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Game Over: Counter Strike hasta la muerte
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¿POR QUÉ TODOS LOS ASESINOS JÓVENES UTILIZAN VIDEOJUEGOS VIOLENTOS?

Game Over: Counter Strike hasta la muerte

Practicaba con armas de aire comprimido y era un fanático de los videojuegos violentos. En su ordenador, desde el que hizo público que "va pasar algo

Foto: Game Over: Counter Strike hasta la muerte
Game Over: Counter Strike hasta la muerte

Practicaba con armas de aire comprimido y era un fanático de los videojuegos violentos. En su ordenador, desde el que hizo público que "va pasar algo gordo. Estoy harto de esta vida. Todos se ríen de mí. Nadie reconoce mi potencial. Tengo armas. Quedaros con el nombre de esta ciudad de Winneden. Quizá sea mi final. Ya veréis. Mañana ya veréis", la Policía alemana encontró el Counter Strike (contraataque), un juego que permite tanto asesinar en solitario como interconectado a través de Internet y con el que Tim Kretschmer se aislaba durante horas.

Desde 2008 estaba siendo tratado por depresiones en una clínica, pero la abandonó por iniciativa propia. Este miércoles el joven decidió convertir su modo virtual de divertirse en real y, vestido de paramilitar, como los protagonistas de su juego, efectuó un centenar de disparos acabando con la vida de 15 personas entre alumnos de su antiguo colegio y profesores. Tras los asesinatos, cometidos con una Beretta semiautomática propiedad de su padre, se dio a la fuga. Acorralado y sin escapatoria, terminó por suicidarse poniendo fin a su particular ‘juego’.

La psicóloga clínica, directora de un centro especializado en la violencia familiar y de adolescentes que lleva su nombre, Victoria Noguerol, ha contado a El Confidencial que “los videojuegos violentos son una de las variables con las que los jóvenes sin autocontrol refuerzan las conductas violentas. La intensidad y la frecuencia con las que el menor está expuesto a estos videojuegos y la carencia de supervisión y feed-back por parte de responsables puede ser un detonante muy potente. Las compañías, las drogas, la baja autoestima y la falta de confianza, seguridad y valores, son, junto con las emocionales o afectivas, el resto de las variables que suelen darse en este tipo de casos”.

La experta explica que “cuanto más resueltas tiene un joven sus habilidades sociales, con menos situaciones de riesgo se encuentra para llegar a la violencia con rabia y resentimiento no canalizados ni expresados de forma saludable”.

El hecho de que imitara los modos e incluso el traje que llevan los protagonistas de los videojuegos violentos que maneja sugiere que “está habiendo una disociación. El joven se aleja de la realidad, que no es suficientemente compensatoria en términos de refuerzo, y se crea otra alternativa donde se siente poderoso, con control y viviendo una realidad a la que encuentra sentido. Es una forma de dar expresión a los sentimientos negativos acumulados”.

La salida que hubiera impedido que llegara a acometer la masacre hubiera estado en la continuación del tratamiento que había comenzado el año pasado que tenía que haber pasado “también por un tratamiento coordinado y colectivo con la familia o los responsables del entorno donde se desarrolla para que el efecto de la terapia no quede minimizado por el de la vida cotidiana en el caso de que sea disfuncional. El tratamiento es imprescindible; un recurso innegociable con esta sintomatología”.

A pesar de no haber una causa-efecto que lleve a la persona violenta a jugar a este tipo de juegos violentos o viceversa, según la especialista “los factores de su personalidad han podido haber derivado en una conducta compulsiva con los juegos violentos hasta el extremo de que se dé una situación de auténtica dependencia. Para que su enganche adictivo no hubiera llegado a ser tal, se requería que no hubiera habido una carencia de autocontrol, de supervisión y valores externos. Cuanto más vulnerable sea la persona, más riesgo tiene de que los videojuegos deriven en un enganche muy disfuncional”.

A pesar de los estudiados riesgos, el mercado de los videojuegos está plagado de juegos de violencia que alcanzan la modalidad ‘gore’. Los hay inspirados en ‘Viernes 13’, como es el caso de Splatter House, otros que consisten en utilizar técnicas medievales de exterminación -Chiller-, de psicópatas asesinos -Thrill Kill, Resident Evil 4-, juegos de supervivencia cuyas rondas sólo se pasan asesinando a todo el que se cruza -Manhunt-, de carreras que son más fáciles de pasar con los puntos obtenidos tras atropellar peatones -Carmaggedon- o huyendo de la policía -Grand Theft Auto-. Se puede matar en solitario, en grupo, y en tercera o primera persona -Soldier of Fortune 2, Postal 2-, con armas o utilizando lo que el jugador pille a mano -Dead Rising-. Todo vale en la ficción para divertirse matando.

Practicaba con armas de aire comprimido y era un fanático de los videojuegos violentos. En su ordenador, desde el que hizo público que "va pasar algo gordo. Estoy harto de esta vida. Todos se ríen de mí. Nadie reconoce mi potencial. Tengo armas. Quedaros con el nombre de esta ciudad de Winneden. Quizá sea mi final. Ya veréis. Mañana ya veréis", la Policía alemana encontró el Counter Strike (contraataque), un juego que permite tanto asesinar en solitario como interconectado a través de Internet y con el que Tim Kretschmer se aislaba durante horas.