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Un español, atrapado en la red de las nuevas estafas informáticas
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IMPUTADO POR UNA FALSA TRANSFERENCIA DESDE UN BANCO ALEMÁN

Un español, atrapado en la red de las nuevas estafas informáticas

Los piratas informáticos cada vez aguzan más el ingenio para meter mano a nuestras cuentas bancarias. Un español ha estado varios meses imputado por una de

Foto: Un español, atrapado en la red de las nuevas estafas informáticas
Un español, atrapado en la red de las nuevas estafas informáticas

Los piratas informáticos cada vez aguzan más el ingenio para meter mano a nuestras cuentas bancarias. Un español ha estado varios meses imputado por una de estas estafas, pese a que la Policía judicial demostró que nada tenía ver con ellaC.R., técnico de una empresa que presta servicios a la Administración, recibió en su domicilio el pasado mayo una notificación de la Policía. Le ordenaban presentarse en el juzgado de instrucción número dos de Alcobendas (Madrid). Una vez allí le comunican que estaba imputado por haber robado vía internet 5.700 euros a un ciudadano alemán y le citan para que declare.

La Fiscalía de Deggendorf había enviado una comisión rogatoria a la justicia española en junio de 2010. Según las diligencias previas, a las que ha tenido acceso El Confidencial, el 26 de marzo de ese año, C.R., que prefiere ocultar su nombre completo por si le perjudicara en su trabajo, habría accedido al ordenador personal del farmacéutico germano Walter Brunch y, utilizando un virus informático de los que se conocen como “troyanos”, espió las claves bancarias e hizo una transferencia de 5.700 euros a su cuenta de La Caixa en España.

C.R. se quedó atónito cuando le comunicaron esta información. Para la Fiscalía alemana no había ninguna duda de que él era el culpable de la estafa: el destino de esos 5.700 euros era supuestamente la cuenta que comparte con su mujer y que, sin embargo, muestra los movimientos típicos de cualquier familia, según ha podido comprobar este diario. El dinero salió de la Caja de Ahorros Deggendorf Platting, pero la Policía Judicial ha acreditado en un informe remitido al juez que esa cantidad no llegó nunca a la cuenta del todavía imputado.

“Supongo que el hacker consiguió que apareciera mi cuenta como destino de la transferencia pero desvió los 5.700 euros a otra entidad. Llevo gastados más de 700 euros en abogado y procurador y todavía no me ha librado de este marrón, que me podría haber costado hasta el puesto de trabajo por estar bajo sospecha”, protesta C.R.. El juez dictó el sobreseimiento provisional el pasado 28 de julio, pero la Fiscalía aún puede recurrir, por lo que C.R. todavía no está del todo exonerado.

El auto judicial refleja que “no hay ningún ingreso ni reintegro por importe de 5.700 euros ni en esa fecha ni en ninguna otra”. El abogado que lleva el caso, Miguel Maya, señala que la situación habría sido aún más grave “si por cualquier motivo mi cliente hubiera viajado a Alemania, país en el que estaba imputado sin saberlo, porque lo habrían detenido”. 

La justicia germana le imputa los delitos de estafa informática –penado con hasta cinco años de cárcel- y piratería informática –hasta tres-. En España el delito de estafa informática está penado con pena de prisión de seis meses a cuatro años.

Miguel Pérez, presidente de la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), asegura a El Confidencial que en este caso todo apunta a que “el software del banco alemán esté hackeado, por eso figura una cuenta de destino falsa y el dinero ha podido ser desviado a otro lugar”. Añade que ahora los investigadores alemanes tendrán que “revisar el sistema que comparten los bancos para hacer las transferencias, que es un intermediario entre el receptor y el emisor, e intentar encontrar al verdadero beneficiario de la transferencia”.

Para evitar estos casos todos los bancos deberían instalar sistemas de seguridad como el envío de la clave a tu móvil para poder emitir la transferencia, algo que ya hacen muchas entidades. Pérez aprovecha para lanzar un mensaje de precaución: “Estos estafadores a veces no obtienen tu cuenta entrando en tu ordenador, sino que pagan a gente que busca en la basura los extractos que nos envía el banco, que deberíamos haber destruido antes de arrojarlos al contenedor. Así obtienen tu nombre, apellidos, número de cuenta y movimientos, lo que les permite pasarnos un cargo con un concepto e importe similares a nuestros gastos corrientes, como una derrama de la comunidad de propietarios, para que no te des cuenta y no lo reclames”.

Evolución del timo del “mulero”

La estafa que han sufrido el farmacéutico alemán y el técnico español es una evolución de otra mucho más habitual, la del “mulero”, de la que se siguen registrando infinidad de casos e incluso detenciones. Bajo el reclamo de un buen sueldo y poco trabajo, te ofrecen por mail ser intermediario en el envío de dinero. Creas una cuenta en España en la que vas a recibir transferencias de, por ejemplo, 5.000 euros. Te quedas 500 para ti, sacas los otros 4.500 y haces un giro por Western Union, MoneyGram o cualquiera de estas empresas, a un particular que está, por ejemplo, en Camerún.

Lo que ha ocurrido es que el estafador ha conseguido las claves de su víctima en Alemania, ha hecho una transferencia a tu cuenta, no a una suya, y tú, a cambio de la comisión y sin hacer preguntas, le has enviado el dinero a un colaborador de esa banda, que se encuentra en un país a miles de kilómetros donde difícilmente perseguirán el fraude. Al final, el intermediario, al que se denomina “mulero”, como los que transportan droga en los aviones, cargará con un delito y habrá conseguido que sea muy complicado encontrar al beneficiario final. Estas mafias comienzan enviando una pequeña cantidad de dinero y, cuando ven que cumples el trato, las transferencias son mayores. 

Los piratas informáticos cada vez aguzan más el ingenio para meter mano a nuestras cuentas bancarias. Un español ha estado varios meses imputado por una de estas estafas, pese a que la Policía judicial demostró que nada tenía ver con ellaC.R., técnico de una empresa que presta servicios a la Administración, recibió en su domicilio el pasado mayo una notificación de la Policía. Le ordenaban presentarse en el juzgado de instrucción número dos de Alcobendas (Madrid). Una vez allí le comunican que estaba imputado por haber robado vía internet 5.700 euros a un ciudadano alemán y le citan para que declare.