El 'Padre Patera' pide a Pedraz dureza con los piratas del atunero 'Alakrana'

El galimatías judicial sobre la mayoría de edad de Cabdiwelli Cabullahi, el pirata somalí acusado de secuestrar el atunero vasco 'Alakrana', ha llegado hasta el seno de la Iglesia. El franciscano Isidoro Macías, mas conocido como 'Padre Patera' ha precisado a El Confidencial que “si este chico es mayor de edad  debe ser enjuiciado por el juzgado central de instrucción y ser duros con su delito que ha cometido”. La repercusión mediática sobre este suceso ha hecho pronunciarse a este hombre que a tantos africanos ha salvado de las mafias del estrecho. “El juez Pedraz debe ser duro con estos piratas. No quiero meterme en política, no es mi misión,  pero es inhumano lo que han hecho con unos pescadores que están ganándose su sueldo con el sudor de su frente y les dejan presos en su propio barco. Ahora yo me pregunto ¿Por que  Naciones Unidas no ha metido manos ahí? La pena debe ser ejemplar tanto si es mayor o menor de edad”.

Tal vez si Jesús no hubiera sido supersticioso y hubiese elegido trece apóstoles en vez de doce, seguramente este ultimo, podría haber sido este franciscano bondadoso de talante rebelde. Macías lleva dedicándose a ayudar a los demás desde hace 40 años. Empezó en Marruecos socorriendo a los españoles que no podían volver a su tierra por conflictos políticos. Eso le impide comprender cómo hay gente que se  aprovecha de la situación de  "esta pobre gente". Por eso ayuda a las mujeres africanas a tener mejor vida "Llegan a España totalmente engañadas por las mafias. La mayoría piensa que al tener el bebé en este país rápidamente conseguirán los papeles. Se equivocan. Eso sólo pasó con las que huyeron de la guerra de Sierra Leona a principios de los ochenta. Fueron las primeras y eso les permitió lograr la nacionalidad sin complicaciones. Ahora, las cosas han cambiado. Hace falta un contrato de trabajo y nadie se lo hace".

Las mafias se han hinchado

A pesar de la creencia popular, "hoy llegan a España menos pateras que hace diez años. Las mafias les van trasladando de un sitio a otro y no han venido mucho. Se van dando cuenta de que lo que les han dicho esas malditas mafias es mentira. Han cogido tanto dinero que se han hinchado”.  Además, hay nuevos centros como los de Cruz Roja y los de las ONG dedicados a ayudar a los inmigrantes. Así, la Cruz Blanca atiende ahora a menos subsaharianos que hace diez años, pero de una forma más especializada. "Tenemos tres habitaciones para tres familias y allí están de lujo", dice.

El franciscano espera que la situación mejore con nuevas leyes que sean creadas «a partir de un consenso entre las ONG y el Gobierno.  Con esta ya son cuatro veces las que han cambiado la ley de extranjería  Si los que están legislando se pusieran en el Estrecho, en un jardín que hay en Algeciras, y vieran un poco cómo viene esa gente... ¡Clama al cielo!” No obstante, su función es seguir trabajando y lograr que las ayudas a los desfavorecidos vayan a más. El primer paso está dado: su centro ya recibe ayudas desde Madrid.

Premio Nobel de la Paz como Obama

Isidoro sonríe al preguntarle sobre que, si a Obama le han dado en Nobel de la Paz, a él que tanto que ha luchado por la solidaridad con el mundo ¿para cuándo ese galardón?  “Obama tiene el mundo entero. El respira y todos nos ponemos de rodillas (risas). Nunca he querido ningún reconocimiento, son las personas y las instituciones las que me los han dado. Lo cambiaría todo si me dijeran: “Padre Patera, quita todas las cosas que te han dado y no vienen más inmigrantes. Sería el día más feliz de mi vida”.

El Apóstol del Estrecho es consciente de que se baraja una ley, por la cual, acoger a inmigrantes sería ilegal. Pero insiste una y otra vez que “yo no sé de leyes, pero antes decían que a las personas que les acogieran les pondrían una multa de 30.000 euros. A mi me habrían llevado a la cárcel porque no tengo dinero para pagar. Pero yo iría con muchísimo gusto por hacer el bien a mis hermanos y habría ido con mi santo, mi hábito, mi libro de rezos y entraría en la cárcel con la cabeza muy alta”.