que están arruinando sus márgenes. Pero la verdadera amenaza son los móviles. Los expertos vaticinan que en el año 2013 los navegadores integrados en smartphones superarán a los dedicados, aunque siempre quedará un reducto para este tipo de productos. Sumen a este caprichoso viraje del mercado la irrupción de Google, que ofrece la navegación en sus móviles de forma totalmente gratuita (una oferta a la que posteriormente se apuntaría Nokia). La consultora Forrester firma el epitafio de un agónico mercado: “Los consumidores utilizarán en un futuro para ir del punto A al punto B el dispositivo que siempre va con ellos: el móvil”.