La Unión Europea, contra las cuerdas

Difícil lo va a tener la UE para afrontar todas las críticas que está recibiendo. Primero por parte del Gobierno canario, que no cesa en su empeño de pedir reiteradamente ayuda (el portavoz Miguel Becerra apelaba estos días al Ejecutivo de Zapatero para que intercediera ante Bruselas), y después por el propio Gobierno Central, que tiene previsto presionar a la UE para que se implique en la crisis humanitaria.

Pero lo cierto es que, hasta ahora, lo único que desde las instituciones comunitarias se ha podido llevar a cabo en esta ‘crisis de los cayucos’ es el envío de patrulleras a Mauritania. Esto se debe a que los programas dedicados a la inmigración, firmados hace ya cuatro años (ARGO y AENEAS), estaban dirigidos a la seguridad y el control de fronteras. “Lo que ahora se está haciendo desde la UE son partidas especificas a Canarias, es decir, estos programas contemplan casos de urgencia, como la financiación de estas patrulleras, y acciones puntuales, pero sólo en materia de seguridad”, dicen fuentes del ministerio de Asuntos Exteriores.

Sin embargo, la Comisión Europea está negociando un macroproyecto sobre inmigración. “Se trata de un cambio de perspectiva de manera más global que busca promover el desarrollo y así gestionar los flujos migratorios, lo que desembocará en nuevos programas”, aseguran desde Exteriores.

Entre estos proyectos, el más importante se llamará ‘Solidaridad y Gestión de flujos migratorios’ e incluirá cuatro puntos fundamentales: las fronteras exteriores, el retorno de indocumentados, el caso concreto de los refugiados (perseguidos en sus lugares de origen por motivos raza, religión, opción política, etcétera) y la integración en los países de origen. Es decir, que además de controlar las fronteras, podrá destinar partidas económicas para financiar otro tipo de acciones más dirigidas a la cooperación.

Pero, de momento, habrá que esperar. Concretamente hasta 2007 que entre en vigor.