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Una caja con dientes de oro y una máscara de gas: ¿qué está pasando con las torturas en Ucrania?
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El 'mini-Auschwitz' que todos temen

Una caja con dientes de oro y una máscara de gas: ¿qué está pasando con las torturas en Ucrania?

Una presunta cámara de tortura utilizada por las fuerzas rusas ha hecho saltar las alarmas sobre los métodos de intimidación. ¿Cómo se investigan estas prácticas en el terreno?

Foto: Foto: EFE/Roman Pilipey.
Foto: EFE/Roman Pilipey.
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Una máscara de gas y una caja de coronas dentales de oro. Esta sería la cámara de tortura que se habría encontrado en una región de Járkov y que las autoridades ucranianas calificaron como un "mini-Auschwitz". Días después, un artículo del diario alemán 'Bild' desmentía que las coronas pertenecieran a soldados ucranianos. "Estos dientes se parecen a los de mi colección que fue saqueada. Soy el único dentista aquí. Entonces, si fueron encontrados aquí, deben ser míos", dijo Sergey, el dentista local de Pisky-Radkivski, el pueblo en el que se encontró la caja y la máscara de gas.

El profesional médico afirmó que los dientes no parecen provenir de personas muertas o que hayan sido torturadas y sospecha que los rusos pueden haberlos robado porque pensaron que eran de oro real y no de acero inoxidable. Otra teoría es que pueden haber sido usados para intimidar a los ucranianos. "Los residentes cercanos me informaron que los rusos aparentemente usaron esto para asustar a la gente", dijo Sergey a 'Bild'. A pesar de que no hay información acerca de la procedencia de gas y el objetivo también puede ser la intimidación, varios residentes han confirmado que las fuerzas rusas han practicado torturas en el pueblo.

El caso de la presunta cámara de tortura ha puesto sobre la mesa la crueldad de las torturas de los rusos, pero ¿cómo se confirma la veracidad de cada caso? ¿Cómo se investiga qué es una tortura o un método para intimidar? "Cuando llegamos a una zona liberada, entrevistamos a los supervivientes, a expertos médicos y analizamos documentos médicos. También contamos con inteligencia de código abierto y con un laboratorio digital que analiza imágenes satelitales", explica Yulia Gorbunova, la investigadora sénior de Human Rights Watch en Ucrania, que está detrás de una gran parte de las violaciones de derechos humanos en Zaporiyia, Jersón y el Donbás, a El Confidencial.

Esta organización es una de las que está sobre el terreno para investigar las torturas, así como la Misión de Observación de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ucrania (HRMMU), Amnistía Internacional, Truth Hounds y otras organizaciones locales como el Centro para las Libertades Civiles, galardonada con el Nobel de la Paz. Su directora, Oleksandra Matviichuk, se hizo eco inicialmente de la publicación de la fotografía de los dientes de oro y la máscara de gas, aunque retrocedió al leer el artículo del medio alemán. "Mis colegas no están autorizados a entrar en este pueblo todavía. Necesitamos tiempo para verificar los detalles", escribió en una publicación de Twitter.

Una atmósfera de intimidación en Ucrania

Desde que Rusia inició la invasión en Ucrania, las organizaciones han enviado a sus investigadores para que hablen con las comunidades y documenten los abusos en tiempo real. Yulia Gorbunova ha entrevistado desde febrero a más de 70 personas en la zona de Jersón y Zaporiyia que han sido víctimas o testigos de torturas, desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias. "Decenas fueron brutalmente torturados, y han descrito torturas prolongadas con palizas y en algunas ocasiones electroshock. Han descrito lesiones que incluyen costillas rotas, huesos y dientes, quemaduras, conmociones cerebrales, cortes y moretones", explica la investigadora a este periódico.

Gorbunova no duda de que las tropas rusas han mostrado desprecio por la vida de los civiles y los principios más fundamentales de las leyes de la guerra. Se basa en las investigaciones de julio en Jersón y Zaporiyia, pero también en las del mes de abril, cuando el equipo visitó 17 pueblos y ciudades pequeñas en las regiones de Kiev y Chernígov después de que fueran liberadas. "Documentamos dos ejecuciones sumarias, seis desapariciones forzadas y siete casos de tortura ocurridos desde finales de febrero hasta marzo. También hemos documentado una letanía de crímenes de guerra durante la ocupación rusa de Bucha, del 4 al 31 de marzo", subraya. Cuando llegan a una zona recién liberada, lo que viene a continuación es la imagen más parecida de la tragedia. "No me quiero ni imaginar el horror que veremos en Mariúpol", lamenta la investigadora de HRW.

Foto: Imágenes de satélite de la prisión de Olenivka. (Maxar Technologies)

La masacre de Bucha ha sido uno de los capítulos más duros de la guerra en los que se confirmó la tortura por parte de las fuerzas rusas. Los cadáveres atados con las manos amarradas a la espalda conmocionaron al mundo, aunque esta no es la única estrategia. En el caso del pueblo Pisky-Radkivski, dejar una máscara de gas al lado de una de las víctimas se ha interpretado como una forma de intimidación. En este mismo pueblo, cuando llegaron los militares rusos, expulsaron a los lugareños de sus casas para establecerse ellos en su lugar. "La gente fue intimidada, golpeada y abusada. Los ocupantes rusos dejaron casas saqueadas", dijo la Policía Nacional cuando la zona fue liberada.

Esta atmósfera de miedo es la que también quisieron conseguir en la zona de Járkov. En las ciudades recién liberadas de Balakliya y Vovchansk, los maestros de las escuelas locales explicaron que fueron intimidados y amenazados por negarse a enseñar un plan de estudios impuesto por Rusia a sus alumnos durante la ocupación de la ciudad oriental. Los militares llegaron a destruir libros de texto escolares, banderas de Ucrania y hasta el trabajo escolar de los niños. La directora de una de las escuelas, Lidiya Tina, afirmó que fue arrestada y detenida durante 19 días por negarse a establecer una escuela rusa en el pueblo de Ivanivka. "Cuando intentaba huir a Járkov, me detuvieron. Se detuvo un coche y se bajaron tres hombres encapuchados con rifles de asalto. Me pusieron una pistola en la garganta y rompieron mi diploma de enseñanza frente a mi cara", recuerda la maestra para la BBC.

Yulia Gorbunova y su equipo no han podido trasladarse hasta el pueblo en el que se ha encontrado la máscara de gas y los dientes de oro, aunque no descarta que haya sido una forma de perpetuar la atmósfera de terror que quieren crear las fuerzas rusas. "Han utilizado la tortura, pero también la intimidación para provocar miedo, para que las personas acepten la ocupación rusa o estén demasiado asustadas para manifestarse en contra", sostiene a El Confidencial.

¿Qué pasará cuando todo acabe?

Si hablamos de violencia, es inevitable incluir también la sexual por parte de los combatientes. Human Rights Watch ha registrado varios casos de violación y de otros tipos de violencia sexual por parte de soldados rusos en varias zonas ocupadas como Kiev y Járkov. "Desafortunadamente, siento que esto puede ser solo la punta del iceberg. Es probable que haya mucho más que documentar en los próximos meses porque está claro que existe un riesgo muy real de violación", concluye Gorbunova.

Cada vez hay más evidencias de las torturas por parte de los soldados rusos, aunque el Kremlin niega la mayor. La rendición de cuentas es una de las mayores ambiciones de las organizaciones que investigan las violaciones de derechos humanos. Investigadores como Yulia Gorbunova lo ven como un proceso que puede tomar su tiempo, pero que si se realizan los esfuerzos adecuados para preservar la evidencia, los culpables no tendrán escapatoria. "Creo que todos y cada uno de los perpetradores de estos horrendos abusos rendirán cuentas".

Por su cuenta, la activista Oleksandra Matviichuk, cuyo trabajo está centrado en aportar pruebas para un futuro tribunal internacional, es consciente de que a pesar de que se están tomando medidas como la creación de una comisión de la ONU para investigar crímenes de guerra en Ucrania, es difícil que Rusia pague por todas las violaciones. "Esperemos que lleven a cabo una investigación rigurosa de la que se puedan sacar unas conclusiones válidas y algunas recomendaciones, pero Rusia no las va a cumplir, obviamente. Esta comisión no dispone de un mecanismo que obligue a Rusia a cumplirlas", dijo Matviichuk a eldiario.es.

Una máscara de gas y una caja de coronas dentales de oro. Esta sería la cámara de tortura que se habría encontrado en una región de Járkov y que las autoridades ucranianas calificaron como un "mini-Auschwitz". Días después, un artículo del diario alemán 'Bild' desmentía que las coronas pertenecieran a soldados ucranianos. "Estos dientes se parecen a los de mi colección que fue saqueada. Soy el único dentista aquí. Entonces, si fueron encontrados aquí, deben ser míos", dijo Sergey, el dentista local de Pisky-Radkivski, el pueblo en el que se encontró la caja y la máscara de gas.

Conflicto de Ucrania Derechos humanos
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