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Las claves del plan de vacunación contra el covid... y las dudas que plantea
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¿Y si algo falla?

Las claves del plan de vacunación contra el covid... y las dudas que plantea

El Gobierno aprueba la Estrategia de Vacunación COVID-19 en tres etapas, comenzando enenero por sanitarios y residencias, y con un registro para evaluar reacciones adversas

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El Consejo de Ministros de este martes ha aprobado la Estrategia de Vacunación COVID-19, el plan que debería permitir empezar a dejar atrás la pesadilla de la pandemia. El Gobierno espera recibir las primeras dosis y comenzar a vacunar en enero y ha establecido tres etapas diferenciadas en función de la disponibilidad de las vacunas y de los grupos de población prioritarios. El personal sanitario y las residencias inician el proceso en los tres primeros meses de 2021, cuando se espera que el número de vacunas aún sea limitado. Entre marzo y junio se ampliará la cobertura a una parte significativa de la población y, finalmente, a partir de junio se iría completando la vacunación con la población menos vulnerable.

La vacunación será gratuita y voluntaria. “Estamos ante uno de los retos más importantes como país”, ha asegurado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que se marca dos objetivos: ayudar a reducir la morbilidad y mortalidad, y estar preparados para vacunar en cuanto se reciban las primeras dosis. El plan ha sido elaborado por técnicos del Ministerio de Sanidad y ocho comunidades autónomas, expertos de varias sociedades científicas, sociólogos, matemáticos y especialistas en bioética, entre otros; y divide a la población en 18 grupos según sus riesgos, no solo sanitarios, sino también por el impacto socioeconómico que el virus pueda estar teniendo en sus vidas.

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Además de establecer estas prioridades, la estrategia aprobada por el Gobierno prevé: la preparación de los aspectos logísticos; la creación de un registro de vacunación acompañado de un gran estudio en el que participarán otros países europeos, y, finalmente, una estrategia de comunicación dirigida, por una parte, al personal sanitario y, por otra, a la población general.

Los colectivos prioritarios

Entre enero y marzo, en función de la disponibilidad de las primeras dosis que vayan llegando, se vacunarían, por este orden: residentes y personal sanitario y sociosanitario en residencias de personas mayores y con discapacidad; personal sanitario de primera línea; otro personal sanitario y sociosanitario, y, finalmente, personas con discapacidad que requieren intensas medidas de apoyo para desarrollar su vida.

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(Reuters)

Los mayores que viven en residencias son el colectivo que viene acumulando más de la mitad de los fallecimientos por covid, superando los 23.000. Entre las residencias de ancianos públicas, concertadas y privadas, hay más de 5.400 en toda España, pero proceder a la vacunación significa inmunizar también a sus trabajadores, que tienen un contacto directo con los ancianos. En total, los expertos calculan que al sumar las diferentes profesiones sanitarias y las residencias, la primera oleada de la campaña de vacunación debería cubrir a unos 10 millones de personas en España. “Nuestro objetivo es ir cubriendo los tramos de población por orden, primero siempre los más vulnerables”, ha especificado el ministro.

Las cifras totales

El Gobierno prevé contar con 140 millones de dosis, el 10% de las que adquirirá la UE, que servirían para inmunizar a un total de 80 millones de personas (la población española es de casi 47 millones). Ese cálculo se obtiene porque la mayoría de las vacunas necesitan dos dosis, pero en el caso de Janssen bastaría con una sola; y ante los datos de eficacia de AstraZeneca, no se descarta administrar 1,5 dosis.

Las tres compañías que lideran la carrera —aunque se trata de anuncios de eficacia realizados por sí mismas—, tienen acuerdos con la UE, es decir, Pfizer-BioNTech (EEUU-Alemania), AstraZeneca (Reino Unido) y Moderna (EEUU), cuyo acuerdo con Europa se ha conocido hoy mismo. Además, también hay acuerdos cerrados con Sanofi-GSK (Francia-Reino Unido), Janssen (Bélgica, filial de la estadounidense Johnson & Johnson) y CureVac (Alemania). Con la americana Novavax hay existen negociaciones en marcha.

Los expertos creen que muy probablemente al final no existirán diferencias significativas entre ellas las vacunas de Pfizer, AstraZeneca y Moderna

Previsiblemente, esta variedad de opciones se reduciría, al menos al inicio de la campaña, a las tres opciones más destacadas: Pfizer, Moderna y AstraZeneca. Sin embargo, esto no significa que se pueda elegir vacuna ni por parte de los ciudadanos ni por parte de las comunidades autónomas o los centros de salud. Los expertos creen que muy probablemente al final no existirán diferencias significativas entre ellas. Aunque Pfizer y Moderna anunciaron una efectividad más alta (95% y 94,5%, respectivamente), la de AstraZeneca llega al 90% en función de la dosis. Pero incluso si esas diferencias fueran significativas, se administrarían según las necesidades de grupos de pacientes, priorizando a los colectivos más vulnerables, nunca bajo otros criterios.

La distribución

Los más de 13.000 centros de salud son los puntos de vacunación, aunque las comunidades autónomas podrán establecer alternativas si es necesario, según el documento. El Gobierno pone como ejemplo de la capacidad del sistema el hecho de que este año se han vacunado de la gripe 14 millones de personas en dos meses.

Sin embargo, no todo es tan fácil esta vez. Uno de los grandes retos que plantean estas nuevas vacunas es la necesidad de frío para las que están basadas en ARN mensajero, como de la Pfizer y la de Moderna. Este material genético solo se conserva en condiciones óptimas a temperaturas de ultracongelación, unos -70 ºC. En cambio, el producto de AstraZeneca está basado en una tecnología diferente —utiliza como vehículo un adenovirus atenuado de chimpancé— y se puede mantener a una temperatura de entre 2 ºC y 8 ºC, así que sirve cualquier frigorífico normal. “Estos temas están resueltos o en vías de solución”, ha asegurado el ministro Illa.

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(EFE)

Las vacunas se distribuyen en viales, a partir de los cuales el personal sanitario encargado de vacunar lleva a cabo la extracción de la dosis necesaria. La administración de las vacunas se realizará con cita confirmada para poder seguir los protocolos de seguridad y evitar desperdiciar dosis. La vacunación se incluirá en la historia clínica de la persona que recibe la inyección, con todos los datos pertinentes. Además, cada vacunado debe recibir información sobre la vacuna que le han administrado y una tarjeta de vacunación, así como un teléfono de consulta ante cualquier sospecha de reacción adversa.

Registro y seguimiento

La estrategia prevé herramientas para el seguimiento y la evaluación de la cobertura de la vacuna. “Se va a poner en marcha un plan de farmacovigilancia para hacer un seguimiento de todas las personas que hayan sido vacunadas y controlar la segunda dosis de la vacuna”, destacó Illa. El objetivo es tener un registro único que recoja los datos de vacunación del covid de todo el país.

Según explica a Teknautas Raquel Carnero, consultora de la industria farmacéutica experta en vacunas, este objetivo es muy ambicioso, teniendo en cuenta que los datos de la pandemia han sido bastante caóticos por la falta de centralización. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) “debe tener acceso al registro de vacunados en tiempo real para ver qué pasa con las reacciones adversas”, pero, además, las comunidades autónomas están obligadas a notificar esas posibles reacciones. “La autorización de las agencias regulatorias va a ser condicionada, no es raro porque muchas vacunas la han tenido, pero eso conlleva que van a tener que registrar todas las vacunas y sus reacciones”, explica respecto a uno de los grandes retos que plantea el plan.

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(EFE)

Además, España va a participar en un estudio europeo con otros siete países para monitorizar la efectividad y la eficacia de la vacuna. “Es el estudio de postcomercialización, es decir, la fase 4 de los ensayos clínicos, que es imprescindible sobre todo teniendo una autorización condicionada. Ver las reacciones adversas es básico, pero también hay que analizar cuántos pacientes rechazan la segunda dosis, porque puede ser que algunos se descuelguen. Ante esa situación, hay que averiguar los motivos de ese comportamiento”, comenta.

¿Y si algo falla?

El plan llega justo en el momento en que tres de los grandes proyectos han adelantado resultados muy positivos. Sin embargo, no solo faltan por conocer los detalles científicos —algunos de ellos, trascendentales para los profesionales sanitarios, como los efectos secundarios—, sino también la autorización por parte de las agencias reguladoras, la FDA americana y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). ¿Es posible que Pfizer, Moderna o AstraZeneca pinchen en la recta final?

Los expertos no lo creen, ya que se ha establecido un sistema de revisión en paralelo por el que los investigadores han ido compartiendo todos los datos y, previsiblemente, la FDA dará la Autorización de Uso de Emergencia, una aprobación especial, a la vacuna de Pfizer y probablemente a la de Moderna. Por su parte, la directora ejecutiva de la EMA, Emer Cooke, ha declarado que la luz verde a alguna de las vacunas se dará a finales de año "en el mejor de los casos". Según fuentes consultadas por este periódico, eso significa que sería antes del 21 de diciembre, fecha en el que la EMA echará el cierre por vacaciones de manera inflexible a pesar de las circunstancias extraordinarias que vivimos.

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Por otra parte, el hecho de contar con vacunas suficientes para 80 millones de personas supone contar con un excedente importante que da cierta flexibilidad en el caso de que haya retrasos de algún laboratorio, malos resultados o que finalmente alguna esté indicada preferentemente para algún colectivo de la población en concreto.

En definitiva, hay cierta holgura para ir adaptando el plan a los acontecimientos. Las incertidumbres que quedan hacen que necesariamente tenga que ser un plan modificable y con muchos aspectos aún en el aire. A pesar de tratarse de un plan nacional único, como ha querido presentarlo el Gobierno, inevitablemente muchas decisiones concretas quedarán en manos de las comunidades autónomas, ya que tienen las competencias en la materia.

El Consejo de Ministros de este martes ha aprobado la Estrategia de Vacunación COVID-19, el plan que debería permitir empezar a dejar atrás la pesadilla de la pandemia. El Gobierno espera recibir las primeras dosis y comenzar a vacunar en enero y ha establecido tres etapas diferenciadas en función de la disponibilidad de las vacunas y de los grupos de población prioritarios. El personal sanitario y las residencias inician el proceso en los tres primeros meses de 2021, cuando se espera que el número de vacunas aún sea limitado. Entre marzo y junio se ampliará la cobertura a una parte significativa de la población y, finalmente, a partir de junio se iría completando la vacunación con la población menos vulnerable.

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