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Los Investigadores sostienen que Sonia Carabantes fue agredida y no atropellada
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Los Investigadores sostienen que Sonia Carabantes fue agredida y no atropellada

Los agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación del asesinato de Sonia Carabantes mantuvieron que todos los indicios apuntan a que la joven

Los agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación del asesinato de Sonia Carabantes mantuvieron que todos los indicios apuntan a que la joven fue agredida y no atropellada y que el británico Tony King, único imputado en la causa, siempre reconoció su implicación. Durante la tercera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Málaga, varios testigos señalaron que en las inmediaciones de la casa de la joven había manchas de sangre, además de objetos personales de Sonia, pero no rastros de pintura de un vehículo o marcas de neumático que indiquen un atropello.

Explicaron que la agresión debió producirse por sorpresa en esa calle, donde la joven recibió un fuerte golpe de frente que posiblemente le hizo perder la consciencia. Si se hubiese producido un accidente de tráfico, las manchas hubiesen estado en la calzada, "y no entre los coches y en la acera", indicó uno de los agentes.

Los investigadores mantienen la hipótesis de que Sonia trató de defenderse cuando recuperó la consciencia y que por ello se encontraron restos biológicos en ambas manos en su cadáver, que fue hallado semidesnudo en un paraje de Monda el 19 de agosto de 2003, cinco días después de su desaparición en Coín.

Coincidieron en que las piedras que ocultaban parcialmente el cadáver de Sonia podían quitarse con la mano y justificaron el empleo de grúas para su retirada en poder analizarlas y no en su tamaño, pese a que King declaró en el juicio que no podía moverlas una sola persona.

En el camino terrizo presuntamente utilizado por el agresor para llegar a este paraje se encontró un fragmento de tulipa de un vehículo en el que posteriormente se hallaron restos que coinciden con el perfil genético del acusado.

Según los testigos, King reconoció su participación en los hechos durante su declaración ante la Guardia Civil, localizó el lavadero en el que había llevado a limpiar su vehículo y facilitó de forma espontánea datos sobre otras agresiones sexuales cometidas en varias localidades malagueñas.

King llegó a afirmar que "sentía placer con este tipo de agresiones", y que "se sentía cazador, las mujeres eran sus presas", y aunque "no pretendía violarlas, sí abusar de ellas y con el recuerdo, masturbarse allí", recordaron los agentes.

King estuvo asistido en todo momento de letrado

Los investigadores aseguraron que el procesado estuvo asistido en todo momento de letrado y que durante su declaración estuvo relajado, si bien fumó de forma compulsiva y vomitó en tres ocasiones.

Por su parte, dos peritos confirmaron durante la vista oral la coincidencia del perfil genético hallado en la tulipa, que se corresponde con King, con la muestra extraída de la mano derecha de la víctima, y aseguraron que la probabilidad de encontrar otra persona al azar con ese mismo perfil es "bajísima".

El perfil genético hallado en la tulipa se conectó con el encontrado en una colilla recogida en el escenario de la desaparición de la joven de Mijas Rocío Wanninkhof en octubre de 1999 y se cotejó con unos calzoncillos del acusado.

Además, los peritos recalcaron que la probabilidad de que King haya contribuido a la "mezcla" de perfiles genéticos de la víctima y de un varón hallados en el pliegue de la mano izquierda y en los dedos de la mano derecha de Sonia es "abrumadora".

Ambos perfiles genéticos se encontraron tanto en las manos de la joven como en un cepillo que estaba en el maletero del vehículo de King y en unas gasas. Por otro lado, en un cinturón del asiento trasero del vehículo del acusado que fue intervenido tras su detención se halló sangre de la víctima, según los peritos.

Los agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación del asesinato de Sonia Carabantes mantuvieron que todos los indicios apuntan a que la joven fue agredida y no atropellada y que el británico Tony King, único imputado en la causa, siempre reconoció su implicación. Durante la tercera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Málaga, varios testigos señalaron que en las inmediaciones de la casa de la joven había manchas de sangre, además de objetos personales de Sonia, pero no rastros de pintura de un vehículo o marcas de neumático que indiquen un atropello.