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¿Dónde está todo el mundo? La imagen del trono vacío erosiona la monarquía de UK
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Camila, "exhausta" tras 13 actos públicos

¿Dónde está todo el mundo? La imagen del trono vacío erosiona la monarquía de UK

A la ausencia de Carlos III (por cáncer), Kate por (intervención abdominal) y el príncipe Guillermo (para cuidar a su esposa), se suman ahora las vacaciones de Camilla

Foto: La reina Camilla sonríe durante la recepción a los finalistas de 500 palabras de la BBC en el Palacio de Buckingham. (Reuters/Chris Jackson)
La reina Camilla sonríe durante la recepción a los finalistas de 500 palabras de la BBC en el Palacio de Buckingham. (Reuters/Chris Jackson)
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El mundo moderno, como la naturaleza, aborrece el vacío. La ausencia de un líder es una de las mayores dificultades para cualquier institución. Por lo tanto, ¿por qué la Casa Windsor se está tomando tantas licencias? ¿Acaso no son conscientes de que, tal y como decía Isabel II, tienen que ser vistos para ser creídos? Nunca ha sido aconsejable hacer experimentos. Y menos ahora. Después de siete décadas de estabilidad, Isabel II ya no está y los republicanos se hacen notar cada vez más en los grandes eventos de Estado.

Hay cosas fuera del control para La Firma, como el cáncer de Carlos III (del que no se saben detalles) o la "intervención abdominal" de Kate, princesa de Gales (sobre la que rodea todo el secretismo). Pero hay otras cuestiones que sí se pueden gestionar y, según los expertos, no se están haciendo de la manera apropiada.

La reina Camilla siempre se toma unos días de descanso en esta época del año. Y ha sido su propio marido, el rey, de 75 años, quien la ha animado a seguir la tradición y desaparecer en un destino soleado, extranjero, desconocido. Pero la decisión ha desembocado, sin mucha sorpresa, en un intenso debate sobre si la familia real tiene una crisis de imagen. Después de representar todo el peso de la Corona durante los últimos dos meses ante las sonadas ausencias de Carlos III, Kate y el príncipe Guillermo (quien también se ha apartado de la vida pública para cuidar de su esposa) dicen que Camilla, de 76 años, está "exhausta" tras protagonizar 13 actos públicos.

En palacio la quieren con fuerzas de cara al 11 de marzo, día de la Commonwealth, una de las fechas más señaladas en el calendario de Buckingham. El monarca mandará un mensaje por vídeo, pero la presencia de la reina es primordial ante una organización compuesta por 56 países donde las reminiscencias del imperio se van resquebrajando. Isabel II llegó a ser jefa de Estado en 32 de esas naciones. Ahora Carlos III lo es solo en 14.

Foto: Luces de Navidad en Regent Street a finales de 2023. (EFE/EPA/Tolga Akmen)

Los británicos estarán días sin ver a sus royals porque no se espera un evento con el príncipe Guillermo hasta finales de semana. Eso ha llevado a algunos a decir que el trono está tan amenazado como lo estuvo durante las guerras de las Rosas o los días oscuros del reinado de Carlos I. No es cierto. La tensión no llega a ese punto. Pero la máxima establecida de evitar a toda costa la imagen de un trono vacío no se está cumpliendo. O, al menos, de la manera que demandan los monárquicos. Algunos tabloides ya hablan del "declive de la Casa Windsor".

Para La Firma, los actos públicos son clave. El pueblo tiene que ver, tiene que sentir la presencia de su rey. De poco sirve la agenda institucional que sigue llevando a cabo Carlos III, reuniones para cuestiones de Estado (entre las que destaca su cita semanal con el primer ministro), si no tiene esa visibilidad en la calle.

En la era de redes sociales, donde una foto tomada por la mañana se ha compartido millones de veces antes del almuerzo y resulta ya aburrida a la hora del té, hay una sed casi insaciable de tener algo nuevo. Por lo tanto, para la monarquía, cinco días de ausencias puede ser demasiado.

Foto: El príncipe Guillermo, en una imagen reciente. (Reuters/Daniel Leal)

Todo el mundo tiene derecho a la privacidad, pero, para las figuras públicas, especialmente aquellas que reciben financiación pública, existe una delgada línea entre privacidad y secretismo. Parte del problema actual de la Casa Windsor es la acumulación de tantas incógnitas: la enfermedad de Kate, el tipo de cáncer del rey, el "asunto personal" que impidió, en el último momento, asistir al príncipe Guillermo a la misa funeral de su padrino, el rey Constantino.

Es una niebla cada vez más espesa donde los rumores y las teorías de conspiración crecen. El hashtag Whereiskate ('donde está Kate') se ha convertido en viral. "Es el problema de proporcionar pequeños fragmentos de información, suficiente para generar más preguntas y no suficiente para dar respuestas", recalcaba recientemente la BBC. "Hay una pregunta más importante sobre el secreto de una monarquía moderna. Necesita algo de misterio para mantener su mística. Pero la opacidad puede parecer ocultación", añade.

¿Es por eso por lo que ayer los tabloides publicaron las primeras imágenes de Kate desde enero subida a un coche? [Ningún medio serio las ha replicado, y no queda claro la autenticidad de la identificación]. ¿Tras tantas fake news que la ponían incluso en coma necesitaban dar una prueba de que está bien? Las continuas repeticiones de que "evoluciona favorablemente" tan solo hacían pensar que no era así.

Sin Kate ni Guillermo, la foto de los miembros en activo de la Corona en la reciente misa funeral del rey Constantino evidenció otro de los grandes desafíos para la institución: hay un serio problema juvenil. O, más concretamente, un problema de falta de juventud. En la actualidad, hay 10 miembros de la realeza en activo. Pero los británicos no quieren estos días a personajes secundarios, quieren a los cuatro protagonistas. Y estos son los que están precisamente ausentes.

Foto: Kate Middleton, durante una visita al Victoria & Albert. (CP)

Sin los príncipes de Gales, cuando los royals se reunieron la semana pasada en la capilla del Castillo de Windsor parecían aún más mayores y más frágiles. Los primos de Isabel II (que siguen representando a la Corona) sobrepasan ya los 80 años. ¿Se puede conectar así con las nuevas generaciones, las mismas precisamente donde, según los sondeos, cae el apoyo a la monarquía?

Los que tendrían que estar no están. Y los que no deberían aparecer en la foto actúan a la desesperada por recuperar el protagonismo. El príncipe Andrés, apartado de la vida pública y despojado de sus honores militares desde hace años tras el escándalo por supuestos abusos sexuales a menores que él siempre ha negado, no dudó en presidir a La Firma en su entrada a la capilla. No es precisamente la imagen que favorece a la institución.

No es precisamente la imagen que favorece a la institución

No se sabe cuándo Carlos III retomará su agenda. Pero está claro que, tras un tratamiento por cáncer, no podrá presidir muchos actos públicos. Y ha quedado también evidente que Camilla no puede llevar todo el peso. Por lo tanto, a fin de "repartir las cargas", según The Telegraph, el Palacio de Buckingham estaría considerando planes excepcionales para permitir que Camilla y Kate sean los primeros miembros de la realeza sin linaje en presidir ceremonias de entregas de honores. Cuando Isabel II empezó a tener dificultades para hacer frente a todo el volumen de investiduras tras la pandemia de covid, esta posibilidad ya se valoró. Y ahora habría interés para reabrir el debate ante un monarca de avanzada edad y una familia real cada vez más reducida.

Por el momento, las ceremonias de entrega de honores solo pueden estar presididas por los miembros con sangre real. Con la salida del príncipe Harry, tras el sonado Megxit, y el príncipe Andrés, la lista queda reducida al rey, el heredero, y los otros dos hermanos del monarca. Sin embargo, algunos en los círculos reales se preguntan si la monarquía se beneficiaría de una inyección de sangre fresca en este y otros aspectos. No habría prisa por hacer los cambios, pero tampoco pausa. La supervivencia de la institución depende tanto de su imagen como de su capacidad de adaptación.

El mundo moderno, como la naturaleza, aborrece el vacío. La ausencia de un líder es una de las mayores dificultades para cualquier institución. Por lo tanto, ¿por qué la Casa Windsor se está tomando tantas licencias? ¿Acaso no son conscientes de que, tal y como decía Isabel II, tienen que ser vistos para ser creídos? Nunca ha sido aconsejable hacer experimentos. Y menos ahora. Después de siete décadas de estabilidad, Isabel II ya no está y los republicanos se hacen notar cada vez más en los grandes eventos de Estado.

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