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California se prepara para el Gran Terremoto
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SIETE MILLONES DE PERSONAS PARTICIPARON EN EL MAYOR SIMULACRO DE LA HISTORIA

California se prepara para el Gran Terremoto

“Al suelo, cúbranse la cabeza y manténganse a cubierto”. El pasado jueves, a las 10.15 de la mañana, hora local, sonaron todas las alarmas de terremoto

Foto: California se prepara para el Gran Terremoto
California se prepara para el Gran Terremoto

“Al suelo, cúbranse la cabeza y manténganse a cubierto”. El pasado jueves, a las 10.15 de la mañana, hora local, sonaron todas las alarmas de terremoto en California. Durante aproximadamente 15 minutos, miles de californianos siguieron las órdenes de los equipos de emergencia y corrieron a cobijarse bajo una silla, una mesa o cualquier tipo de mueble medianamente consistente. Sin embargo, en esta ocasión no hubo que lamentar víctimas, heridos ni daños materiales, sólo algún que otro tropezón. Por suerte, era sólo un simulacro. Desde San Francisco hasta San Diego, pasando por Los Ángeles, más de siete millones de personas, cerca del 20% de los habitantes del Estado, participaron en la mayor simulación de desastre natural realizada hasta la fecha.

ShakeOut, que engloba a las principales agencias estatales de seguridad pública, pretendía concienciar a los californianos de la necesidad de estar preparado para el temible Big One, un terremoto previsto para los próximos 30 años y que se prevé tendrá una magnitud similar al que destrozó San Francisco en 1906. Según la premisa del simulacro, sin previsión, el falso temblor, de 7,8 grados en la escala de Richter, habría sido devastador, provocando más de 1.800 víctimas, cerca de 50.000 heridos y ocasionando daños por valor de más de 200.000 millones de dólares.

A pesar de que California tiembla casi a diario, el Estado lleva 15 años sin sufrir un seísmo devastador como el que, en 1994, asoló Northridge, en el Condado de Los Ángeles, que causó 72 muertos, miles de heridos y que costó más de 25.000 millones de dólares.

Los datos del último informe realizado por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el Estado Dorado tiene un 99% de posibilidades de sufrir una temblor de más de 6,7 grados en la escala de Richter. De hecho, la probabilidad de que la sacudida sea superior a los 7,6 grados es del 46%, según los científicos. “Las autoridades y los ciudadanos de California deben utilizar esta información para mejorar su seguridad y minimizar los daños que pudiese producir el próximo gran seísmo”, explica Ned Field, geólogo del USGS.

72 horas hasta que se normaliza la situación

Los colegios, centros universitarios y oficinas han sido los que más han practicado el “agacharse, cubrirse y agarrarse”, las tres claves que, según los responsables del simulacro, pueden salvar cientos de vidas. “Simplemente basta con pensar la cantidad de objetos potencialmente peligrosos que pueden salir despedidos en casa o la oficina cuando se produce un terremoto de gran intensidad”, asegura Dennis Downs, jefe del Departamento de Bomberos de Pasadena, al norte de Los Ángeles.

Para Downs también “es fundamental tener claro lo que hacer en los momentos inmediatamente posteriores a la sacudida”. Los expertos afirman que en una gran catástrofe natural, los equipos de rescate pueden tardar hasta 72 horas en normalizar la situación y restablecer los servicios básicos de agua, luz y gas. El departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles se ha encargado de empapelar los autobuses de la ciudad para recordar a los californianos la necesidad de contar con un kit de emergencia en cada casa que incluya los 10 que les pueden salvar la vida, entre los que se incluye el agua, latas de comida, mantas o una linterna. Y es que, cualquier precaución es poca cuando tiembla la tierra.

 

“Al suelo, cúbranse la cabeza y manténganse a cubierto”. El pasado jueves, a las 10.15 de la mañana, hora local, sonaron todas las alarmas de terremoto en California. Durante aproximadamente 15 minutos, miles de californianos siguieron las órdenes de los equipos de emergencia y corrieron a cobijarse bajo una silla, una mesa o cualquier tipo de mueble medianamente consistente. Sin embargo, en esta ocasión no hubo que lamentar víctimas, heridos ni daños materiales, sólo algún que otro tropezón. Por suerte, era sólo un simulacro. Desde San Francisco hasta San Diego, pasando por Los Ángeles, más de siete millones de personas, cerca del 20% de los habitantes del Estado, participaron en la mayor simulación de desastre natural realizada hasta la fecha.

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