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Lección (imperfecta) de Moldavia: así lidia un pequeño David con el Goliat energético ruso
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rusia presiona a moldavia con el gas

Lección (imperfecta) de Moldavia: así lidia un pequeño David con el Goliat energético ruso

La UE debería aprender de la respuesta de Moldavia a su crisis de gas: sería un error vincular las concesiones rusas en los precios de la energía a áreas como política comercial

Foto: Logotipo de Gazprom. (Reuters/Shemetov)
Logotipo de Gazprom. (Reuters/Shemetov)

El mes pasado, mientras toda Europa hacía frente a una escalada de los precios de la energía, una crisis de gas forzaba a la pequeña Moldavia a declarar el estado de emergencia. La compañía rusa Gazprom subió los precios del gas que suministra al país a $790 dólares por 1.000 metros cúbicos y recortó las entregas en un 30%.

Rusia habló de vincular los precios del gas a las negociaciones con Moldavia sobre la región de Transnistria; la implementación del Tercer Paquete Energético de la Unión Europea (que amenaza tanto el monopolio del suministro que mantiene Gazprom desde 1991, como la posición dominante en el mercado doméstico de Moldovagaz, una firma de la que Gazprom posee un 50%); e incluso el comercio con la UE. El alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, habló sobre cómo Rusia “ha convertido en un arma el suministro de gas”. En términos más amplios, Rusia estaba poniendo a prueba el cuajo de la nueva presidenta moldava, Maia Sandu, y su Gobierno proeuropeo.

Sin embargo, esta semana ambas partes alcanzaron un acuerdo para solventar la crisis. Moldavia ha asegurado un contrato de gas de cinco años a lo que parece un menor precio y Gazprom ha logrado un compromiso para hablar sobre los 700 millones de dólares de deuda acumulada. El país parece haber evitado concesiones políticas a Rusia sobre sus relaciones con la UE y continuará implementando reformas generales de su mercado energético bajo el Tercer Paquete Energético, pero evitará reestructurar Moldovagas, cuyo monopolio es la base de este problema de competencia. Así que la pregunta es, ¿quién parpadeó primero?

El nuevo Gobierno moldavo diversificó hábilmente sus opciones de suministro de gas. El país localizó una fuente de emergencia de ‘gas técnico’ para mantener las presiones en el gasoducto desde Rumanía, Polonia y Ucrania. Naftogaz, la energética estatal ucraniana, prestó a Moldavia 15 millones de metros cúbicos de gas. Para el momento en el que el contrato de cinco años venza, un nuevo gasoducto de 150 kilómetros que proveerá un suministro inverso desde Rumanía ya debería estar completamente operativo.

Foto: El gasoducto "Power of Siberia", mostrado en una presentación en Sochi, Rusia. (EFE)

El gaseoducto básico está completo, pero Rumanía todavía necesita construir una estación de presión en su lado de la frontera, mientras que Moldavia necesita construir las conexiones desde Chisinau a otras partes de su territorio, principalmente el norte. En octubre, la UE proveyó al país con 60 millones de euros para subsidiar su factura energética, así como asesoría técnica. Con esto compró tiempo, permitiendo al país evitar hacer concesiones a Moscú en medio de un ataque de pánico. Moldavia ha recuperado su suministro antes de que llegue lo peor del invierno. Sin embargo, pareciera que el país tenía más tiempo para negociar un acuerdo -una vez que sus socios mostraron solidaridad- y lo hizo demasiado rápidamente.

Ahora que Moldavia ha establecido un precedente en su diversificación de suministro, es más probable que ahora el Gobierno de Sandu trabaje con más ahínco que sus predecesores en temas de eficiencia y seguridad energética. Sin embargo, el nuevo acuerdo llevará a un retraso en la implementación de los elementos clave del Tercer Paquete Energético.

Foto: Un barco que participa en la construcción del gaseoducto Nord Stream 2.

Después de que Moldavia anunciara unilateralmente el protocolo de acuerdo, parecía que los detalles del acuerdo eran relativamente desfavorables para el país (aunque las actuales traducciones al inglés del protocolo no son perfectas). Rusia y Moldavia comenzarán pronto a negociar un acuerdo intergubernamental sobre energía. El preámbulo del protocolo declara que la “implementación del Tercer Paquete Legislativo de Energía de la Unión Europea es un compromiso internacional que Moldavia ha asumido” pero también menciona la necesidad de proteger “los derechos de los inversores”, una referencia clara a Gazprom. El protocolo también especifica la “necesidad de no aplicar sanciones a Moldovagaz JSC hasta que el acuerdo intergubernamental entre en vigor a finales de 2022” y “la no aplicación de una reorganización forzosa de Moldovagaz” hasta que Moldavia no pague sus deudas por completo-

Las autoridades en Chisinau prestaron demasiada atención al precio principal del gas, dado el potencial agujero que puede hacer en el presupuesto nacional, a costa de otros aspectos estructurales del acuerdo. Moldavia pagará 450 dólares por 1.000 metros cúbicos de gas en noviembre. Los moldavos esperan que el precio caiga a partir de ese momento; Gazprom espera que suba un poco (actualmente, el precio equivalente en el mercado al contado varía entre 900-940 dólares). Habrá además una auditoría independiente sobre la deuda acumulada por el país con Gazprom y una “negociación” para reestructurar ese pasivo. La auditoría final será aprobada por el consejo de Moldovagaz, controlado por Gazprom. Desde mayo de 2022, Moldavia debe preparar “el repago de todos los retrasos, incluyendo las multas de cinco años”.

Un nuevo enfrentamiento entre ambas partes podría emerger en 2022. Pero es poco probable que Moldavia se aleje de su curso pro-Europa. La UE ha mostrado solidaridad con Moldavia -como hicieron Rumanía y Ucrania, lo también ayudaron durante crisis previas, así como Polonia -que antes no lo hizo-.

Foto: Un hombre traslada cilindros de gas en Karachi, Pakistán. (EFE)

En cualquier caso, la dependencia europea de la energía rusa supone un enorme desafío. El gasoducto Nord Stream 2 puede no afectar a Moldavia, pero parece un revés estratégico para otros estados productores de energía o de tránsito -especialmente para Ucrania y Polonia-. Y la UE no está enfrentando de pleno el papel de Rusia en la subida de precios.

Sandu dio una entrevista algo controvertida al diario ruso Kommersant el pasado 1 de noviembre, en la que negó informaciones del Financial Times sobre que Rusia había intentado sacar concesiones comerciales y políticas de Moldavia. “No se habló de eso en estas negociaciones sobre el gas”, aseguró. Tanto Moldavia como Bruselas deben evitar la trampa de negociar con Rusia sobre todo al mismo tiempo -energía, comercio, políticas internas- como áreas estancas. El bloque no debería vincular sus intereses en uno de los temas para claudicar en otros.

Si no, Rusia debilitará el pode transformador de la UE en Europa del este. De hecho, Rusia ha intentado minar la solidaridad de la UE durante la crisis moldava, rechazando suministra a Rumanía gas adicional y, por tanto, limitando su capacidad de ayudar a Moldavia. Las negociaciones comerciales entre la UE y Moldavia deben limitarse a estos dos socios y no permitir a Rusia colarse.

*Análisis publicado en el European Council on Foreign Relations por Andrew Wilson y titulado 'Moldova’s gas deal with Russia: David tries to draw with Goliath'

El mes pasado, mientras toda Europa hacía frente a una escalada de los precios de la energía, una crisis de gas forzaba a la pequeña Moldavia a declarar el estado de emergencia. La compañía rusa Gazprom subió los precios del gas que suministra al país a $790 dólares por 1.000 metros cúbicos y recortó las entregas en un 30%.

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