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El mundo se pregunta qué ha pasado (o pasará) con el gato de Julian Assange
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NADIE LE HA VISTO TRAS LA DETENCIÓN

El mundo se pregunta qué ha pasado (o pasará) con el gato de Julian Assange

Hay noticias contradictorias sobre el paradero del felino, aunque lo único que se sabe es que no está junto a su dueño, tras ser detenido este jueves por Scotland Yard

Foto: El gato de Julian Assange, en la ventana de la embajada que le ha hecho famoso (EFE/Hannah Mckay)
El gato de Julian Assange, en la ventana de la embajada que le ha hecho famoso (EFE/Hannah Mckay)

Parece una pregunta frívola, pero después de las veces que este animal ha aparecido sólo o acompañado de su dueño en los periódicos de medio mundo, es normal que miles de personas se hagan la misma cuestión: ¿qué va a pasar con el gato de Julian Assange? Y lo de miles no es una suposición: la mascota suma más de 37.000 seguidores entre sus cuentas de Twitter e Instagram.

La presencia del gato en las redes sociales servía para ampliar el altavoz de Julian Assange. Ahora, esas mismas redes se preguntan qué ha pasado tras la detención de su dueño y qué va a ser del felino desde ahora. The New York Times ha preguntado directamente a la embajada de Ecuador en Londres por esta cuestión, aunque no ha recibido respuesta.

Sin embargo, algunos medios han publicado historias en los últimos meses que llevan a pensar que el felino salió de la embajada hace varias semanas. La Repubblica aseguraba el pasado mes de noviembre que Assange había permitido la salida de su gato "para ahorrarle un aislamiento que se ha vuelto insoportable y permitirle una vida más saludable".

El ultimátum de octubre

En el mismo sentido se muestra Sputnik, una agencia rusa de noticias, que aseguraba este mismo jueves que el gato abandonó la embajada en septiembre de 2018 y permanece viviendo con un colaborador de Assange.

Sin embargo, en octubre pasado la embajada de Ecuador en Londres daba un ultimátum a Assange sobre su gato, exigiendo al ahora detenido que se preocupara del bienestar del felino, que le alimentara bien y que cuide de su higiene si no quería que fuera confiscado. Ese mensaje probaría que, al menos hasta mediados de octubre, el gato permaneció en la embajada.

Nadie sabe dónde está ahora ‘Embassy Cat’ (el gato de la embajada). Lo único seguro es que no permanece junto a su dueño, como ha hecho durante los últimos años, aunque sus seguidores esperan ver muy pronto alguna imagen luciendo una de sus preciosas corbatas detrás de una ventana.

Parece una pregunta frívola, pero después de las veces que este animal ha aparecido sólo o acompañado de su dueño en los periódicos de medio mundo, es normal que miles de personas se hagan la misma cuestión: ¿qué va a pasar con el gato de Julian Assange? Y lo de miles no es una suposición: la mascota suma más de 37.000 seguidores entre sus cuentas de Twitter e Instagram.

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