El Gobierno asegura que la tragedia humanitaria de Ceuta y Melilla se está trasladando a Canarias

La tragedia humanitaria ha cambiado de destino. Desde finales del año pasado y sobre todo en estos primeros meses de 2006, la llegada masiva de inmigrantes a España ha dejado de tener su epicentro en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y se ha pasado a Canarias.

En los últimos meses, han entrado tantas embarcaciones en las islas –algunas logran arribar en tierra; otras se pierden en las aguas- que es imposible llevar la cuenta. Según los datos del Gobierno, en lo que va de año, 2.500 inmigrantes irregulares han entrado en Canarias. “Estamos hablando de una tragedia humanitaria de dimensiones extraordinarias”, asegura el delegado del Gobierno en las islas, José Segura. “Es terrible. ¿Quién sabe cuántas pateras se han quedado en el camino?”.

De Marruecos a Mauritania

Este movimiento migratorio ha trasladado su centro de Marruecos a Mauritania, lo que, a su vez, está provocando un incremento del número de llegadas a Tenerife y Gran Canaria en detrimento de Ceuta y Melilla. En opinión del Gobierno, las buenas relaciones del Ejecutivo de Zapatero con el de Marruecos, y las medidas tomadas por este último, han logrado frenar la entrada de inmigrantes por Ceuta y Melilla. Esto, a su vez, ha derivado en un trasvase de embarcaciones y subsaharianos a Mauritania.

Según explica Segura, “el movimiento de seres humanos por vía marítima se viene produciendo desde 1996. En los dos últimos años del Gobierno de Aznar, las relaciones con Marruecos no eran buenas y esto provocó la llegada de más ‘sin papeles’. En 2002 hubo 10.000. Con la entrada del Gobierno del PSOE, se produjo un descenso importante (4.700 en 2005) gracias a una mejora de las relaciones con Rabat, lo que derivó en un mejor funcionamiento de la gendarmería marroquí en la frontera con España. Es por esto que, no encontrando salida por Marruecos, los inmigrantes hayan trasladado ahora su lugar de salida a Mauritania”.

A partir de aquí, el resto viene rodado, es decir, el tipo de embarcación también cambia, de la patera al ‘cayuco’, que es el barco pesquero tradicional mauritano, un poco más grande, de 14 a 18 metros de eslora y con capacidad para 50 ó 60 personas, con dos motores en lugar de uno, y que logra una mayor velocidad. Tampoco es que la diferencia con la patera sea abismal, pero se aprecia que algunos ‘cayucos’ están empezando a acondicionarse para poder llevar más personas.

De la patera al cayuco y el GPS

“Al principio, cuando empezaron a llegar con este tipo de embarcación, nos parecía que los inmigrantes se encontraban en un buen estado, con trajes especiales para el agua, chalecos salvavidas, e incluso traían GPS (para navegar y localizar la costa), asegura Rubén Fernández, responsable de Socorro y Emergencia de Cruz Roja. “Sin embargo, desde hace unas tres o cuatro semanas las cosas han cambiado. En esta nueva avalancha el estado es peor, además de heridas e hipotermia, tienen quemaduras debido a la mezcla del combustible con el agua salada.”

José Segura afirma que el Gobierno “ya viene dialogando con las autoridades mauritanas para intentar solucionar esta situación”. En las próximas semanas, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho Vizcaíno, viajará al país africano con el objetivo de establecer mecanismos de cooperación y favorecer la adopción de medios materiales y humanos.