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Afganos en Europa: "Me aterra la imagen de mi hijo seducido por los talibanes"
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Afganos en Europa: "Me aterra la imagen de mi hijo seducido por los talibanes"

Mezclemos un triunfo de grandes dimensiones con crisis identitarias, multiculturalismos que eclosionan en conflictos continuos, islamofobia, racismo y añadamos la manipulación de los valores del islam

Foto: Una niña en una escuela de Afganistán (Reuters)
Una niña en una escuela de Afganistán (Reuters)

“Siempre eduqué a mis hijas en la paz, insistiendo en que cualquier persona tiene la capacidad de volver hacia el bien”, asegura Halima, mujer afgana residente en Alemania desde hace diez años. "Viendo en el móvil las noticias sobre mi Afganistán, rezo por que mis dos hijas, que están en Kabul, estén preparadas para matar talibanes si es necesario".

El mundo entero asiste a una serie de acontecimientos que se han sucedido a tal velocidad que cuesta asimilarlos: la partida de las tropas estadounidenses seguida por el avance certero, eficaz y estratégicamente impensable, de los combatientes afganos hasta hacerse con el poder de Kabul.

Foto: Puesto de control en Kandahar, cuna de los talibanes. (EFE)

“El triunfo de los muyahidines (combatientes por la causa de Alá) afganos es solo una prueba de que Occidente no tiene nada que hacer frente a las naciones que temen a Alá”, asegura Akhtar, residente de cirugía de origen afgano, en Alemania. "Estamos presenciando el resurgir del Califato; la expulsión de Occidente y, si Alá quiere, la unificación de Afganistán, Pakistán y los países de Asia Central como un estado islámico poderoso que seguirá su expansión en el mundo entero".

La conversación telefónica con Akhtar es interrumpida por una voz femenina, probablemente una de sus jefas, dándole órdenes en alemán. La voz de mi interlocutor se tornó baja y sumisa mientras contestaba: “Ich komme gleich” (ahora mismo voy). Tanta ironía condensada en una interrupción.

El espectáculo hiperbólico que los talibanes han mostrado al mundo se trata de una maniobra que pretende deslumbrar a sus seguidores

El espectáculo hiperbólico que los talibanes han mostrado al mundo se trata de una maniobra que pretende deslumbrar a sus seguidores. En efecto; mezclemos un triunfo de tales dimensiones junto a las circunstancias idóneas (crisis identitarias, multiculturalismos que eclosionan en conflictos continuos, islamofobia, racismo, fracaso de proyectos de integración) y añadamos la manipulación de los valores del islam. Nos encontramos entonces con una narrativa lo suficientemente atractiva para que jóvenes afganos, que observan desde la diáspora, se sientan fascinados. Porque ellos no han sufrido la represión, porque de pronto el ideal trascendente del ‘Califato’, anula los hechos: las violaciones de los derechos humanos, las muertes, el miedo.

Mirad, los talibanes ya se han hecho con nuestras pantallas, posando en silencio. Y nosotros observándoles en la palma de nuestra mano; mientras comemos, en el metro, desde el cuarto de baño, antes de mandar un mensaje de buenos días nuestro amor. Los talibanes saben que la conquista se libra también en la red.

Los talibanes saben que la conquista se libra también en la red

Se habla de ‘Talibanes 2.0’: una versión del grupo islamista, adaptada al siglo XXI, que pretende incluir cierta narrativa respetuosa con los derechos humanos.

“Es preocupante que nuestros jóvenes estén consumiendo con admiración imágenes de hombres compuestos y poderosos que han llegado al poder sin aparente esfuerzo”, explica Javed, abogado jubilado alemán de origen afgano. "Mientras veíamos por internet la toma de Kabul, mi mujer y yo llorábamos y sin embargo mi hijo dijo: ‘Igual la vida en Afganistán es mejor con ellos en el poder’. Fue aterrador aceptar que mi hijo no tiene idea alguna de lo que los talibanes representan. Fue aterradora la imagen de mi hijo siendo seducido por la idealización de un Estado Islámico".

Foto: Talibanes en Jalalabad (Afganistán). EFE

La reacción tardía de la comunidad internacional ha sido síntoma de que nos encontramos ante un acontecimiento cuya gestión es inabarcable. Hemos transgredido irreversiblemente la confianza en muchas de las instituciones cuya misión es anticiparse al colapso. El silencio ha sido grotesco.

Aumento de la islamofobia

Mientras tanto, las comunidades musulmanas en Europa entienden que las consecuencias de lo que sucede en Afganistán tendrá una repercusión directa en el incremento de la islamofobia. Saben que serán cuestionados y juzgados injustamente. “Se nos exigirá que nos pronunciemos en contra de los talibanes como si todos tuviéramos algo que ver con ellos solo por ser musulmanes”, dice Tahira, estudiante alemana y musulmana en Berlín. “Como sucede siempre con el terrorismo islámico”.

En las mezquitas europeas la situación es también difícil de gestionar: "El Profeta Mahoma, la paz y las bendiciones de Alá sean con él, creó una religión para compartir el mensaje de dios" explica Faiz, imán saudí, en una mezquita alemana en la que los fieles son en su mayoría de origen afgano. "El Profeta no fue el fundador de un Estado Islámico, de eso se encargó el hombre y su afán de poder. Lamentablemente este es un mensaje controvertido en el islam, y no podemos verbalizarlo directamente si no queremos tener problemas".

Foto: Vista aérea del aeropuerto de Kabul. (EFE)

Los videos virales y bárbaros muestran a civiles tratando de encaramarse a aviones en la pista de despegue del aeropuerto de Kabul. Se muestra a esos civiles cayendo del cielo momentos después. Las imágenes hacen todavía más difícil entender que existan voces de afganos residentes en Europa a favor del Emirato Islámico de Afganistán. Sin embargo, la defensa del Califato tiene una presencia importante en las redes, donde se trata de justificar cada paso que dan los talibanes:

"Los medios se están esforzando en viralizar la idea de que los combatientes por la causa de Alá están casándose por la fuerza con niñas o jóvenes", asegura Rahim, comerciante afgano en Alemania. “Pero se trata tan sólo de propaganda falsa. La toma del país ha sido limpia, y son probablemente los civiles quienes se aprovechan del caos y de la falta de información para abusar de las mujeres”.

Estamos asistiendo a una realidad en la que los ciudadanos prefieren arriesgar su vida a quedarse en la tierra que les vio nacer. No hay nada más elocuente que este hecho. Mujeres aterrorizadas viendo como sus derechos están a punto de ser brutalmente cercenados. Hombres a los que no se les dejará ser más que siervos de una dictadura de terror.

"Lamentablemente el talibán es solo un reflejo del hijo perfecto de toda madre adoctrinada"

“Porque también los hombres somos víctimas de la situación que sufre Afganistán”, recuerda Javed. “Lamentablemente el talibán es solo un reflejo del hijo perfecto de toda madre adoctrinada: la educación se basa en la obediencia ciega, historias horrorosas sobre el infierno, y la imposibilidad de cuestionar la religión o la cultura".

"Temo por mis hijas porque las mujeres han sido y son las más vulnerables en todo conflicto. Pero no olvidemos a nuestros hijos y a nuestros jóvenes, a los que se les va a castigar sistemáticamente, incluso con la muerte, cada vez que den un paso a destiempo".

No debemos olvidar que los soldados talibanes, en su mayoría, son cachorros adoctrinados en el miedo, la demagogia y la beligerancia. Jóvenes ignorantes y prácticamente analfabetos sin acceso a internet o redes sociales. Su única exposición es a las aleyas del Corán que sus líderes manipulan en nombre del poder. Caminan por el mundo con la mente puesta en su paraíso celestial, estético, mientras pueblan sus vidas de lo atroz.

placeholder Soldados talibanes patrullan Kandahar (Afganistán) EFE
Soldados talibanes patrullan Kandahar (Afganistán) EFE

"La ignorancia es un problema generalizado en Afganistán y en Pakistán”, afirma Zahir, solicitante de asilo político en Alemania. "La mayoría de sus ciudadanos defenderán la existencia de un Estado Islámico en sus países por inercia, sin saber lo que realmente supone, y sin embargo huirán a un país secular en el momento en el que la oportunidad se les presente".

Todas estas voces conforman una realidad que aún no alcanzamos a asimilar. Las palabras probablemente no lleguen nunca a reemplazar a las armas, pero ayudarán a gestionar los sucesos, ayudarán a mirar a la realidad de frente después de tantos meses de silencio. No apartemos la mirada. Escuchemos todo discurso aunque sea incómodo. Registremos toda retórica, aunque esta nos haga conscientes de nuestra inutilidad ante soldados que saben convertir palabras en pecados y vidas en sacrificio.

Soldados que no tienen nada que perder en esta tierra. Soldados con vocación de mártires a pesar de las promesas de estabilidad por parte de sus líderes, a pesar de su discurso adaptado a todos los públicos.

“Siempre eduqué a mis hijas en la paz, insistiendo en que cualquier persona tiene la capacidad de volver hacia el bien”, asegura Halima, mujer afgana residente en Alemania desde hace diez años. "Viendo en el móvil las noticias sobre mi Afganistán, rezo por que mis dos hijas, que están en Kabul, estén preparadas para matar talibanes si es necesario".

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