Veinte niños mueren en Uganda durante un incendio en una escuela

Uganda ha quedado conmocionada por el incendio registrado en el dormitorio de un internado escolar del oeste del país, que se cobró la vida de al menos 20 niños con edades comprendidas en su mayoría entre los seis y los 10 años.

Todo parece indicar que Anet, una estudiante de bachillerato que se sentía enferma anoche, fue la responsable de desatar la tragedia, porque al dormirse dejó encendida una vela.

El fuego prendió una sábana y se extendió rápidamente por una habitación en la que dormían 25 de sus compañeros.

El suceso se registró en la población rural de Fort Portal, en el distrito de Kabarole, una zona pobre del oeste de Uganda que no cuenta precisamente con los mejores sistemas para apagar rápidamente un incendio.

La Escuela Islámica de Kabarole, de enseñanza primaria y secundaria, fue levantada hace seis años y tenía 201 alumnos, según el director del centro educativo, Kwezi Humphrey.

Ahora se ha quedado en escombros y no se ha podido salvar nada de las llamas. El fuego podía verse a medio kilómetro de distancia, según los testimonios recogidos por las emisoras de la región.

"El suceso se ha cobrado hasta ahora la vida de veinte niños. Sospechamos que el fuego lo desató una vela, porque en el momento del suceso no había electricidad en la población", dijo hoy el portavoz policial Patrick Onyango.

Desde primeras horas los equipos de rescate comenzaron a sacar cadáveres del incendio. Eran trece antes del mediodía y después aparecieron siete más, elevando a veinte la cifra de muertos que, sin embargo, puede ser aún mayor.

En el equipo de rescate se encontraban, entre otros, el comandante policial del distrito, Musana Paddy Munene, y el responsable de investigaciones criminales, Enock Ndyomugyenyi.

A media mañana, quienes trabajaban entre los escombros habían rescatado diez cadáveres, pero todavía quedaban unos veinte niños desaparecidos. "La cifra de muertos puede ser mayor", dijo Munene. Los cuerpos recuperados estaban tan destrozados que no se podían reconocer.

Los padres de los estudiantes, que llegaron de las poblaciones cercanas de Bundibugyo, Kyenjojo y Kamwenge, protagonizaron escenas de desesperación porque no encontraban a sus hijos y, a gritos, reclamaban a los equipos de rescate para que los buscaran.

Uno de los profesores dijo que la zona más afectada por el incendio fue el dormitorio de los más pequeños. La mayoría de las víctimas mortales tenía entre seis y 10 años.

Entre los heridos se encuentra Anet, la adolescente que presumiblemente desató el incendio y que fue ingresada en un hospital con heridas menores en una mano.

Las pérdidas materiales se elevan a unos 700 millones de chelines ugandeses (unos 316.000 euros). El responsable del centro escolar ha pasado a disposición de la policía mientras se investigan las razones de la tragedia.

Esta es una de las peores tragedias registradas en Uganda. El pasado 8 de marzo, 26 personas murieron cerca de Kampala cuando, a causa de una fuerte lluvia, se desplomó el techo de una iglesia cuando participaban en un oficio religioso.