iPod: el fin de una era

Quién lo iba a decir, pero parece que el mismísimo iPod podría tener los días contados y esto parece tenerlo claro el mismísimo Steve Wozniak, el co-fundador de Apple junto con Steve Jobs. Wozniak hizo estas proféticas declaraciones en una jugosísima entrevista al diario británico The Daily Telegraph donde se despachó a gusto también con el iPhone 3G y su política de software propietario.

Woz, como es conocido coloquialmente, utilizó la lógica y el sentido común para semejante vaticinio: productos como el walkman y la radio vivieron momentos gloriosos, al igual que el iPod y ahora ocupan un discreto segundo plano en algunos casos, mientras que en otros han desaparecido del mapa. Estas proféticas declaraciones son de hecho un déjà vu en el mundo de la tecnología en productos ya extintos como la PDA.

iPhone, el principio del fin

Curiosamente, uno de los productos que podría estar dando la patada en el trasero al iPod es su hermano el iPhone, y es que las leyes de la convergencia obligan y no parece que tenga mucho sentido tener un smartphone que hace prácticamente lo mismo que un MP3 y al mismo tiempo un reproductor. Esta duplicidad de funciones puede ser el primer aviso, como ya ocurrió entre las PDAs y los propios teléfonos inteligentes, de que el principio del fin está cerca.

Otro claro aviso de desde Cupertino se está forzando la máquina a tope en esta línea de productos es su último restyling, donde no vimos nada excepcional, sino optimizaciones en el hardware en cuanto a espacio y rendimiento, unido, eso sí, a una bajada de precios generalizada de los reproductores. Y no parece que este mal afecte sólo a Apple, los productos de la competencia están viviendo los rigores del mercado como pueden, como es el caso del Zune de Microsoft y los Zen de Mosaic por nombrar algunos.

El enemigo está dentro de casa

Hay que ver lo libre que se siente uno de hablar cuando no existen vínculos con la gestión directa de la empresa y en este sentido, Woz no ha dudado en atizar algunas decisiones de los de Cupertino, como puede ser el hecho de hacer que el iPhone tenga un sistema cerrado y por ende la propia AppStore de Apple. Wozniak lo tiene claro y prefiere que "sean los consumidores los que nos desafíen" -en clara alusión dar mayor libertad al sistema y acercarse un poco al esquema de Android.

Pese a esta crudeza en las críticas, Wozniak todavía confía en la magia de su ex-compañero Steve Jobs: "sólo él sabe qué es lo siguiente que no espera", y Woz aventura que podría tratarse de un iWatch (un reloj de Apple), aunque esta apuesta parece hecha en un tono excesivamente distendido como para tenerse en cuenta. Sea como fuere, a Apple le tocará una vez más inventar el futuro si quiere mantener el liderazgo, aunque sea en el mercado de las tendencias.