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Rebelión en la granja ibérica
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FRAUDE EN LA CARNE DE CERDO

Rebelión en la granja ibérica

Jamones ibéricos de bellota falsos. El sector del cerdo ibérico está alerta y alza la voz. Avisan: no se puede generalizar el fraude desvelado el pasado

Foto: Rebelión en la granja ibérica
Rebelión en la granja ibérica

Jamones ibéricos de bellota falsos. El sector del cerdo ibérico está alerta y alza la voz. Avisan: no se puede generalizar el fraude desvelado el pasado viernes en la empresa sevillana Atrisa Sabor Ibérico, que comercializaba 17 toneladas de cerdo blanco procedente de Italia bajo la denominación de ibéricos.

En las denominaciones de origen llevamos un examen exhaustivo e individual de nuestras piezas, cerdo a cerdo, finca a finca. Lo que está pasando es que algunas empresas dejan el control a las entidades privadas y hay una relación económica entre industrias, distribución, con una maraña de intereses privados”, explica a este diario Juan Luis Ortiz, secretario general de la Denominación de Origen Los Pedroches.

Las palabras ibérico y bellota son muy golosas, venden mucho. Y el consumidor las asocia con la calidad. Eso sí, ignora el etiquetado y piensa que compra un jamón matrícula de honor cuando en realidad adquiere una pieza notable, pero sin rozar siquiera una calificación sobresaliente. El  problema es que el cliente ve un ibérico y cree que se trata de un cerdo ibérico puro. “Hay que explicar muy bien la terminología del etiquetado”, ratifica Ortiz.

¿Cómo se distingue un jamón ibérico de otro? El jamón de bellota: en la fase final de engorde del animal entra en fase de montanera, criándose en libertad y alimentándose, exclusivamente, con bellotas y hierbas. El precinto es rojo.  En los jamones de recebo el animal se alimenta a base de bellotas y hierbas, complementado su alimentación con piensos autorizados. El precinto es verde. El jamón Ibérico de cebo se cría en un cebadero y recibe una alimentación con piensos (cereales y leguminosas). El jamón Ibérico de cebo/campo se cría en dehesa y se alimenta con hierbas y piensos (cereales y leguminosas).

La dehesa de la Península Ibérica, con cuatro Denominaciones de Origen: Dehesa Extremadura, Jamón de Huelva, Jamón de Guijuelo [Salamanca] y Los Pedroches [en el norte de la provincia de Córdoba], puede producir al año entre 600.000 y 700.000 cerdos de bellota, lo que equivale a 1,2 millones jamones de bellota en España y Portugal. Ahora existen en el mercado de la Península ocho millones de jamones etiquetados como ibéricos. El 70% de esta producción es ibérico cruzado y alimentado en régimen intensivo y con pienso exclusivo.

Baja demanda y exceso de oferta

El descenso de la demanda y el exceso de oferta traen una consecuencia: un jamón cruzado de cebo de siete kilos se puede comprar por 80 euros en las grandes superficies. Eso sí, sí es ibérico puro de la Denominación de Origen Los Pedroches, reconocida el pasado mes de septiembre por la Unión Europea, la cifra se puede elevar a 300 euros. “En 2007 sacrificamos 16.000 cerdos lo que equivale a 30.000 piezas ente jamón y paleta”, certifica el secretario general de esta Denominación de Origen.

Ricardo Domínguez, director general de Industrias y Calidad Agroalimentaria de la Junta de Andalucía, admite que el cerdo ibérico se ha convertido en uno de los productos de consumo que más se ha retraído. “Sufre un importarte inmovilizado. Pasan tres años desde que el animal se sacrifica hasta que entra en el mercado. En los secadores de jamón hay un número de patas colgadas y eso ha hecho disminuir el precio”.

Domínguez destaca que existían pruebas suficientes que demuestran el fraude. “Quien cumple con la normativa no tiene que temer”. El director general explica el fraude de las 17 toneladas de cerdo ibérico y por qué la administración andaluza ha tardado tanto en desvelar el nombre de la empresa, como ha denunciado el sector. “Primero había que instruir al expediente, analizar bien toda la documentación y comunicárselo al empresario. Los inspectores han investigado 14 horas al día”, admite Domínguez en declaraciones a El Confidencial.

El caso de Atrisa Sabor Ibérico, domiciliada en Sevilla y en el municipio de Dos Hermanas, se ha conocido tras 340 inspecciones en industrias cárnicas andaluzas. Un contacto de la policía municipal alertó de indicios fraudulentos. Este diario contactó el viernes por la tarde con la empresa. “No vamos a dar ninguna información”, destacó un portavoz de la firma. Si George Orwell hubiera conocido este fraude quizá añadiría una palabra en su famosa novela publicada el 17 de agosto de 1945: Rebelión en la granja ibérica.

Jamones ibéricos de bellota falsos. El sector del cerdo ibérico está alerta y alza la voz. Avisan: no se puede generalizar el fraude desvelado el pasado viernes en la empresa sevillana Atrisa Sabor Ibérico, que comercializaba 17 toneladas de cerdo blanco procedente de Italia bajo la denominación de ibéricos.