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Pensó que era el amor de su vida… pero era un espía del gobierno británico
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RELACIONES QUE DURARON AÑOS

Pensó que era el amor de su vida… pero era un espía del gobierno británico

La policía británica ha tenido que pagar indemnizaciones a algunas mujeres que fueron engañadas por agentes de policía manteniendo supuestas relaciones amorosas

Foto: Los policías se infiltraban en diversos movimientos pero llevaron demasiado lejos su trabajo (Reuters/Simon Dawson)
Los policías se infiltraban en diversos movimientos pero llevaron demasiado lejos su trabajo (Reuters/Simon Dawson)

La historia real de Lisa, un nombre ficticio para la ocasión, es tan surrealista que si fuera una película no la creeríamos. Lisa es una activista medioambiental que llevaba seis años saliendo con su pareja, Mark Stone, cuando se fueron de viaje por Italia. Alquilaron una furgoneta y todo iba bien hasta que ella abrió la guantera para buscar sus gafas de sol y destapó la caja de Pandora: el pasaporte de Mark decía que se apellidaba Kennedy y que tenía hijos. ¿Quién era su novio?

Mark había conocido a Lisa en 2004 como voluntario en la misma red de activistas. Le dijo que era escalador y comenzaron una relación amorosa. Nunca le presentó a su familia, según él porque tenía mala relación con ellos. Entraba y salía de su vida con excusas varias, pero hasta que no descubrió su pasaporte no fue capaz de entender lo que pasaba.

Foto: Una manifestante contraria al Brexit protesta ante el Parlamento británico, en Westminster. (Reuters)

Lisa y un amigo comenzaron a investigar y descubrieron que se llamaba Mark Kennedy, que tenía dos hijos y que vivía en Irlanda. Era policía y pertenecía a un grupo de agentes que se infiltraba en diversos grupos para tenerlos controlados. Sin embargo, llevaban su trabajo mucho más lejos: estableciendo relaciones personales y amorosas de años de duración basadas en una gran mentira.

La historia de Rosa

La BBC ha sido capaz de conseguir el testimonio de dos de las mujeres que fueron engañadas por la policía y expresan una palabra terrible, la de violación: "Me resulta difícil pensar en esas palabras, pero en realidad creo que eso fue lo que sucedió. Lo que también me hace sentir aún más violada es que este engaño, esta relación, este abuso, no solo fue perpetrado por una persona. No solo fue algo entre Mark y yo, todo el departamento de policía estaba implicado".

Este abuso no sólo fue perpetrado por una persona. No fue algo entre Mark y yo, todo el departamento de policía estaba implicado

Rosa, otro nombre ficticio, sufrió una experiencia similar. Ella era activista política y conoció a Jim en un pub de Londres: "Fue demasiado intenso para mí. Sentí que podía olvidarme hasta de respirar. Parecía mi alma gemela, una especie de prototipo que ni siquiera sabía que estaba buscando". Pero Jim tampoco era el príncipe azul que prometía ser.

Tras diez meses de relación en los que se llegaron a plantear irse a vivir a Gales, Jim dijo a Rosa que necesitaba un tiempo y que se iba a hacer un viaje solo por Turquía, Siria y Sudáfrica. Pero Rosa sospechó y decidió ir en su búsqueda con los pocos datos que tenía. Le buscó por Sudáfrica, pero le encontró donde menos le esperaba: en el sur de Londres y trabajando en una comisaría: era policía.

placeholder La policía se infiltró en muchos movimientos (Reuters/Peter Nicholls)
La policía se infiltró en muchos movimientos (Reuters/Peter Nicholls)

Jim confesó, pero su caso es aún peor: contó a Rosa que sí la quería, sí apoyaba sus causas políticas y quería vivir con ella. Rosa estaba totalmente enamorada de su Jim y le creyó, por lo que se casaron: tuvieron dos hijos, pero la relación dejó de funcionar, según ella porque era muy controlador, y finalmente se separaron.

Una red ilegal de policía

Estos y otros casos provocaron la caída de una red ilegal de policías que trabajaban encubiertos en el Reino Unido. Y, curiosidades de la vida, la secretaria de Interior del Gobierno británico era, por aquel entonces, la hoy Primera Ministra, Theresa May.

Orientadores, jefes dando soporte a otros que monitorean sus relaciones... Un equipo de agentes conspirando para violar

Las mujeres que denunciaron los hechos están recibiendo ahora indemnizaciones por lo sucedido, pero aseguran que nadie les devolverá los años que pasaron engañadas por instituciones gubernamentales. La propia policía de Gales asegura que sus agentes nunca deberían haber mantenido relaciones con sus objetivos y que "abusaron de su posición".

Para Rosa, es mucho más doloroso: "La policía sabe que no hubo consentimiento informado. Todos estaban implicados y actuaban como una banda, no hay otra forma de llamar a esto. Tienes orientadores, jefes de todo un equipo de gente dando soporte a otros que monitorean sus relaciones y sus actividades. Si pones todo esto junto, tienes un equipo de agentes conspirando para violar".

Foto: 'Infiltrado en el KKKlan'.

La policía ha hecho una declaración oficial a la BBC: "El servicio de policía ha dejado clara su posición sobre las relaciones sexuales a largo plazo que se sabe que algunos agentes secretos entablaron con mujeres en el pasado. Estas relaciones fueron un error y no deberían haber ocurrido".

Además, aseguran que "la vigilancia policial encubierta es una estrategia legal que saca delincuentes peligrosos de las calles y ayuda a proteger la comunidad, pero los casos como éste demuestran que algunos agentes abusaron de su posición". Para Lisa, "el departamento de policía me robó esos años. Un departamento que sabía que esto estaba ocurriendo y que parecía formar parte de esta estrategia".

La historia real de Lisa, un nombre ficticio para la ocasión, es tan surrealista que si fuera una película no la creeríamos. Lisa es una activista medioambiental que llevaba seis años saliendo con su pareja, Mark Stone, cuando se fueron de viaje por Italia. Alquilaron una furgoneta y todo iba bien hasta que ella abrió la guantera para buscar sus gafas de sol y destapó la caja de Pandora: el pasaporte de Mark decía que se apellidaba Kennedy y que tenía hijos. ¿Quién era su novio?

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