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Londres cierra la puerta a China: blinda sus empresas para evitar adquisiciones foráneas
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Giro anti China en el Gobierno de Reino Unido

Londres cierra la puerta a China: blinda sus empresas para evitar adquisiciones foráneas

Se teme que el que hace tan solo cinco meses se viera como aliado intente ahora aprovecharse de la vulnerabilidad de las empresas británicas tras el coronavirus

Foto: Foto de archivo de la celebración del Año Nuevo chino frente a Downing Street. (Reuters)
Foto de archivo de la celebración del Año Nuevo chino frente a Downing Street. (Reuters)

En la tarde del viernes 24 de enero, Boris Johnson celebró una recepción en el Número 10 con la comunidad china para conmemorar el año nuevo. El primer ministro británico se mostraba radiante en cada foto. Fue una de las razones por las que no acudió a la reunión del comité de emergencia Cobra sobre el coronavirus. Su tardía respuesta ante el inicio del brote del covid-19 ha sido ampliamente criticada, pero centrémonos ahora en los invitados de aquella recepción: China.

El gran sueño del excéntrico político en la era pos Brexit era construir ese concepto de 'Reino Unido global', con nuevos aliados. Y en la lista, Pekín tenía un protagonismo especial. No fue casualidad que, a principios de este año, Downing Street abriera las puertas a Huawei para que participe en el desarrollo de la red 5G. A Johnson no le importó el revuelo que aquello creó en la Casa Blanca, el histórico socio, ni en sus propias filas 'tories'. Cierto es que al gigante tecnológico se le excluyó de todos los elementos críticos del sistema y se limitó a un máximo del 35% su presencia en el resto de funciones de la infraestructura. Pero lo relevante es que el régimen de Xi Jinping ya tenía un pie dentro.

Sin embargo, la pandemia ha arrasado ahora con todo y China ya no es un invitado bien recibido. Lo que quiere ahora el Número 10 es blindar las puertas del Reino Unido. Teme que el que hace tan solo cinco meses se viera como nuevo aliado intente ahora aprovecharse de la vulnerabilidad en la que va a quedar la economía británica por la recesión que se ve inevitable.

Foto: Caricatura de Donald Trump en un restaurante en Guangzhou, China. (Reuters)

El Ejecutivo de Johnson está preparando unas leyes estrictas para evitar adquisiciones extranjeras que representen un riesgo para la seguridad nacional. La normativa quiere obligar a las empresas británicas a notificar cualquier intento por parte de una compañía de otro país de comprar más del 25% de sus acciones, adquirir “influencia significativa” o hacerse con activos o propiedad intelectual. Las empresas que ignoren las estrictas condiciones impuestas podrían ver a sus directivos encarcelados, descalificados o multados con cientos de miles de libras.

En su momento, la que fuera primera ministra Theresa May elaboró unos planes similares con los que se quería que la notificación fuera voluntaria. Pero ahora su sucesor quiere ir un paso más allá. Es más, Johnson también quiere que la nueva normativa incluya “asociaciones académicas” y proyectos de investigación.

Y es que Huawei ha comprado recientemente una participación en una empresa vinculada a la reputada Universidad de Oxford. Pese a que Oxford Innovation Sciences ha dicho que el gigante chino no tiene “ningún acceso preferente o especial”, los parlamentarios conservadores han criticado fuertemente la conexión.

Se teme que la recesión sin precedentes deje las compañías británicas en una situación débil, más propensas a aceptar capital extranjero

Por su parte, Imperial College London ha acordado un acuerdo de 5 millones de libras con Huawei, incluido un nuevo “centro tecnológico” en su campus del oeste de Londres. La compañía proporcionará 5G y pagará la investigación y las instalaciones durante cinco años. De nuevo, las filas 'tories' han calificado la relación de “profundamente preocupante”, pero el Imperial College asegura que el apoyo permite una “investigación abierta y de alta calidad”.

Aunque formalmente la nueva normativa menciona “empresas extranjeras o estado hostil en poder de socavar la seguridad nacional del Reino Unido a través de la interrupción, espionaje o uso de apalancamiento inapropiado”, en los círculos gubernamentales se cita concretamente a China. Y, según 'The Times', en Downing Street existe gran preocupación de que la recesión sin precedentes que va a causar la pandemia deje a las compañías británicas en una situación débil, más propensas que nunca a aceptar capital o cualquier tipo de apoyo que venga de fuera.

Según un portavoz del Número 10, “el proyecto de Ley de Seguridad e Inversión Nacional fortalecerá los poderes del Gobierno para examinar e intervenir en adquisiciones y fusiones para proteger la seguridad nacional”.

Foto: Oficiales de la policía paramilitar china marchan el día en que se inauguró el Congreso Nacional Popular chino en Pekín. (Reuters)

Giro radical con China

Los detalles se presentarán las próximas semanas. Aunque los trámites se han acelerado después de que una empresa china haya intentado tomar el control de la junta de Imagination Technologies, una compañía de diseño de semiconductores y 'software' en Hertfordshire (Inglaterra), una de las más importantes en este sector del Reino Unido. El comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes ha abierto una investigación al respecto.

El ministro del Tesoro, Rishi Sunak, apoya el enfoque de los nuevos planes. En cualquier caso, una vez más, detrás de todo estaría la cabeza pensante del todo poderoso asesor del primer ministro, Dominic Cummings. El estratega ha conseguido que la popularidad del líder 'tory' se haya desplomado por defenderle a capa y espada después de que este haya violado las medidas del confinamiento.

Pero volviendo a China, la actitud del Ejecutivo hacia el régimen comunista ha cambiado considerablemente en las últimas semanas. El hecho de que Johnson haya abierto la posibilidad de que los ciudadanos procedentes de Hong Kong puedan obtener dentro de poco la ciudadanía británica si Pekín decreta la discutida ley de seguridad nacional para la antigua colonia del Reino Unido ya daba prueba de ello.

Foto: Foto de archivo de las protestas contra la Ley de Extradición en Hong Kong. (Reuters)

Uno de los grandes responsables de este giro es el 'tory' Tom Tugendhat, actual presidente del comité parlamentario para Asuntos Exteriores y cabecilla del China Research Group. De la misma manera que el llamado European Research Group (Grupo de Investigación Europeo), formado por los 'tories' euroescépticos más radicales, logró en su momento que el Gobierno de May apostara por un Brexit duro, el nuevo 'lobby' de Westminster quiere ahora redefinir las relaciones entre Londres y Pekín.

“Claramente, una recesión tendrá un efecto desproporcionado y dejará a compañías como las nuestras bajo una mayor amenaza de adquisición de entidades respaldadas por sus estados”, aseguraba recientemente Tugendhat en la Cámara de los Comunes. “El Reino Unido tiene algunas de las protecciones más débiles contra las adquisiciones extranjeras. Existe el peligro de que si no mantenemos hacemos algo, nuestras compañías estarán desnudas cuando todos los demás lleven armadura. Hay un riesgo de seguridad en dos sentidos: algunas empresas sujetas a adquisiciones están directamente conectadas a la seguridad, mientras que otras, corren el riesgo de poner su economía en manos de políticos extranjeros”, añadió.

"El Reino Unido tiene algunas de las protecciones más débiles contra las adquisiciones extranjeras"

Como parte de su nueva estrategia, Johnson quiere ahora reducir o bloquear significativamente el papel de Huawei en la red 5G del Reino Unido. De hecho, a principios de marzo, el premier sufrió su primera rebelión interna después de que un grupo de 30 conservadores apoyara una enmienda al proyecto de Ley de Telecomunicaciones para que el gigante chino sea expulsado por completo de la infraestructura de telecomunicaciones móviles del país para el año 2023.

En los corrillos de Westmnister, se dice que Liu Xiaoming, embajador de China en el Reino Unido, advirtió en privado que prohibir a Huawei podría dañar los planes para que las empresas chinas construyan centrales nucleares y la red ferroviaria de alta velocidad HS2. Pero está claro que las cosas han cambiado en Downing Street. Y, al menos a corto plazo, China ya no va a tener las puertas abiertas.

En la tarde del viernes 24 de enero, Boris Johnson celebró una recepción en el Número 10 con la comunidad china para conmemorar el año nuevo. El primer ministro británico se mostraba radiante en cada foto. Fue una de las razones por las que no acudió a la reunión del comité de emergencia Cobra sobre el coronavirus. Su tardía respuesta ante el inicio del brote del covid-19 ha sido ampliamente criticada, pero centrémonos ahora en los invitados de aquella recepción: China.

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