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Habla un senador de Texas: "Es una fantasía pensar que esto podría haberse evitado"
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"Nos hemos acostumbrado a la tragedia"

Habla un senador de Texas: "Es una fantasía pensar que esto podría haberse evitado"

Uvalde sigue de luto. Hay quienes opinan que la tragedia del martes que se cobró la vida de 21 personas era irremediable, pero creen que reforzar el control de las armas es necesario

Foto: Instante de la convención de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en Texas. (EFE/Aaron M. Sprecher)
Instante de la convención de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en Texas. (EFE/Aaron M. Sprecher)

En mayo de 2018, el adolescente Dimitrios Pagourtzis entró a su instituto del sur de Houston portando una escopeta Remington 870. Allí disparó a todo el que se le cruzara por delante y el tiroteo culminó con la muerte de 10 personas, entre ellos, varios compañeros de su clase. La tragedia dejó a Texas en un luto incómodo porque, aunque los ataques de armas de fuego se producen con más o menos frecuencia en el país, cuando los escenarios elegidos son centros educativos aumenta la concertación entre las familias, los ciudadanos y las fuerzas políticas. El republicano Gregg Abbott también era el gobernador por entonces, y aunque su devoción por las armas ha quedado más que clara en repetidas ocasiones, se aprobaron una serie de leyes para prevenir la violencia en centros educativos.

La legislación texana acordó mejorar la seguridad de los colegios, reforzando la ayuda a la salud mental con programas especializados en los propios centros. Además, se reforzaría el ojo avizor de los docentes y personal educativo para poder identificar a tiempo a quien podría ser sospechoso de cometer un crimen similar. En su día, Abbott dijo que estas medidas son las que más “harían por la seguridad escolar en Texas hasta la fecha”. Nada de esto ha sucedido en Uvalde. ¿Se pudo evitar la tragedia del martes?

Foto: Homenaje a las víctimas del tiroteo de la escuela primaria Robb en Texas. (Reuters/Nuri Vallbona)

El senador demócrata Nathan Johnson considera que no. “Creo que es una fantasía pensar que por muy seguros que sean los colegios y por muchas armas que lleven los profesores, no se pueda evitar que alguien con esas intenciones termine asesinando a gente. Lo que sí se puede hacer es intentar prevenir que las armas, en general, terminen en las manos incorrectas”.

Johnson es de los pocos senadores del partido demócrata en el estado sureño. Y aunque la polémica de las armas no cesa desde hace décadas, incluso los azules consideran que no hay que estar en contra de las mismas. La cultura armamentística del país atraviesa a cualquiera de los ciudadanos, especialmente los sureños, pero hay quienes abogan por poner algún límite. “Tendríamos que tener cursos que acrediten que alguien puede llevar una pistola”. El impacto y la presión mediática que ha tenido el último tiroteo de Texas puede inclinar la balanza en el estado, no eliminando las armas (algo inconcebible, no solo por el concepto de autodefensa, sino por la extendida práctica de la caza), pero replanteando aquellas siete leyes firmadas el año pasado para considerar Texas uno de los ‘santuarios’ de la sagrada Segunda Enmienda de la Constitución. “Yo tengo algo de esperanza. Después de esta tragedia, y por la repercusión que está teniendo, los republicanos van a tener que pensárselo dos veces. Tienen la necesidad de hacer algo, pero es difícil predecir si lo harán”.

Foto: Dos personas en una galería de tiro en El Paso, Texas. (Reuters/Julio Cesar Chávez)

Las elecciones a gobernador, además, se celebrarán el próximo mes de noviembre, enfrentando al republicano Greg Abbott y al demócrata Beto O’Rourke. Sería imposible afirmar que este último se alzará con la victoria del capitolio en Austin –Texas es mayoritaria y tradicionalmente republicana–, pero Johnson considera que quizá sea una oportunidad para rascar votos de quienes, nadando entre dos aguas, pero manteniendo el espíritu conversador, no terminan de comulgar con la implícita necesidad de llevar cada día una pistola debajo del asiento del coche. Quienes siempre han defendido a capa y espada el derecho a llevar armas sin ningún tipo de licencia, mantendrán la esencia tradicional, y los pocos demócratas concentrados en las grandes ciudades y en la zona fronteriza con México cuestionarán, se inclinarían por O'Rourke.

El caso de Texas es peculiar. Conviven los más acérrimos americanos conservadores, los escasos demócratas criados en Dallas –la menos progresista de las grandes urbes–, Houston, Austin o San Antonio y los miles de emigrantes e hijos de emigrantes que, si bien con la segunda campaña de Trump muchos se sintieron familiarizados con su discurso nacionalista, la mayoría se mantiene en el partido azul por descarte, no necesariamente por defender al partido demócrata. Y aunque estos últimos hicieron lo posible por hacerse con el voto joven en las elecciones de noviembre, las raíces de Texas le mantuvieron en lo que siempre se había esperado del estado: republicano, conservador, cristiano y fiel incondicional de la Constitución.

El problema, dice Johnson, es que “nos hemos acostumbrado a la tragedia. Estamos tan familiarizados con los tiroteos que, si este, (aun tratándose del más polémico en el estado hasta la fecha) no consigue que nos planteemos las cosas, tendremos que esperar al siguiente”.

En mayo de 2018, el adolescente Dimitrios Pagourtzis entró a su instituto del sur de Houston portando una escopeta Remington 870. Allí disparó a todo el que se le cruzara por delante y el tiroteo culminó con la muerte de 10 personas, entre ellos, varios compañeros de su clase. La tragedia dejó a Texas en un luto incómodo porque, aunque los ataques de armas de fuego se producen con más o menos frecuencia en el país, cuando los escenarios elegidos son centros educativos aumenta la concertación entre las familias, los ciudadanos y las fuerzas políticas. El republicano Gregg Abbott también era el gobernador por entonces, y aunque su devoción por las armas ha quedado más que clara en repetidas ocasiones, se aprobaron una serie de leyes para prevenir la violencia en centros educativos.

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