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Chile se adentra en una nueva era progresista de la mano del presidente más joven y votado
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se impuso a kast por un 55,8% de los votos

Chile se adentra en una nueva era progresista de la mano del presidente más joven y votado

Analistas y expertos habían comparado estas elecciones con el plebiscito de 1988, cuando la ciudadanía decidió acabar con la continuidad del régimen de Pinochet (1973-1990)

Foto:  El presidente electo Gabriel Boric, frente a sus simpatizantes en Santiago (Chile). (EFE/Elvis González)
El presidente electo Gabriel Boric, frente a sus simpatizantes en Santiago (Chile). (EFE/Elvis González)

Las calles de Santiago y las principales ciudades de Chile se convirtieron este domingo en una fiesta colectiva. Apenas se confirmó la victoria del candidato de izquierda Gabriel Boric en el balotaje de la elección presidencial, cientos de miles de personas salieron a celebrar su triunfo. Boric obtuvo un 55,8% de los votos y se impuso, por más de 10 puntos, a su rival José Antonio Kast, abanderado de la extrema derecha que se quedó con un 44,1%, con un 99,8% escrutado.

Boric partía como favorito en las encuestas, pero todas pronosticaban un resultado muy ajustado entre ambos candidatos. Finalmente, sin embargo, la diferencia fue aplastante, por más de un millón de votos. A partir de las 19:00 horas, cuando los resultados se consolidaron como tendencia, la Alameda —principal avenida de Santiago, y la Plaza Baquedano, epicentro de las protestas de 2019—, se colmaron de personas que festejaron la victoria de una elección muy polarizada y disputada. Hacía mucho tiempo, desde el estallido social, que no se veía una expresión popular tan multitudinaria. Los asistentes ondeaban banderas mapuche, de la diversidad sexual y con el lema 'Boric Presidente'. Algunos incluso brindaban con champán. La elección que se había presentado como la más trascendente de los últimos 30 años.

Foto: El candidato presidencial Gabriel Boric participa en un debate. (EFE)
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“Yo vengo de lejos, del sur de Magallanes, casi en la Antártica, y tengo 35 años y tengo claro que la historia no parte con nosotros. Nuestro proyecto es heredero de una larga tradición, la de quienes han buscado la justicia, la defensa de los derechos humanos y la protección de las libertades”, dijo en su primer discurso como futuro presidente ante la multitud.

“Estamos ante un cambio de ciclo histórico y no lo podemos desaprovechar. Seré el presidente de todos los chilenos y chilenas, de quienes eligieron otra alternativa y también de quienes no concurrieron a votar”, añadió. “Seré un presidente que cuide democracia, que escuche más que hable y que combata los privilegio de unos pocos”, prometió. Para cerrar el discurso, parafraseó el discurso que el presidente Salvador Allende pronunció tras su victoria en 1970: “Vayan a sus casas con la alegría sana de la limpia victoria alcanzada”.

El más votado

El candidato rompió con la tendencia electoral que desde el retorno a la democracia marcaba la segunda vuelta en Chile: siempre ganaba el balotaje el ganador de la primera vuelta. En esta ocasión, pero, José Antonio Kast quedó segundo por una amplia diferencia. Boric sumó más de dos millones de votos respecto a la elección del 21 de noviembre luego de liderar una campaña en la que se preocupó de buscar al votante de centro. Así se convirtió en el presidente más votado del país.

En los últimos días, Kast había repetido varias veces que si la diferencia de votos con su adversario era inferior a los 50.000, llevaría los resultados a los tribunales electorales. Pero el triunfo de Boric fue tan apabullante que a mitad del recuento tuvo que reconocer la derrota: "Acabo de hablar con Gabriel Boric y lo he felicitado por su gran triunfo. Desde hoy es el presidente electo de Chile y merece todo nuestro respeto y colaboración constructiva. Chile siempre está primero”, tuiteó.

Analistas y expertos habían comparado estas elecciones con el plebiscito de 1988, cuando la ciudadanía decidió acabar con la continuidad del régimen de Pinochet (1973-1990) y dar paso al período de la transición después de 17 años de dictadura. La polarización que se vivió entonces se asimiló a la división que provocó una elección entre dos modelos de país totalmente antagónicos. “Tiene que haber un cambio en este país, que por fin salgan los políticos que llevan años, hay que darles oportunidad a los jóvenes, queremos un país más digno, al menos tener la esperanza de que mi nieto tenga un país mejor”, decía Claudia, de 53, una votante del Liceo 1 Javiera Carrera, del centro de Santiago. Catalina Pérez, de 18 años, opinaba: “Voto por Boric porque lo mejor para mi futuro y el de mi país. Propone cambios para bien, no como Kast, que es como volver a la dictadura”.

Participación récord

La jornada electoral tuvo dos grandes protagonistas: el calor y la denuncia por falta de transporte público y de buses interurbanos, sobre todo en los barrios más periféricos del área metropolitana. Aunque en la mañana el gobierno se desentendió del reclamo, avanzada la tarde la ministra de Transportes, Gloria Hutt, reconoció la situación: “No quedé conforme en cómo funcionó el sistema. Se pudo haber resuelto más rápido con más información a las personas”, admitió. También pidió disculpas a los afectados. Pero sus dichos llegaron casi al final del horario de votación, luego de varias denuncias de integrantes de la candidatura de Boric, que acusaron “una operación del Gobierno de limitar el transporte público a favor de su candidato”.

A pesar de los inconvenientes, más de 8,3 millones de chilenos participaron en los comicios, cerca del 55% del padrón electoral, el mayor porcentaje desde 2012, cuando el votó pasó a ser voluntario. Apenas confirmado el triunfo, el presidente actual, Sebastián Piñera, saludó por videollamada al ganador: “Contará con nuestra total y contributiva colaboración […] Aproveche muy bien este tiempo. Sáquese una foto cuando entre a La Moneda y otra cuando salga, para que vea que este es un trabajo duro y difícil”, le recomendó el mandatario saliente.

El más joven

La trayectoria de Gabriel Boric en estas presidenciales tiene un fuerte componente épico. Hace un año nadie hubiese imaginado que él podría llegar a ser el próximo presidente de Chile. Fue elegido candidato presidencial de su partido pocas semanas después de cumplir los 35 años, edad mínima establecida por la ley chilena para eso. Luego debió esperar el apoyo de toda su coalición, el Frente Amplio, y recoger 35.000 firmas en tres semanas para validar su candidatura.

Disputó unas primarias que todos daban por perdidas contra el candidato del Partido Comunista, Daniel Jadue. Y las ganó con holgura, también. Entonces se convirtió en el candidato de la coalición Apruebo Dignidad, formada por 'frenteamplistas' y comunistas.

Foto: Debate de candidatos a la presidencia de Chile. (EFE/Elvis Gonzalez)
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Su salto al palacio de La Moneda llega justo diez años después de liderar el movimiento estudiantil en las calles. Junto con varios de los dirigentes de su generación que entonces lo acompañaron gobernará con la etiqueta de una nueva izquierda que se consolida. En marzo, cuando acabe su segundo período como diputado, jurará como presidente. Tendrá 36 años y se convertirá en el mandatario más joven del país.

Las calles de Santiago y las principales ciudades de Chile se convirtieron este domingo en una fiesta colectiva. Apenas se confirmó la victoria del candidato de izquierda Gabriel Boric en el balotaje de la elección presidencial, cientos de miles de personas salieron a celebrar su triunfo. Boric obtuvo un 55,8% de los votos y se impuso, por más de 10 puntos, a su rival José Antonio Kast, abanderado de la extrema derecha que se quedó con un 44,1%, con un 99,8% escrutado.

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