Un juez retira la custodia a los padres de una niña imputados por maltrato

El Juzgado de Instrucción número 1 de Santander ha encomendado al Gobierno de Cantabria la custodia de una niña de dos años y medio cuya madre ha sido detenida este miércoles después de que la criatura ingresase en el Hospital Marqués de Valdecilla con múltiples lesiones que los médicos atribuyen a malos tratos.

La niña -según la forense que la ha explorado- tiene calvas en el cabello provocadas por tirones, hematomas en la cabeza, los brazos, los costados, la espalda y las piernas; ha perdido una uña y tiene dos heridas antiguas que parecen ser una mordedura y una quemadura. La menor fue atendida en urgencias y ahora está hospitalizada, aunque los médicos consideran que su pronóstico es "menos grave".

Todos estos detalles figuran en el auto de medidas urgentes dictado esta tarde por el juez José Hoya, al considerar que la niña se encuentra en "situación de abandono y desamparo", con "riesgo para su vida y para su integridad física y moral".

El juez dispone además de informes médicos que indican que las lesiones de la niña "ni eran accidentales ni fortuitas, sino originadas presuntamente por malos tratos" y en distintas fechas. Por ese motivo, ha abierto diligencias por un posible delito de malos tratos habituales y otro de abandono de familia contra los padres de la menor, Rosa María G.C. y Morad A..

La madre fue detenida en Santander tras el ingreso de la menor en el hospital y, en su declaración a la Policía, culpó de las lesiones al padre de la niña, del que se ha separado recientemente, según informó a Efe la Delegación del Gobierno de Cantabria.

El padre reside en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y contra él también se ha librado una orden de arresto. Sin embargo, la Delegación del Gobierno en Cantabria no tenía constancia esta tarde de que ya hubiera sido detenido.

Ninguno de los dos progenitores ha comparecido todavía en el Juzgado, pero el magistrado razona en el auto de medidas de protección de la niña que, dadas las características de las lesiones y sus distintas fechas, "cuando menos de manera presunta sólo pueden haber sido causadas o impedidas por las personas que tienen conferida su guardia y custodia".

El juez retira cautelarmente su custodia a los padres, les prohíbe comunicarse con ella si no es con su permiso y en presencia de testigos para "garantizar la integridad personal y física de la menor" y manda a los Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria que se hagan cargo de la niña.