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El pasado más pesado de Alemania: ni la guerra de Ucrania logra aumentar el número de reclutas
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Del 'nunca más' al 'otra vez'

El pasado más pesado de Alemania: ni la guerra de Ucrania logra aumentar el número de reclutas

El nuevo anuncio de la Bundeswehr hace referencia a "volver" a enseñar la fuerza, lo que ha despertado recuerdos de la Segunda Guerra Mundial y el nazismo para muchos alemanes

Foto: Un soldado alemán, durante el entrenamiento a unidades ucranianas en Klietz, Alemania. (EFE/Clemens Bilan)
Un soldado alemán, durante el entrenamiento a unidades ucranianas en Klietz, Alemania. (EFE/Clemens Bilan)
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Fotografías de hombres y mujeres soldados, vestidos de uniforme y con boinas o cascos, mientras pilotan un avión militar o un barco de la Marina. Sobre las fotografías, varias preguntas: "¿Qué importa, cuando el mundo es más hostil con nosotros?", "¿Qué importa, cuando tenemos que volver a enseñar nuestra fuerza?". La última campaña publicitaria de reclutamiento de las fuerzas armadas de Alemania, la Bundeswehr, ha levantado ampollas en el país. Las raíces del descontento son profundas, históricas e incómodas, pero el detonante del escándalo ha sido una palabra: ese volver que despertó el desasosiego entre los alemanes y un recuerdo de la Wehrmacht, el nombre de las fuerzas armadas unificadas de la Alemania nazi desde 1935 a 1945.

Muchos alemanes han interpretado que este anuncio cambiaba la narrativa del nunca más, el mantra del proceso de Alemania para aceptar su pasado, por la necesidad de enseñar la fuerza otra vez. "¿Qué agencia de marketing dispara tales textos y quién también da el visto bueno? Por mucho que esté detrás de nuestra Bundeswehr y nuestros soldados, este otra vez despierta en mí terribles recuerdos", escribía un usuario alemán en Twitter.

Foto: El canciller alemán, Olaf Scholz, en el Bundestag. (EFE/Clemens Bilan)

La campaña ha impactado en una población mayoritariamente pacifista, pero que ha vivido un cambio en la política de defensa después de la guerra de Ucrania. Poco después de que Vladímir Putin invadiera el país, el canciller, Olaf Scholz, pronunciaba su discurso en el que hablaba del Zeitenwende, ese punto de inflexión en el que anunció un aumento histórico en el presupuesto militar para mejorar el Ejército. "Tendremos que invertir significativamente más en la seguridad de nuestro país para proteger nuestra libertad y nuestra democracia", dijo Scholz. Pero de las voces políticas a que un cambio histórico cale en la población hay todavía un trecho, como demuestran las críticas alarmadas. Para el Zeitenwende social y mental de la nueva realidad en la que vive Alemania, quedan años.

Después de años sin llevar a cabo grandes inversiones en las fuerzas armadas, la guerra en Ucrania cambió esa política y también la mentalidad de una parte de la población que durante años se opuso a aumentar el poder de la Bundeswehr. Una de las encuestas más recientes arrojó que, desde la invasión, una mayoría de alemanes está de acuerdo en que su país invierta más en sus capacidades de defensa. Un número récord, el 47%, se siente personalmente amenazado por un conflicto militar en el que podría verse involucrado. “En Alemania, el concepto de legítima defensa militar contra un agresor todavía es algo a lo que la gente debe acostumbrarse, ya que no tienen tal experiencia en su historia: especialmente en las grandes guerras europeas del siglo XX, Alemania fue el agresor”, explica Minna Ålander, investigadora del Instituto Finlandés de Relaciones Internacionales y experta en política exterior alemana, a El Confidencial.

Pero creer que las fuerzas armadas necesitan más inversión no llega al extremo de que el Ejército alemán recupere su atracción como salida profesional no solo aceptable, sino deseable. La Bundeswehr lleva tiempo lanzando campañas de publicidad después de años con menos personal del que le gustaría. Para finales de 2020, el 18% de las posiciones superiores a los rangos junior estaban vacantes. En algunas de las facciones del Ejército, las cifras eran incluso peor, con menos de la mitad de los puestos de pilotos de combate ocupados. Los problemas para cubrir las posiciones se deben, en parte, a la falta de atractivo que tiene el ejército para los jóvenes alemanes, por sus connotaciones históricas, escándalos de los últimos años por grupúsculos ultraderechistas o por los incentivos financieros. En 2018 apenas logró reclutar a 20.000 nuevos soldados, 3.000 menos que el año anterior, la menor cifra desde la creación de la fuerza armada al término de la II Guerra Mundial. Para 2031, la Bundeswehr pretende alcanzar los 203.000 soldados, pese a que se calcula que cerca de la mitad de los soldados actuales se retirarán para entonces.

Las estrategias publicitarias para intentar aumentar el número de reclutas han pasado por una serie en YouTube, Die Rekruten (Los reclutas) para llamar la atención de los jóvenes, hasta anuncios como el que ha provocado la indignación de una parte de la población. "Acostumbrarse a la idea de tener fuerzas armadas fuertes (nuevamente) llevará algún tiempo y muchos ciudadanos alemanes todavía desconfían", señala Ålander. "Por otro lado, varios escándalos de perfil bastante alto sobre el extremismo de extrema derecha entre los soldados de la Bundeswehr, uno de los cuales llevó a la disolución de una unidad especial en 2020, ha sido muy perjudicial para la imagen de las fuerzas armadas y no ayuda a generar confianza".

La sombra del extremismo

Uno de los escándalos a los que Minna Ålander hace referencia es la disolución de una de las unidades de las denominadas Kommando Spezialkräfte (KSK), en la que se detectaron comportamiento de extremismo ultraderechista. Esta no era la primera vez que las fuerzas de élite de la Bundeswehr se veían envueltas en una polémica como esta. En 2017, uno de los miembros, apodado Hannibal, lideraba una red que se dedicaba a acumular armamento y munición supuestamente para encarar una futura guerra civil.

La unidad que fue disuelta llevaba siendo investigaba desde que, años antes, los medios alemanes descubrieron que las fuerzas especiales celebraron una fiesta de despedida en la que hicieron el saludo hitleriano, escucharon música con letra extremista y participaron en un juego basado en lanzar la cabeza de un cerdo. En una investigación posterior a la misma unidad, el portavoz del Ministerio de Defensa, Arne Collatz, anunció: "Se trata, una vez más, hay que decirlo, de rituales de bebida y novatadas bastante perversas. Se trata de violencia sexual y acoso. Se trata de incidentes de extrema derecha, como vestir camisetas negras con un 88 impreso [número que en círculos neonazis simboliza el saludo hitleriano prohibido en Alemania] o designar a los compañeros asiáticos como fillis [una denominación racista]", dijo.

Foto: Activistas de ultraderecha con una bandera del Tercer Reich se manifiestan en Berlín, el 4 de marzo de 2017. (Reuters)
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Los funcionarios alemanes afirmaron que están decididos a erradicar el extremismo de extrema derecha en el Ejército, pero los escándalos han sido suficientes para que la percepción de la Bundeswehr sea negativa para una parte de la población. Sin embargo, los analistas apuntan a que no se trata de un tema generacional y que, mientras los jóvenes no se sienten atraídos por sus fuerzas armadas, los millennials están fuertemente influenciados por el pacifismo de la generación del 68. Además, esta generación vivió el momento del "fin de la historia" tras la Guerra Fría y la reunificación alemana, en la que se solidificó aún más la idea de que el poder militar es una cosa del pasado.

Los números de reclutas en las Fuerzas Armadas han caído en picado desde que se suspendió el servicio militar obligatorio en 2011. A pesar de la guerra, la situación no ha cambiado radicalmente y muchos jóvenes no están dispuestos a aceptar un sueldo modesto en un trabajo en el que pueden poner su vida en juego. Como no hay manera de obligarles, la Bundeswehr apuesta por la publicidad, aunque algunos analistas apuntan a que esta estrategia no logrará que el ejército se refuerce. "La Bundeswehr no volverá a ponerse de pie con un anuncio de 70 segundos. No sabemos exactamente cuánto cuesta esta campaña. Todo lo que sabemos es que gastó un total de 35 millones de euros en publicidad en 2020, por ejemplo. Eso fue mucho dinero desperdiciado en ese entonces. Probablemente, seguirá siendo así", escribió Josef Kraus, profesor y autor alemán, en un artículo de opinión.

La mejor estrategia para el ministerio

¿Cuál podría ser la mejor opción para aumentar el número de miembros de la Bundeswehr, que se ha reducido de 317.000 a 183.000 en las últimas dos décadas? "Fue un error suspender el servicio militar obligatorio", dijo el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, a principios de año. A pesar de que después aclaró que no estaba entre los planes del Gobierno reactivar el servicio militar, la declaración sirvió para que se iniciara el debate entre la población. "Lo primero que debería hacer el Ministerio de Defensa es representar a las fuerzas armadas como algo confiable y un poco aburrido, esa sería lo mejor", sostiene investigadora del Instituto Finlandés de Relaciones Internacionales.

"Explicar la necesidad de una fuerte disuasión militar puede ser mejor. Ese sería un marco narrativo con el que las personas podrían sentirse menos incómodas porque indica que, en el mejor de los casos, si la disuasión funciona, no es necesario utilizar las capacidades militares".

Foto: Varios soldados reciben a la ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer. (Reuters)

De cara a la percepción de la Bundeswehr por parte de la población alemana, Minna Ålander opina que enfatizar el papel de Alemania en la seguridad europea podría ayudar a que la visión sea más positiva. "Que la presencia militar de Alemania en el flanco este de la OTAN aumenta la seguridad de los aliados y los hace sentir más seguros, y no al revés", aclara. El país está tan integrado en las estructuras de seguridad que sus vecinos, aliados y socios ya no temen a las fuerzas armadas alemanas, sino que confían en que sea una potencia militar. La pregunta es si los alemanes confían en sus instituciones militares. "Parte de Zeitenwende debería ser fomentar esa confianza y comunicar con mucho cuidado qué pieza central del rompecabezas es Alemania para la seguridad europea y que, por lo tanto, importa lo que Alemania haga o deje de hacer", asegura la experta.

El lema "¿Qué importa, cuando tenemos que volver a enseñar nuestra fuerza?", ha llamado la atención de muchos alemanes. Otra pregunta es si ese era la intención de los que crearon la campaña de publicidad. Especulaciones aparte, la imagen con el texto ha sido eliminada de la página web de la Bundeswehr.

Fotografías de hombres y mujeres soldados, vestidos de uniforme y con boinas o cascos, mientras pilotan un avión militar o un barco de la Marina. Sobre las fotografías, varias preguntas: "¿Qué importa, cuando el mundo es más hostil con nosotros?", "¿Qué importa, cuando tenemos que volver a enseñar nuestra fuerza?". La última campaña publicitaria de reclutamiento de las fuerzas armadas de Alemania, la Bundeswehr, ha levantado ampollas en el país. Las raíces del descontento son profundas, históricas e incómodas, pero el detonante del escándalo ha sido una palabra: ese volver que despertó el desasosiego entre los alemanes y un recuerdo de la Wehrmacht, el nombre de las fuerzas armadas unificadas de la Alemania nazi desde 1935 a 1945.

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