Salinas, paraíso asturiano en peligro de extinción por la extracción masiva de arena

Salinas es una de las playas más bellas de Asturias, conocida por unas olas que hacen las delicias de los surfistas. A principios del pasado siglo se construyó el Real Balneario, cita obligada de la crème asturiana. El arenal se extiende desde el Museo de Anclas Philippe Cousteau hasta la playa de San Juan, colindante con la ría de Avilés. Un idílico paraje en peligro, según las tesis de geólogos de la Universidad de Oviedo. “Los dragados y las obras de ampliación portuaria en la ría de Avilés han tenido como consecuencia una pérdida de arena alarmante”, aseguran fuentes de la universidad.

 

En los últimos meses las mareas se han llevado más de 800.000 m3 de arena, dejando a la vista las zapatas de un paseo marítimo construido hace menos de 15 años. Ante tal situación, el Ministerio de Medio Ambiente se vio obligado a iniciar unas obras de emergencia, lo que no ha evitado que la situación se vuelva caótica. En pleamar la playa desaparece y como consecuencia, el agua se filtra por debajo del paseo, hundido y agrietado en las zonas más críticas, frente a bloques de edificios de 13 plantas. Los vecinos temen por los cimientos de sus viviendas y piden una rápida solución a la acuciante pérdida de arena.

Como consecuencia de la falta de iniciativa pública ha surgido, a través de la red social de Facebook, Salvemos la playa de Salinas. El grupo, con cerca de 6.000 seguidores, reivindica una mayor sensibilización por parte del Gobierno central y un estudio del impacto ambiental de las obras portuarias.

Entretanto la Administración intenta echar balones fuera y culpa al Cantábrico de ser el causante de todos los males. Los fuertes maretones, los ciclos naturales y el calentamiento global son las justificaciones esgrimidas que no convencen un ápice al profesor Germán Flor, máxima autoridad en la materia que lleva alertando sobre las consecuencias de los dragados en la ría de Avilés desde hace más de 30 años. CEDEX (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas) se comprometió a presentar un plan integral de la obra en el primer trimestre de 2010 del que todavía no hay noticias.

Pilotes, arena y sensatez para salvar Salinas

Los ingenieros consultados por la iniciativa ciudadana aseguran que “sería necesario pilotar el muro del paseo con una profundidad de 6 a 8 metros. Aunque existe un problema añadido: el sistema es costoso y España está en crisis. Además, habría que estudiar el peligro que se cierne sobre la estabilidad del erosionado mirador de La Peñona”.

Los geólogos proponen realimentar el arenal con los dragados limpios que se extraigan de la ría de Avilés. El oceanógrafo Tony Butt considera la idea adecuada, pero advierte que se deberían tener en cuenta los ciclos naturales. El Ministerio plantea regenerar la playa con aportaciones de arena procedentes de fondos marinos. Hace 5 años ya hubo una regeneración con 545.000 m3 de arena y el problema persiste.

Hace algunas semanas salió a licitación la ampliación de la segunda fase de la margen derecha de la ría con un presupuesto de más de 40 millones de euros, desoyendo la alerta de los expertos  en Geología y las alegaciones a las obras presentadas por distintos colectivos ecologistas. Uno de ellos, Germán Flor, considera que la extracción de grandes cantidades de piedra empeorará la situación. Se estima que el Puerto dragará 600.000 metros cúbicos de áridos en obras de mantenimiento en los próximos 5 años.

Mientras las administraciones se ponen de acuerdo, Salinas se queda huérfana de arena, el paseo continúa hundiéndose y la obra (conocida en la zona como El Remiendo) provoca el mayor atentado paisajístico en la historia del Principado de Asturias.