Un miembro de Freixenet logra el apoyo de la burguesía catalana para el ‘asalto’ al Club de Polo

El Real Club de Polo de Barcelona (RCPB), la institución por excelencia de la alta burguesía barcelonesa, celebra elecciones el próximo día 16 de mayo. “Es una institución en la que se ha de estar porque socialmente así se requiere. Si eres alguien, has de pertenecer al Polo”, dice a El Confidencial uno de sus socios. Esto mismo ocurre con otros clubs similares, como el de Golf El Prat, o con el Círculo Ecuestre. Pero en el Polo se apuntan familias enteras. Ahí están los Rodés, los Uriach, los García-Nieto, los Molins, los Suqué... incluso Jorge Moragas, el brazo derecho de Mariano Rajoy, es uno de sus ilustres miembros.

 

De su naturaleza da fe el consejo consultivo que preside Juan Manuel Desvalls de Maristany. De él forman parte, entre otros, el presidente de La Caixa, Isidre Fainé; el presidente de Fomento del Trabajo, Juan Rosell; Leopoldo Rodés; Juan Uriach; Casimiro Molins; Emilio Cuatrecasas; Carlos Cuatrecasas, Ramón Malet, Olegario Monegal; Francesc Segura; Ernest Ventós... un elenco de altura para una institución próxima a cumplir 113 años.

 

El RCPB tiene 10.000 socios y está considerada la segunda institución deportiva de Cataluña después del FC Barcelona. Ello, unido a la proyección social que representa, provoca que sea un club apetecido. Y por ello hay quien está dispuesto a pagar la altísima cuota que se exige de entrada. Un miembro ha de depositar casi 20.000 euros a fondo perdido, además de pagar luego su cuota mensual. Si se apunta una familia de cuatro miembros, el desembolso asciende a unos 30.000 euros, cuotas aparte. El club ocupa tres hectáreas en la zona alta de Barcelona, propiedad de Luis Pons. Sus instalaciones incluyen cuatro restaurantes, tres bares, una guardería, dos piscinas, servicio de sauna, masajes y estética, una peluquería, varios salones, una tienda deportiva, una capilla, tres campos de hockey, una pista de pádel, una pista de tenis, una pista de hockey sala, una pista hípica, un campo de polo, un picadero cubierto, una pista olímpica de saltos, una pista de calentamiento y caballerizas.

 

A las elecciones, concurren tres candidaturas, encabezadas por Eudald Bonet Ferrer, Antonio Pirretas y Francisco José Quiquín de Abadal. El primero de ellos es consejero de Freixenet -además de sobrino del patriarca José Ferrer- y ha sido vicepresidente de la institución los últimos 8 años. Su lema, El aval de la experiencia, le hace ser lo que se podría considerar como una candidatura continuista. Por ello, quizá, las familias bien de la burguesía le han prestado su apoyo.

 

Apoyos de altura

 

No sólo el ex presidente honorarios del RCPB Joaquín Calvo Jacques ha dado la cara por él. Cuatro directivos de federaciones deportivas se han puesto a su lado reclamando el voto para su candidato: Santiago Deó Valera, presidente de la Federación Española de Hockey; Emilio J. Zegrí, presidente de la Federación Catalana de Hípica; Cristóbal Malet, presidente de la Federación Catalana de Padel y vicepresidente de la Española; y Fermín Morales, vicepresidente de la Federación Catalana de Tenis. Pero también tiene entre sus apoyos al presidente del Círculo Ecuestre de Barcelona, Borja García-Nieto; a Miquel Suqué Mateu, de la familia propietaria de los Casinos de Cataluña; a Josep Maria Sanclimens, secretario general de Tribuna Barcelona; a Carlos Homedes, director general de Nike; o a Carlos Cuatrecasas, presidente de la Fundación Círculo de Economía.

 

Sus cartas son la gestión realizada los últimos años y que ha conseguido que en el año 2009 el club tuviese superávit a pesar de la crisis general. En su equipo, cuenta con el director gerente de Asepeyo, Jorge Serra, o con la directora de la Fundación Renta, Mónica Espadaler.

 

Propuestas 'exóticas'

 

La candidatura de Abadal, que lleva como vicepresidente al economista Iván Galofré es más americana. En su candidatura figura, por ejemplo, Miguel de Yzaguirre, directivo bancario y concejal del PP en el Ayuntamiento de Cornellà; Alberto Missé, subdirector general de Privat Bank Degroof; o Carlos Hartmann de Capmany, empresario y director del Festival de Música Clásica Castell de Santa Florentina de Canet. Esta candidatura incluye un “comité de jóvenes” del que forman parte una decena de representantes de familias barcelonesas. Además, abrió una consulta para poder conocer las preferencias de los socios. Las respuestas fueron sorprendentes, porque algunas de estas propuestas resultan incluso exóticas. Por ejemplo, una de ellas reclamaba que se realizasen más misas dentro de la capilla del recinto. Otra, que se establezca una “cuota de paseante”; y otra, que se construya una “sala de copeo y de fiestas”. La mayoría de ellas, sin embargo, solicitaban mejoras en instalaciones del recinto, reducir las cuotas a las familias numerosas o que las toallas sean gratis (el alquiler de toallas es de 1,20 euros).

 

La candidatura de Pirretas lleva como vicepresidentes a Carlos de Alfonso y Janer, ex jugador de la selección española de Balonmano, y a Beatriz Bau, directiva de un club de Sant Cugat y jugadora de pádel. También incorpora a Jaime Astiz, ex jugador de balonmano -fue de la plantilla del Michelín-Valladolid- y de rugby; Pepe Borrell, empresario que fue mejor deportista juvenil del RCPB en 1970 y participante en los JJOO del 72; la tenista y abogada Carmen Hortal; el director financiero de la clínica CIMA, Borja Marimón; e Isabel Pena, cantante del grupo Val la Pena, de pop, rock y jazz.

 

Pirretas, sin embargo, tiene un handicap en su contra: fue vicepresidente del club en los años 90, durante una candidatura en la que la institución entró en una grave situación financiera. Tanto que se generó un agujero de 200 millones de las antiguas pesetas (1,2 millones de euros en la actualidad). Ante las informaciones sobre su presunta desastrosa gestión como vicepresidente económico en aquel entonces, el propio Pirretas hizo pública una declaración en la que detalla su paso por el club y donde aclara que estuvo dos meses como vicepresidente económico antes de presentar su dimisión. En las dos últimas elecciones, este empresario presentó candidatura, pero nunca logró ganar.