Hamás agradece a Sánchez sus palabras sobre Gaza a pesar de su apuesta por los dos Estados

El Movimiento de la Resistencia Islámica, más conocido como Hamás, ha hecho un flaco favor al presidente Pedro Sánchez, que acababa de regresar de una minigira de 48 horas por Oriente Próximo junto con Alexander de Croo, primer ministro liberal de Bélgica. "A veces es mejor guardar silencio que prodigarse en alabanzas", comentó un diplomático español.

En un comunicado redactado, probablemente, por Ismail Haniyé, su líder político residente en Qatar, Hamás agradeció la postura "clara y audaz" sobre el conflicto palestino-israelí de Sánchez y de su acompañante belga. Hamás no había dado hasta ahora las gracias a ningún gobierno, excepto al de Qatar, que está mediando en la liberación de los rehenes israelíes a cambio de presos palestinos.

Hamás figura en lista de organizaciones terroristas de más de una treintena de países, incluida toda la Unión Europea. Entre las democracias consolidadas en Europa, solo Noruega se ha negado a incluirla en esa lista negra porque se atiene a relación establecida por Naciones Unidas. El propio Sánchez tachó a Hamás de "terrorista" en todas las etapas —Jerusalén, Ramallah y El Cairo— de su periplo por la región y condenó su brutal ataque contra Israel del 7 de octubre.

Sánchez se hubiese conformado, probablemente, con el eco que su viaje ha tenido en la prensa europea y los elogios de numerosos medios de comunicación del mundo islámico. Las alabanzas son generalizadas, sobre todo después de que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y su ministro de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, arremetieron contra él acusándole nada menos que de "apoyar el terrorismo" de Hamás.

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Tras hacerse público el comunicado, Cohen volvió a la carga el sábado por la noche. "Las felicitaciones de la organización terrorista Hamás a los primeros ministros de España y Bélgica son vergonzosas e indignas", escribió. "No olvidaremos quién está con nosotros en estos tiempos y quién apoya a una organización terrorista asesina que mantiene a más de 200 rehenes", concluyó.

El presidente español rehusó polemizar con Netanyahu y Cohen, más allá de la convocación, por el ministro José Manuel Albares, de la embajadora israelí en España, Rodica Radian-Gordon. Se le trasladará la semana próxima el rechazo a las palabras de Netanyahu.

Alexander de Croo, que también ordenó que se convocará a la embajadora israelí en Bélgica, Idit Rosenzweig-Abu, sí entró el sábado en un cuerpo a cuerpo con Netanyahu. "Lea las palabras que dije en la puerta de Rafah sobre el conflicto en Gaza primer ministro @netanyahu", escribió en la red social X. "No más víctimas civiles", concluyó. En el paso de Rafah, entre Egipto y Gaza, ni el belga ni Sánchez ampararon el terrorismo. Todo lo contrario.

El comunicado de Hamás proporcionará munición a la derecha española. Antes de que se conociera el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ya tildó de "error", el sábado en Logroño, la actitud de Sánchez. Le reprochó que trate de “blanquear una propuesta unilateral” en referencia a la solución al conflicto que propugna mediante la creación de dos Estados que convivan en armonía. El PP pactó en 2014 en el Congreso una proposición no de ley que instaba al Gobierno a reconocer al Estado de Palestina en determinadas circunstancias.

Santiago Abascal, el presidente de Vox, fue aún más duro. Tachó de "desvergüenza" la actitud de Sánchez. Le acusó de mantenerse en el poder "comprando el voto de los amigos de Hamás". Entre esos amigos no está, desde luego, Junts per Catalunya, una formación heredera de Convergència Democrática de Catalunya, el partido más proisraelí de cuantos han existido en España desde el restablecimiento de la democracia en 1978.

La embestida de Netanyahu y Cohen trata, en el fondo, de impedir que se "ensanche una grieta" en la UE entre los Estados proisraelíes y aquellos que, animados quizás por Sánchez, se inclinan por reconocer al Estado de Palestina para forzar una salida al conflicto, explica Isaías Barreñada, codirector del Grupo de Investigación Complutense sobre el Magreb y Oriente Medio. Desde 2012, Palestina es observador, pero no miembro de pleno derecho, en Naciones Unidas.

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Con su comunicado del viernes, Hamás persigue un doble objetivo. Primero trata de demostrar que no es como el Estado Islámico (ISIS) que en la década pasada fundó un Estado terrorista en parte de Siria e Irak. Es receptiva y hasta valora los gestos de políticos europeos de primera fila, pese a que en sus intervenciones la hayan descrito como un grupo terrorista.

"Apreciamos la postura clara y audaz del primer ministro belga, que ha afirmado su rechazo a la destrucción de Gaza y a la matanza de civiles, y del español Pedro Sánchez, que condenó las matanzas indiscriminadas del Estado ocupante contra civiles en la Franja y apuntó [en Rafah] la posibilidad de que su país reconozca unilateralmente al Estado de Palestina si la Unión Europea no da ese paso", recalca el comunicado.

Sánchez hizo ese anuncio, con más precisión que en ocasiones anteriores, el viernes en Rafah, a las puertas de Gaza. Se refiere a un Estado de Palestina, que conviviría en paz junto al de Israel, tal y cómo preveían los acuerdos de Oslo de 1993 pactados entre el gobierno israelí y la Organización para la Liberación de Palestina. Ese Estado incluiría Jerusalén-Este, Cisjordania y Gaza, es decir, solo el 22% de la Palestina histórica de 1947.

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La Carta Fundacional de Hamás de 1988 aboga por la proclamación de un Estado no solo en los actuales territorios palestinos, sino en todo Israel, que debería disolverse. Hamás empezó a gobernar Gaza en 2007 y el desempeño de esa tarea ha incitado a algunos de sus responsables a matizar los postulados de esa carta. Es "un trozo de la historia y ya no es relevante", afirmó, por ejemplo, en 2010 Khaled Meshall, líder de la rama instalada en Siria. Aun así, no se ha modificado.

La buena acogida que Hamás da ahora a la propuesta de Sánchez da a entender que su dirección empieza a ser consciente de que Israel es un Estado irreversible y que quizás solo sea posible convivir a su lado.