"Malestar" en Exteriores por la decisión de la UE de suspender la ayuda al desarrollo para Palestina

La Comisión Europea anunció este lunes que pondrá en marcha una revisión "urgente" de la ayuda de la Unión Europea a Palestina para garantizar que ninguna financiación europea pueda financiar actividades terroristas contra Israel y aclaró que "al no haber pagos previstos, no habrá suspensión de pagos". Bruselas examinará igualmente "si, a la luz del cambio de circunstancias sobre el terreno", tras los ataques de Hamás contra Israel, "es necesario ajustar sus programas de apoyo a la población palestina y a la Autoridad Palestina", anunció el Ejecutivo comunitario en un comunicado. "Mientras tanto, al no haber pagos previstos, no habrá suspensión de pagos", recalcó la Comisión.

El Ejecutivo comunitario añadió que llevará a cabo esta revisión "lo antes posible y coordinará con los Estados miembros y los socios cualquier acción de seguimiento necesaria". La institución dirigida por Ursula von der Leyen puntualizó, por último, que esta revisión "no se refiere a la asistencia humanitaria proporcionada en el marco de las Operaciones Europeas de Protección Civil y Ayuda Humanitaria". La aclaración llega horas después del revuelo causado por el anuncio del comisario europeo de Ampliación, Oliver Varhelyi, de que la Comisión Europea había decidido "suspender todos los pagos" de la ayuda al desarrollo a Palestina de forma "inmediata" en respuesta a los ataques del grupo islamista Hamás contra Israel.

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"La escala de terror y brutalidad contra Israel y su pueblo marca un punto de inflexión. El status quo no puede mantenerse", apuntó Varhelyi a través de la red social X. La declaración supone que, mientras el Ejecutivo comunitario toma una decisión definitiva sobre los 691 millones de euros destinados en partidas de desarrollo, todo pago queda suspendido con efecto inmediato. Una especie de 'cautelarísima', que amenaza con tener consecuencias imprevisibles sobre los dos millones de palestinos que viven ya en situaciones deplorables en la Franja de Gaza.

La medida no ha sido bien recibida por las autoridades españolas. "La decisión del comisario Olivér Varhely sobre la suspensión por parte de la UE de la cooperación a Palestina ha causado malestar en el Gobierno español. El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha mantenido una conversación telefónica con el comisario para trasladarle su desacuerdo con esta decisión, que no conocían los ministros de Exteriores y ha solicitado al alto representante, Josep Borrell, que esta medida sea incluida como punto en el orden del día en el Consejo de Asuntos Exteriores extraordinario de mañana martes a las cuatro de la tarde", ha anunciado en un comunicado.

Ante el malestar causado por ese anuncio en algunos miembros de la UE (Dinamarca, Irlanda y Luxemburgo, además de España), otro comisario, el responsable de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, puntualizó tres horas después que la ayuda humanitaria a Palestina no estaba afectada por la medida.

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La suspensión de las ayudas ha provocado una respuesta furiosa por parte de la Izquierda europea. "Es escandaloso que la Comisión Europea imponga una escandalosa sanción colectiva al pueblo palestino. Recortar la ayuda al desarrollo empeorará todavía más la catástrofe humanitaria. Los civiles no son responsables de la guerra. Lo que es urgente es un alto al fuego", ha señalado la eurodiputada Manon Aubry, de Francia Insumisa.

Según los datos que se manejan en los pasillos de Bruselas, unos 2,1 millones de palestinos —de un total de 5,3 millones— necesitan asistencia humanitaria. En la Franja de Gaza, la mayor cárcel al aire libre del mundo, la economía se ha estancado en gran parte debido al bloqueo por tierra, mar y aire impuesto por Tel Aviv desde 2007. En consecuencia, más del 80% de la población depende de la ayuda debido a las restricciones de acceso y las hostilidades, que han socavado la subsistencia del enclave. Todo apunta a que la situación solo puede ir a peor después del "asedio total" anunciado por el Estado hebreo. "Ni electricidad, ni comida, ni gas. Todo cerrado (…) Estamos luchando contra animales", aseguró el ministro de Defensa, Yoav Gallant, en una respuesta que contraviene el Derecho Internacional, que prohíbe los castigos colectivos.

"Condenando firmemente el ataque terrorista de Hamás, es imperativo proteger a los civiles y respetar el Derecho Internacional Humanitario. El apoyo a Palestina continuará el tiempo que sea necesario", matizó poco después Janez Lenarcic, comisario de Ayuda Humanitaria. Un movimiento que deja entrever el malestar que ha desatado dentro y fuera de Bruselas el movimiento del húngaro. El proceso está plagado de confusión, ya que hay Estados miembros, como Luxemburgo, que están tirando de las orejas a la Comisión aduciendo que una decisión de ese tipo se debe tomar en el seno del Consejo.

Todo congelado hasta 2024

La Comisión Europea reconocía antes del inicio de la guerra que, tras décadas de bloqueo, la situación humanitaria de Palestina estaba empeorando. El 2022 fue el año más mortífero para los palestinos desde 2005, con 209 asesinados, entre los que se encuentran 36 niños. En los tres días de contienda actual, las cifras de muertes se multiplican a ambos lados: más de 800 israelíes y cerca de 600 palestinos.

Por lo pronto, Bruselas suspende todas las partidas y congela los nuevos proyectos de 2023. "Debemos abordar los pilares en torno a la paz, la tolerancia y la co-existencia. La incitación al odio, la violencia y la glorificación del terror han envenenado las mentes de muchas personas. Necesitamos acción y la necesitamos ahora", afirmó el comisario en un mensaje que ha levantado polvo en Bruselas por el fondo y las formas.

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Hacía escasas horas que los portavoces comunitarios repetían en cascada que cualquier medida de respuesta europea sería calibrada por los 27 ministros de Asuntos Exteriores. Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, ha convocado para mañana un Consejo informal de emergencia para pasar revista a la situación sobre el terreno, evitar una escalada que derive en guerra regional y definir el marco de acción de la respuesta a nivel UE. Pero el húngaro se ha adelantado con un mensaje carente de más información o contexto, que ha emitido a través de las redes sociales.

El laberinto de los fondos a Palestina viene de lejos. Ya en 2021, el comisario húngaro mantuvo durante meses bloqueados hasta 214 millones de euros destinados a mejorar la educación y la sanidad en Palestina, alegando que los libros de texto tenían contenido antisemita y de incitación a la violencia. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, anunció la fumata blanca en junio del año pasado, recordando que la UE es desde hace años el mayor donante a Palestina con unos 600 millones anuales.

Cierre de filas europeas

La cascada de cohetes e infiltraciones sin precedentes desde Gaza a territorio israelí no solo pilló con el paso cambiado a europeos y estadounidenses. 50 años y un día después de la guerra de Yom Kipur, todavía son muchas las incógnitas en torno a qué ocurrió ese día para que los mejores servicios de inteligencia del mundo fallasen de esa forma. Desde entonces, eso sí, el apoyo de la UE con Israel ha sido unido, sólido y sin ambages.

Por lo pronto, la respuesta de la diplomacia europea se inclina por mostrar solidaridad con Israel, condenar los ataques terroristas de Hamás, mover los contactos diplomáticos —especialmente en la región— para desescalar la situación y para promover la liberación de rehenes.

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Durante todo el fin de semana, las tres instituciones europeas —Comisión, Consejo y Parlamento— han lucido en sus edificios la bandera del Estado hebreo. Los mensajes de apoyo y solidaridad han sido una constante. Ursula von der Leyen, presidenta del Ejecutivo comunitario, llegó a señalar que la UE "apoya a Israel", quien "tiene derecho a defenderse hoy en los días por venir".

Unas afirmaciones que le han constado críticas debido a que el Berlaymont no tiene competencias en materia exterior, una política que solo marcan los Estados miembros. La línea histórica que defiende Bruselas pasa, además, por instigar a las partes a dialogar hacia la solución de los dos estados. Una solución que quedó herida de muerte tras el asesinato del presidente israelí Issac Rabin y que previsiblemente recibirá su cornada final con la guerra actual.