Es noticia
El atraco del siglo: cómo conseguir robar el 13% del PIB de tu país y después salir por patas
  1. Mundo
El hombre más buscado de Moldavia

El atraco del siglo: cómo conseguir robar el 13% del PIB de tu país y después salir por patas

El principal acusado es el que fuera durante años uno de los hombres más poderosos de Moldavia, Vladimir Plahotniuc, que se encuentra todavía a día de hoy huido de la justicia

Foto: Vladimir Plahotniuc durante su etapa como líder del Partido Demócrata de Moldavia, en 2018. (EFE/Dumitru Doru)
Vladimir Plahotniuc durante su etapa como líder del Partido Demócrata de Moldavia, en 2018. (EFE/Dumitru Doru)

Para Moldavia, fue "el atraco del siglo". Tuvo lugar entre 2012 y 2014, cuando miles de millones de euros de tres bancos del país —Banca de Economii, Unibank y Banca Social— fueron transferidos a través de sociedades pantalla de Reino Unido y Hong Kong. El dinero se obtenía a través de créditos que las entidades se daban entre ellas sin responder a ningún criterio económico y acababa en cuentas bancarias de Letonia a nombre de clientes extranjeros. En total, fueron sustraídos 1.000 millones de euros, lo que representó cerca de un 13% del PIB moldavo. En España, el equivalente sería de 153.000 millones de euros.

El mayor robo de la historia del país no fue obra de ladrones anónimos. El principal acusado es el que fuera durante años uno de los hombres más poderosos de Moldavia, Vladimir Plahotniuc, quien se encuentra todavía a día de hoy prófugo de la justicia. Su carrera política, su gran fortuna y su influencia lo hicieron un rostro fácilmente reconocible por los moldavos. El exprimer ministro Ion Sturza llegó a afirmar en televisión que el país estaba controlado por el oligarca, que incluso estuvo a punto de ser primer ministro en 2016 si el presidente de aquel momento, Nicolae Timofti, no hubiera pedido al Parlamento que lo reconsiderara por cuestiones de "integridad". Una controvertida decisión que despertó protestas a favor y en contra suya en Chisinau, capital del país.

Foto: Logotipo de Gazprom. (Reuters/Shemetov)

Plahotniuc era una de las voces más importantes que apoyaban el acercamiento de Moldavia con la Unión Europea y un detractor de estrechar vínculos con Moscú. Tanto es así, que cuando su implicación en el robo se hizo pública, el apoyo hacia Bruselas se derrumbó en todo el país. Gozar de tanto poder le puso en la diana. En 2017, fuerzas de seguridad moldavas y ucranianas abortaron su intento de asesinato por parte de grupos mafiosos en una operación autorizada por el mismísimo presidente del país vecino.

Otros involucrados en la operación sí fueron juzgados por el robo masivo, como el exprimer ministro Vlad Filat, al que le impusieron en 2017 una pena de nueve años de cárcel —de los cuales cumplió solo tres—. Filat declaró en el juicio que Plahotniuc tenía empresas 'offshore', dinero robado y delitos sin juzgar. El otro condenado fue Ilan Shor, quien pasó la mayor parte de sus siete años de condena en régimen de arresto domiciliario. En cuanto pudo, huyó del país. A pesar de estar también en paradero desconocido, es el dirigente del Partido Shor, que tiene representación parlamentaria, y mantuvo el cargo de alcalde de la localidad de Orhei, de 20.000 habitantes, después de su condena hasta el 2019.

Foto: Un espectador de un partido de la Champions League entre el Sheriff Tiraspol y el Shakhtar de Donetsk. (Reuters)

La caída en desgracia de Plahotniuc, entonces diputado, llegó ese mismo año con una crisis constitucional que hizo que dimitieran el primer ministro y su gabinete, dando paso a nuevas elecciones. En cuanto los rivales de su partido consiguieron ponerse de acuerdo en el parlamento e iniciar la legislatura, el oligarca se fue del país en su jet privado. Lo hizo a través de Transnistria, una región que no está controlada por el Gobierno, y es posible que nunca regrese.

Millonario a la fuga

Su primera parada fue Estados Unidos, donde pidió asilo político y quiso vivir en un apartamento de lujo de Miami que costaba 15.000 dólares al mes. No se lo concedieron y, unos meses más tarde, los fiscales del caso le señalaron como uno de los posibles culpables del "atraco del siglo". Por ello pidieron su extradición para juzgarlo en territorio moldavo, aunque acabó huyendo nuevamente. A día de hoy, ni él ni su familia pueden entrar en territorio estadounidense. Desapareció de la vida pública y ahora se le ha reconocido viajando con nombres alternativos como Vladimir Ulinic, usando el apellido de su madre.

Plahotniuc​ podría recibir una condena de entre 20 y 30 años de prisión

Actualmente, las autoridades moldavas creen que se encuentra en Turquía o en la parte turca de Chipre. La misma presidenta del país, Maia Sandu, aseguró ante medios rumanos que "hasta donde sabemos, se esconde en Turquía". El oligarca la veía como una rival peligrosa y se hicieron públicos en noviembre de 2021 documentos que demostrarían que se pincharon los teléfonos de Sandu. ¿La razón? El miedo a que ella y sus seguidores intentaran desestabilizar el país para derrocar al Gobierno de aquel entonces, controlado de facto por oligarcas como Plahotniuc. Estar fugado no le impide seguir intentando influir en la política nacional. El político Renato Usatii aseguró en 2020 que el oligarca se reunía habitualmente con dirigentes políticos de Moldavia.

El último cargo que se le imputó fue precisamente la intervención de líneas telefónicas de forma ilegal, que se suma a los de enriquecimiento ilegal, fraude fiscal, lavado de dinero y liderar un grupo criminal. Oxana Brighidin, abogada de la organización Centro de Recursos Judiciales de Moldavia, afirma que con esos cargos "podría recibir una condena de entre 20 y 30 años de prisión", en función del tribunal.

Un prontuario de categoría

Entre los países que descartó Plahotniuc para huir está Rusia, donde también se está investigando al empresario moldavo por su presunta implicación en tres casos distintos. Es sospechoso de intento de asesinato y creación de un grupo criminal, de realizar operaciones financieras ilegales por valor de cerca de 500 millones de dólares y de narcotráfico. Investigado por la Interpol desde el año 2007, se le ha relacionado con la Hermandad Solntsevskaya, uno de los grupos criminales más importantes e internacionales de Rusia. "Si no se hubiera escondido, es decir, si hubiera cooperado con la investigación, la pena podría haberse reducido", detalla la abogada Brighidin.

Su cuantiosa fortuna le hizo ganarse el apodo del 'Abramovich moldavo' y llegó a poseer múltiples empresas, entre ellas General Media Group, un conglomerado de medios con ocho emisoras de radiotelevisión, hoteles en la capital y una empresa de seguridad, Arguss, de donde venían los guardaespaldas que solían escoltarle. También tendría propiedades en Suiza, Rumanía y España, según afirman periodistas de investigación moldavos.

Foto: Una planta generadora en Moldavia (EFE/Dumitru Doru)

El millonario robo en uno de los más pobres de Europa —y el menos visitado del Viejo Continente— ha sido una bofetada a la confianza de los moldavos, cuyo salario medio puede rondar los 9.000 lei (450 euros al cambio) mensuales, aunque fuera de la capital 200 euros ya se consideran como un buen sueldo. Muchos ciudadanos tienen problemas para costear los servicios básicos, siendo uno de los casos más graves el del gas natural. En los hogares más humildes las familias utilizan leña o se endeudan para poder pagar la calefacción durante el invierno, cuya temperatura media puede caer hasta 7 grados bajo cero.

Por ello, es habitual que muchos moldavos quieran emigrar a la Unión Europea y en las calles son habituales los anuncios que ofrecen trabajo y/o pasaporte comunitario, principalmente en Alemania y Suecia, pero también en Italia o España. Uno de los factores que influye en esa falta de recursos es la corrupción, ya que este "atraco del siglo" no es un hecho aislado. Según la ONG Transparencia internacional, Moldavia tiene una percepción de corrupción de 36/100. En Europa se encuentra solo por delante de Rusia, Ucrania, Bosnia y Albania.

Para Moldavia, fue "el atraco del siglo". Tuvo lugar entre 2012 y 2014, cuando miles de millones de euros de tres bancos del país —Banca de Economii, Unibank y Banca Social— fueron transferidos a través de sociedades pantalla de Reino Unido y Hong Kong. El dinero se obtenía a través de créditos que las entidades se daban entre ellas sin responder a ningún criterio económico y acababa en cuentas bancarias de Letonia a nombre de clientes extranjeros. En total, fueron sustraídos 1.000 millones de euros, lo que representó cerca de un 13% del PIB moldavo. En España, el equivalente sería de 153.000 millones de euros.

Crimen
El redactor recomienda