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El coloso energético que (casi) nunca pierde se ha forrado con la subida de tu factura del gas
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El coloso energético que (casi) nunca pierde se ha forrado con la subida de tu factura del gas

El mayor fondo soberano del mundo acumula el 1,5% de todas las acciones cotizadas a nivel mundial

Foto: Archivo: la plataforma petrolífera de Aker BP en el mar del Norte. (EFE/Hakon Mosvold Larsen)
Archivo: la plataforma petrolífera de Aker BP en el mar del Norte. (EFE/Hakon Mosvold Larsen)

Desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania, los europeos se preguntan dónde ha acabado una gran parte del dinero extra abonado en la factura del gas natural. Puede que la respuesta sea mirar a Terje Aasland, el actual ministro del petróleo y la energía de Noruega.

Aasland se parece muy poco a un jeque petrolero. Más bien es un noruego a quien le gusta calzarse unos esquís de fondo e ir a las montañas de Telemark los fines de semana, tal y como lo describió el periódico danés Berlingske.

Foto: Rafael del Pino, presidente de Ferrovial.

Aparentemente alejado de la riqueza extravagante y los caprichos lujosos, este político socialdemócrata de 57 años es lo que más se acerca a un magnate del petróleo europeo. Tras volverse el mayor proveedor de gas natural del continente (alrededor del 25% de todo el gas consumido), Aasland ha convertido Noruega en un coloso energético.

A raíz del aumento de la demanda y de los altísimos precios del gas natural que todos los europeos han sufrido, en el año 2022, Noruega ha triplicado el valor de las exportaciones de esta energía fósil (1.357.000 millones de coronas noruegas, tres veces más que el anterior récord en 2021). Las exportaciones de petróleo crudo del país escandinavo también registraron unas cifras de récord en el año 2022, con un aumento del 54,8% respecto al año anterior.

Sin embargo, no es el oro negro por sí solo lo que ha enriquecido al país nórdico (séptimo país con más PIB per cápita del mundo), sino la buena gestión de los ingresos ligados a su explotación. Los miles de millones de coronas que el estado noruego está recaudando con las exportaciones de energías fósiles se colocan en el Statens Pensjonsfond, también conocido como el Fondo del Petróleo de Noruega. A pesar de registrar en el 2022 un año excepcional en pérdidas, en el 2023 el fondo acumula un valor de mercado de récord histórico que supera los 15 billones de coronas (1,26 billones de euros). Este valor correspondería a unos 200.000 euros por habitante en un país con una población de 5,3 millones, y convierte al Statens Pensjonsfond de Noruega en el mayor fondo soberano del mundo.

El fondo que casi nunca pierde

La riqueza del fondo, fundado en 1996, proviene la mitad de los ingresos del petróleo y la otra mitad de las inversiones a que se destinan estos ingresos. Actualmente, el fondo es gestionado por una división del Banco Central Noruego, y posee el 1,5% de todas las acciones cotizadas a nivel mundial, con participaciones en más de 9.000 empresas (entre ellas Apple, Microsoft, Nestlé o Amazon). Las participaciones en empresas representan el 70% de las inversiones del fondo, el resto, un 20%, se invierte en bonos gubernamentales emitidos por países como Estados Unidos, Japón o Alemania, y un 7% en el sector inmobiliario, con propiedades en ubicaciones tan exclusivas como Les Champs Elysées en París, Times Square en Nueva York y Regents Park en Londres. Más recientemente, en el 2019, el Parlamento noruego autorizó también las inversiones en el sector de las energías renovables, comprando participaciones de Iberdrola y de varios parques eólicos en España.

"La intención cuando se creó el fondo fue la de ahorrar los inmensos beneficios fruto de la industria petrolera, porque todos sabemos que es un recurso temporal que algún día se terminará", explica el economista en la Universidad de Oslo, Steinar Holden. De esta forma, el fondo permite que cada año el Gobierno de Noruega solo pueda gastar el tres por ciento del valor total del fondo. La idea de imponer este límite es porque se calcula que el fondo crece un 3% anual en intereses, y, por lo tanto, solo estos se puedan gastar: "Así nos aseguramos unos ingresos permanentes que, con suerte, duraran para siempre", explica Holden.

En el año 2022, fruto de la agitada situación macroeconómica a nivel global, la subida de los intereses, y la pérdida de valor de las empresas tecnológicas en las bolsas, el Fondo del Petróleo registró una tasa de rendimiento negativo del 14%. Desde el año 2008, el fondo no registraba rendimientos negativos, y, de hecho, el fondo solamente ha perdido dinero en seis ocasiones desde 1998. Sin embargo, en la primera mitad del 2023, el fondo vuelve a registrar rendimientos positivos que el Gobierno de Noruega estima que serán del cinco por ciento anual.

Foto: Planta de Mugardos de Reganosa en la ría de Ferrol. (EFE/Kiko Delgado)

"El fondo del petróleo es muy amplio y está bien diversificado, esta es sin duda una de las claves por las que su valor ha incrementado tanto durante los años", señala el economista de la Universidad de Stavanger, Torfinn Harding. "Cuando se creó el fondo, con el petróleo en el subsuelo estábamos muy expuestos al precio de las materias, ahora hemos movido esta riqueza en el mercado de inversiones global, esto significa que siempre hay unas inversiones que van bien y otras que no tan bien, pero de promedio siempre va a ser mucho mejor que estar expuestos al precio de un producto básico", explica el profesor. De esta forma, el país nórdico ha sido capaz de esquivar lo que en economía se conoce como la "maldición de los recursos" y la "enfermedad holandesa", que se produce cuando la apreciación de la moneda retrasa el progreso de otras industrias de exportación del país.

El dilema verde noruego

No hay duda de que Noruega tiene en el fondo del petróleo un sólido colchón para financiar uno de los estados del bienestar más amplios en el mundo. Esta situación contrasta con la década de los años 1960, cuando se descubrieron los primeros yacimientos en sus costas, lo que permitió al país dejar de ser una de las naciones europeas más pobres en la primera mitad del siglo XX. Pero esto no impide que la riqueza obtenida a partir de la explotación de las energías fósiles sea más cuestionada que nunca en el país nórdico.

Foto: Foto: EC Diseño.
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Los activistas medioambientales y organizaciones internacionales como Greenpeace exigen a la empresa de energía estatal Equinor (de la cual el Gobierno noruego posee el 67%) que ature los planes para abrir nuevos pozos petrolíferos en el Atlántico Norte, además de otros megaproyectos en Canadá, Brasil y Surinam. Los activistas acusan al Gobierno noruego de hipocresía climática, ya que, pese a haber firmado los acuerdos climáticos de París, según la organización Oil Change International, Noruega es el "explorador más agresivo en Europa" de nuevos campos de petróleo y gas, otorgando más de 700 nuevas licencias en la última década.

Pero los expertos aseguran que la continuidad del fondo no está hoy necesariamente ligada a la continuidad de la explotación de los recursos fósiles, y, por lo tanto, ni los acuerdos para restringir las emisiones de CO₂, ni un previsible agotamiento de las reservas puede hacer peligrar la sostenibilidad del fondo: "Si el petróleo se terminase, se secaría la entrada de nuevo capital en el fondo. Entonces, el papel del fondo será mantener el dinero seguro a través de las inversiones", resume el economista Torfinn Harding, que añade: "Aún falta un tiempo para que lleguemos a esta situación, y no estoy seguro de que alguien se haya preocupado por esto, todavía".

Desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania, los europeos se preguntan dónde ha acabado una gran parte del dinero extra abonado en la factura del gas natural. Puede que la respuesta sea mirar a Terje Aasland, el actual ministro del petróleo y la energía de Noruega.

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