El plan de vacunación de Sánchez: un 'cortapega' de informes europeos sin detalles clave
El presidente anunció que España sería uno de los primeros países junto a Alemania en presentar un plan completo de vacunación, pero ni el plan está completo ni somos de los primeros
Ayer, España presentó su plan de vacunación contra el covid-19, un documento de líneas maestras anticipado por el presidente del Gobierno el fin de semana pasado y en el cual, según explicó, se lleva trabajando desde el mes de septiembre. El plan presentado ha acabado siendo un brindis al sol de 18 páginas que pueden resumirse en tres mantras: la vacuna será gratuita, se administrará en los 13.122 centros de salud o consultorios locales ya existentes en el Sistema Nacional de Salud y se priorizará a los colectivos más vulnerables, como ancianos en residencias o trabajadores sanitarios.
Todo esto era conocido o al menos esperable, pero ¿acaso era posible ser más concreto, habida cuenta de que aún no hay vacunas aprobadas y que muchos datos sobre las mismas —por ejemplo, el grado de protección que confieren a los mayores— aún se desconocen? Un análisis de los planes ya presentados por los países de nuestro entorno inclina a pensar que sí, que una estrategia algo más ambiciosa era posible.
La publicada por el Ministerio de Sanidad ayer, pese a ser de las más recientes, palidece en concreción frente a los planes publicados hace semanas por países pequeños como Estonia o Grecia, que llega a precisar el número de personas que podrían vacunarse mensualmente en 2.117.440 griegos. Lo que han hecho en el Gobierno —y así lo reconocen en el propio documento presentado ayer— es básicamente adaptar a nuestra lengua y situación las líneas básicas de unas guías de vacunación publicadas en octubre por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) y por la Comisión Europea.
Sin embargo, según revela el documento hecho público ayer, todas estas claves estarían extraídas de un informe titulado ‘Bases para la estrategia de vacunación covid-19 en España’ y elaborado por el Grupo de Trabajo Técnico de Vacunación Covid-19, un ente coordinado por Sanidad y formado por especialistas en bioética, sociología, metodología o expertos del Carlos III, el CCAES o la Aemps. Este periódico solicitó poder acceder al documento original, pero Sanidad no consideró adecuado facilitarlo, por lo que todo cuanto tenemos es el citado PDF de 18 páginas que contiene las líneas maestras.
¿Somos los primeros de Europa?
Por supuesto que no. Aunque Pedro Sánchez aseguró el sábado que España sería, con Alemania, el primer país de Europa en tener un plan completo de vacunación, lo cierto es que varios de nuestros vecinos publicaron hace meses estrategias similares a la que conocimos ayer: la mayor parte de ellas simplemente recogen dónde se realizarán las vacunaciones, cuándo comenzarán, de cuántas dosis disponen y cuáles serán los primeros colectivos en recibir la inmunización.
¿Por qué no todos lo han hecho cuando 'a priori' todas estas cosas serán comunes? Cuestión de formas. En Bélgica, por ejemplo, se conocen bastantes detalles de cómo va a ser la estrategia, pero no se ha publicado aún la suya porque están evaluando cómo encajar algunas piezas. La más importante, la vacuna de Pfizer. La estrategia, dijo esta semana Marc Van Ranst, virólogo jefe del Ejecutivo belga, "depende en parte de cuál sea la elección final, para vacunas que tienes que conservar a -80ºC necesitas una estrategia y logística diferente que para aquellas que puedes conservar en la nevera".
España anunció ayer que había adquirido 20.873.941 dosis de la vacuna de ARN mensajero de Pfizer y BioNTech, pero el plan no incluye ninguna mención a la logística o cómo integrar las necesidades de frío de la vacuna a una red de puntos de vacunación que carecen de este equipamiento. El plan alemán, por ejemplo, sí que lo menciona e involucra al ejército en la distribución o solicita a los estados federales emplazamientos concretos (60) donde ubicar los centros de vacunación para planificar de antemano la endiablada logística de esta vacuna.
Algo similar a lo de Bélgica ocurre con Austria. Pese a que oficialmente no se ha anunciado ningún plan, el ministro de Sanidad austriaco, Rudolf Anschober, ha desgranado recientemente varios de los detalles, similares a los contenidos en el plan español: la vacuna llegará al país en los primeros meses de 2021, se centrarán en trabajadores sanitarios o población vulnerable y el resto de la población la tendrá disponible a partir de primavera.
España anunció ayer que había adquirido 20.873.941 dosis de la vacuna de Pfizer, pero el plan no incluye ninguna mención a la logística
Entre los primeros países en publicar planes de vacunación están Suecia, que el 20 de mayo anunció estar trabajando en ello y lo presentó el 31 de agosto, o Francia, que avanzó el suyo el pasado 9 de julio. Este plan, por cierto, contenía detalles que el español no contiene, pese a haber llegado casi cinco meses más tarde. Por ejemplo, el número de personas que componen cada uno de los grupos vulnerables que resultan prioritarios para la vacunación.
Países Bajos también es bastante concreto en este sentido: sus 155.000 primeras dosis irán destinadas a ancianos y personas con disfunción intelectual que viven en residencias, además de los trabajadores de estas instituciones. Estos son precisamente el grupo más prioritario en el plan español, pero no especifica cuántos individuos son.
El país neerlandés, por cierto, manejaba hasta hace poco dos estrategias diferentes en función de si la vacuna, además de proteger al portador, lograba cortar la transmisión del virus o no. Según pudo saber El Confidencial de la correspondencia remitida entre Países Bajos, España y el ECDC, manejaban una aproximación basada en datos: si la vacuna protegía de la transmisión, podrían optar por empezar a vacunar a aquellos sectores de la población más proclives a transmitir el virus, es decir, de la gente de 18 años en adelante. Si solo ofrecía protección, pero no afectaba mucho a la transmisión, lo más conveniente en ese caso sería empezar por los individuos menos protegidos, los de más edad. Como veremos más adelante, no son los únicos en barajar esta opción.
Desde mayo a noviembre
También varias semanas antes que España, Polonia anunció, sin demasiados detalles, sus planes de vacunación (personas de alto riesgo, sanitarios y trabajadores uniformados) el pasado 13 de noviembre. Un día antes, Italia anunció también que las primeras vacunas comenzarían a ser inoculadas a finales de enero de 2021, concretamente a 1.700.000 personas, empezando por aquellos con más "fragilidad y especial exposición al virus", según contó Domenico Arcuri, coordinador de emergencias del país transalpino. Tres semanas antes, el 19 de octubre, Estonia presentó su plan de vacunación, que como el resto se centrará en población mayor, sanitarios, empleados de residencias o personas con comorbilidades.
Letonia ha sido de los últimos en presentar un plan, pero lo hizo justo un día antes que España, el 23 de noviembre. Ellos incluyen algo interesante: no vacunarán primero a los mayores sino a los sanitarios y a los trabajadores de las residencias, ¿por qué? Porque son los vínculos capaces de transmitir la enfermedad a esas personas vulnerables, como ya sucedió durante la primera ola. Si ellos están protegidos, es difícil que el virus penetre en este tipo de instituciones, según explicó en conferencia de prensa Santa Līviņa, la ministra letona encargada de esta estrategia.
Algunos países como Luxemburgo o Portugal consideran que no tiene sentido aprobar un plan sin que haya una vacuna en el mercado
Entre los que aún no han presentado oficialmente una estrategia está Finlandia, que sin embargo recoge detalles similares a los del plan español —tipo de vacunas a adquirir o prioridades de vacunación— en la página oficial del Gobierno. Luxemburgo, por ejemplo, ha comunicado que adquirirá 420.000 dosis a través de la compra conjunta de la Comisión Europea, pero está esperando a los análisis de la Agencia Europea del Medicamento sobre cada una de las candidatas para decidir cuáles comprar y en qué proporción.
La misma estrategia que ha seguido nuestro vecino peninsular. Graça Freitas, directora general de la Sanidad portuguesa, ha dicho que ha estado trabajando en un plan de vacunación "durante meses", pero que no tiene sentido anticipar nada sin saber qué vacunas obtendrán finalmente el beneplácito de la EMA. "No hay una sola vacuna en el mercado", señaló a comienzos de esta semana. "Hay varias vacunas y todas son diferentes, hechas con distintas tecnologías".
A diferencia de lo que declaró el presidente el sábado pasado, el plan español ni es el primero en Europa ni está completo
España, a diferencia de ellos, tiene un plan. Pero a diferencia de lo que declaró el presidente el sábado pasado, ni es el primero en Europa ni está completo.
Por ejemplo, el propio texto dice que para solucionar los retos que plantea la distribución de las vacunas "se desarrollarán protocolos que permitan el control de la trazabilidad en la distribución, asignen responsables de los procesos y definan flujos de comunicación claros". Esos protocolos aún no están, ni tampoco las "distintas alternativas de centros de vacunación" en las que Sanidad está trabajando con las comunidades autónomas. En general, lo que se ha presentado carece de letra pequeña sobre la apuesta diferenciada para adaptar el reto de la vacunación a las particularidades de nuestro territorio, estructura administrativa o sociedad. Es un decálogo de buenas intenciones rebosante de provisionalidad. De hecho, en la primera página, ya indica que "este documento está en revisión permanente".
Con el conocimiento actual sobre el desarrollo de las vacunas contra la pandemia, cualquier estrategia de vacunación solo puede ser preliminar o incompleta. Pero incluso como plan preliminar, el de España ha sido de los últimos en aparecer en Europa. Hasta Hungría lanzó su plan antes que nosotros, y eso que sus intenciones no cuentan precisamente con la bendición de las autoridades europeas, ya que Orbán prevé administrar también a su población la vacuna rusa Sputnik V.
Ayer, España presentó su plan de vacunación contra el covid-19, un documento de líneas maestras anticipado por el presidente del Gobierno el fin de semana pasado y en el cual, según explicó, se lleva trabajando desde el mes de septiembre. El plan presentado ha acabado siendo un brindis al sol de 18 páginas que pueden resumirse en tres mantras: la vacuna será gratuita, se administrará en los 13.122 centros de salud o consultorios locales ya existentes en el Sistema Nacional de Salud y se priorizará a los colectivos más vulnerables, como ancianos en residencias o trabajadores sanitarios.
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