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Una cofradía libera al preso que vendió su finca a la alcaldesa de Marbella
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EL PASADO MIÉRCOLES SANTO

Una cofradía libera al preso que vendió su finca a la alcaldesa de Marbella

La Cofradía del Cristo del Amor de Marbella liberaba el pasado Miércoles Santo al preso Rogelio Yeyo Llagostera, miembro de la familia que vendió los polémicos

Foto: Una cofradía libera al preso que vendió su finca a la alcaldesa de Marbella
Una cofradía libera al preso que vendió su finca a la alcaldesa de Marbella

La Cofradía del Cristo del Amor de Marbella liberaba el pasado Miércoles Santo al preso Rogelio Yeyo Llagostera, miembro de la familia que vendió los polémicos terrenos de la Vega del Colorado a la alcaldesa Ángeles Muñoz para que construyera su casa. Por casualidades de la vida, en la figura de Llagostera se unen ahora la época de glamour de la jet-set marbellí y la puesta de largo del nuevo Plan General de Ordenación Urbana.

 

El PGOU de Marbella entrará en vigor este mes, después de que el Pleno aprobara el martes las correcciones impuestas por la Cotua. La oposición municipal mantiene que existen documentos que constatan que los terrenos en litigio de la Vega del Colorado pertenecen a Marbella, pero la pelota sigue aún en el tejado de la Conserjería de Gobernación de la Junta, que será la que determine si las lindes de la Casa Rosada pertenecen a Marbella o Benahavis. ¿El interés de la alcaldesa? Saber si se puede seguir construyendo o no en los terrenos vendidos por la familia Llagostera.

Yeyo vive ajeno a estos temas de la política. Es un hombre de negocios de fuerte personalidad que pasó del lujo de las fiestas de la Milla de Oro a una fría celda de la prisión de Alhaurín de la Torre. Ese fue el destino de uno de los miembros más conocidos de la antigua jet set marbellí, hasta que fue liberado por el Cristo del Amor.

Yeyo estuvo varios años en la cárcel por tráfico de cocaína. En el 2005 fue detenido por la UDYCO de Málaga por tráfico de estupefacientes. Llagostera y los otros diez detenidos, de nacionalidad argentina, paraguaya y española, fueron acusados de pertenecer a un “grupo organizado dedicado a la introducción de droga en España”.

Ahora Yeyo vive en paz al margen de las polémicas políticas de la ciudad. El indulto se lo concedió el Gobierno central a través de Instituciones Penitenciarias, en respuesta a una demanda de la propia cofradía marbellí. La mismísima  alcaldesa Ángeles Muñoz asistió a la liberación “del vendedor de su finca” en el balcón del conservatorio de Música con gran devoción.    

Un multimillonario peculiar

 

Yeyo Llagostera tuvo el mundo a sus pies. Con veintiocho años se convirtió en multimillonario. A partir de ese momento, este hombre empezó a viajar por todo el mundo y se codeó con lo mejorcito de la jet set. Yeyo fue testigo directo de la época más cool de Marbella: Lola Flores, Carmina Ordóñez, Lolita, Isabel Preysler, Alfonso Hohenlohe, son sólo algunos de los muchos personajes que este hombre conoció. Su peculiar vida ha sido recogida en un libro, Locura de vivir, que narra la historia de este personaje: un español millonario que derrochó su fortuna a golpe de fiesta y juego, que tras la cárcel y la ruina, resurgió de sus propias cenizas.

Ahora, aupado por el Cristo del Amor, vuelve a ser libre. Casi tan libre como cuando en su infancia correteaba por los terrenos de la finca de sus padres del Cerro del Colorado. Posteriormente, en los años noventa, estos terrenos fueron adquiridos por la familia de Ángeles Muñoz, que se integró en la vida política de Benahavis como concejala.

Atrás quedaron los días de pan y chocolate. Asume su peculiar vida sin intentar justificar nada que no sea justificable: “Yo decido hacer mi propio camino y salir de los negocios familiares. Dejo a mi hermano Carlos al frente de la familia. Y para no entorpecer la economía del grupo, voy retirando mi dinero de forma escalonada. Es decir, poco a poco. Al final tardé como diez años en acabar de recibir mi parte. Eso fue determinante para mí. Me lancé a ver el mundo con una especial locura de vivir”.

Entró a pertenecer al clan de los Chorys, un nombre que quizás hoy sea conocido pero que él los presenta como “cuatro jóvenes adolescentes que decidieron lanzarse al mundo para comérselo. Hicimos de la amistad nuestra bandera. Todos para uno y uno para todos”. Ahí estaban Luis Ortiz y Antonio Ordóñez. En su libro define la  etapa carcelaria como algo muy duro. “Mis amigos siempre estuvieron ahí. Sin ellos nada hubiera sido posible. Para mí, el apoyo de mis amigos ha sido lo más importante para poder rehacer mi vida”.

Marbella tiene un toque especial

Es de los que defiende que Marbella no ha perdido su glamour por mucho que algunos se esfuercen en quitárselo “Marbella siempre tendrá ese toque especial que la hace maravillosa. No se puede olvidar este clima. Es insustituible”. Yeyo no entra en polémicas y solo quiere trabajar. Gestiona un chiringuito de playa, auténtico lugar de redención  para divos y humanos, y donde se dan cita desde un premio Nobel, un príncipe árabe o incluso la mismísima duquesa de Alba. Yeyo sabe que la vida te da cada amanecer una nueva oportunidad para vivirla. Y esta vez la vivirá “sin locura”.

La Cofradía del Cristo del Amor de Marbella liberaba el pasado Miércoles Santo al preso Rogelio Yeyo Llagostera, miembro de la familia que vendió los polémicos terrenos de la Vega del Colorado a la alcaldesa Ángeles Muñoz para que construyera su casa. Por casualidades de la vida, en la figura de Llagostera se unen ahora la época de glamour de la jet-set marbellí y la puesta de largo del nuevo Plan General de Ordenación Urbana.

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