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La UE, ante el gran dilema: ¿debe repatriar a los yihadistas europeos del ISIS?
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La UE, ante el gran dilema: ¿debe repatriar a los yihadistas europeos del ISIS?

Tras la ofensiva contra el último reducto del "Califato", Trump ha lanzado un ultimátum a la UE. La repatriación de los yihadistas supone un enorme reto para la seguridad y el sistema jurídico de Europa

Foto: Combatientes kurdos de las SDF tras detener a un miembro del ISIS al norte de Deir al Zor, Siria. (Reuters)
Combatientes kurdos de las SDF tras detener a un miembro del ISIS al norte de Deir al Zor, Siria. (Reuters)

El ultimátum de Donald Trump a la UE ha sido, en realidad, el colofón a dos años de desacuerdos entre Europa y Estados Unidos. Desde las primeras detenciones de combatientes extranjeros del Estado Islámico, Washington inició contactos diplomáticos para agilizar los procesos de extradición y encontrar una solución a la cuota más importante de presos yihadistas con pasaporte europeo. Las tropas estadounidenses en Siria lideran la presencia de la Coalición Internacional contra el ISIS, por lo que EEUU ha sido hasta ahora el país que ha sufragado las capturas: los gastos de los presos, la renovación de las cárceles -para las que Washington ha aportado 1,6 millones de dólares- o los campamentos de detención.

Ante la escasa respuesta de Europa, el Ejército de EEUU organizó un viaje para exponer el tema ante la opinión pública. Invitó a medios de comunicación, como el 'New York Times', y a dos miembros del Senado a un tour por los centros de detención. “El hecho de que al menos la gente supiera por fin que en Siria había unos yihadistas extranjeros detenidos, además de las mujeres y los hijos, fue un paso importante”, reconoce a El Confidencial el portavoz de la Coalición, el coronel Sean Ryan.

Tras la ofensiva contra el último reducto del "Califato" las instalaciones de detención han llegado al límite de su capacidad. Se trata de unos 5.000 presos - eran 3.000 a finales de 2018- de más de 40 nacionalidades cuya custodia representa un grave dilema para todas las partes implicadas. Estados Unidos no quiere seguir asumiendo este gasto -este es uno de los motivos por los que ha anunciado la retirada de sus 2.000 tropas-, una carga para la gestión kurda y para los países de Europa, un reto para su seguridad, sistema jurídico y opinión pública.

Foto: Mujeres con sus hijos llegan al campo de desplazados huyendo de los combates en Baghuz, último bastión del Estado Islámico en Siria. (J.M. López)

La vía privada: las familias recurren a abogados

Ante el poco respaldo de sus gobiernos, los familiares de los yihadistas han iniciado vías de negociación privada para sacar a sus hijos de Siria. En su nombre, abogados viajan hasta el país árabe para iniciar contactos con los oficiales kurdos. Es el caso del Colectivo de Familias Unidas (CFU) en Francia, formado por padres y madres de jóvenes que viajaron al "Califato". Sus hijos dijeron que se iban de fin de semana, y a los días recibieron el mensaje: "Me he unido a ISIS, mamá". Los comunicados de CFU reclaman la repatriación de sus nietos, “niños inocentes que no son responsables”, ante el desasosiego por las malas condiciones de vida en el norte de Siria. El frío, los incendios, la malnutrición o las infecciones han causado la muerte de “al menos 36 niños en las últimas 6 semanas”, según revela uno de estos abogados.

Ante el escaso respaldo de sus gobiernos, los familiares de los yihadistas han iniciado vías de negociación privadas para sacar a sus hijos de Siria

Las autoridades francesas se han comprometido públicamente a traerlos de vuelta. El mes pasado el Ministro de Interior anunció en televisión que 130 yihadistas franceses volverían en las próximas semanas pero sin ofrecer detalles concretos ni contactar a los familiares. Según las autoridades kurdas, tanto Francia como Bélgica solo han aceptado el regreso de los niños, “pero nos negamos. Nosotros queremos que se lleven a todos”, asegura Omar Abdulkarim, el encargado kurdo de las relaciones diplomáticas. Las negociaciones con las autoridades no europeas, como “Rusia, Indonesia, Estados Unidos, o Sudán”, han sido más rápidas y han logrado resultados.

Como el caso de los niños de Trinidad y Tobago que salieron de Siria gracias a la asistencia del cantante de Pink Floyd Roger Waters. Las palabras de Trump, sin embargo, prometen acelerar las acciones de los países europeos. Los abogados necesitan aún así cierta colaboración de los servicios consulares. La mitad de estos niños han nacido en el "Califato" por lo que están desprovistos de pasaportes. “Primero tenemos que hacer pruebas de ADN para confirmar la nacionalidad; después, conseguir los pasaportes - también porque la mayoría de los adultos fueron despojados de sus credenciales al unirse a ISIS-; trasladarlos hasta la frontera con Irak; y costear el vuelo desde Erbil hasta la ciudad europea”, mantiene el abogado.

Foto: Foad, el hermano de Nora, de 15 años, quien escapó de su hogar en Avignon para llegar a Siria, muestra una foto de la joven. (Reuters)

Un gran reto para Europa

Francia, Reino Unido, Alemania, Austria, Dinamarca… todos los países europeos son reticentes a una extradición general puesto que aquellos que viajaron al "Califato" representan un desafío en materia de seguridad, jurisdicción y para la opinión pública. Todos los hombres han recibido instrucción militar en armamento, explosivos y en un tipo de jurisdicción islámica antagónica a los valores de Europa. El reto jurídico se debe a que “la prosecución ha fracasado porque -las penas- dependen del grado de implicación, el tipo de crimen, la planificación… y apenas existen pruebas -no todos aparecen en vídeos de propaganda o documentos de ISIS-”, revela un exmiembro de los servicios de inteligencia británicos MI6.

Además, las condenas para los retornados según la legislación de nuestro entorno varían de entre los 2 a los 8 años; por lo que las fuerzas de seguridad prevén que en menos de 5 años los europeos de ISIS puedan ser puestos en libertad. En su regreso al territorio nacional los retornados de Siria podrían incluso denunciar a las autoridades de su país por no haberles asistido durante los años que han estado presos en manos de una autoridad no estatal. La opinión pública es otro de los grandes obstáculos. La poblacion no aprueba que el país sufrague la vuelta de los considerados terroristas.

Sin duda, la vuelta a casa de los yihadistas europeos plantea un nuevo dilema para la Unión Europea. Un dilema que cada país prefiere afrontar por separado y bajo la más estricta confidencialidad. Fueron en total unos 5.000 hombres, mujeres, adolescentes, niños e incluso ancianos los que cruzaron las fronteras del territorio yihadista para participar, de un modo u otro, en la yihad. Una importante proporción de ellos participó en combates, en ejecuciones o en masacres. Pero, según insisten los familiares y las organizaciones humanitarias, cientos de ellos viajaron con la intención de someterse a estrictos principios religiosos y fundar la nueva generación del Islam. Algo impunible, al fin y al cabo, según el derecho internacional.

* Esta información forma parte de “La Vuelta a Casa de los Yihadistas Europeos”, una investigación de Pilar Cebrián financiada por la Fundación BBVA.

El ultimátum de Donald Trump a la UE ha sido, en realidad, el colofón a dos años de desacuerdos entre Europa y Estados Unidos. Desde las primeras detenciones de combatientes extranjeros del Estado Islámico, Washington inició contactos diplomáticos para agilizar los procesos de extradición y encontrar una solución a la cuota más importante de presos yihadistas con pasaporte europeo. Las tropas estadounidenses en Siria lideran la presencia de la Coalición Internacional contra el ISIS, por lo que EEUU ha sido hasta ahora el país que ha sufragado las capturas: los gastos de los presos, la renovación de las cárceles -para las que Washington ha aportado 1,6 millones de dólares- o los campamentos de detención.

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