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Chile va a las urnas con un candidato fantasma: no ha pisado el país ni se le espera
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Chile va a las urnas con un candidato fantasma: no ha pisado el país ni se le espera

El país celebra este domingo la primera vuelta de sus elecciones presidenciales. Franco Parisi está en la boleta, pero no en suelo chileno desde hace más de un año

Foto: Franco Parisi, durante su candidatura presidencial de 2013. (EFE/Mario Ruiz)
Franco Parisi, durante su candidatura presidencial de 2013. (EFE/Mario Ruiz)

En La Casa de los Espíritus (1982), la escritora Isabel Allende narra la trágica saga de la familia Trueba a lo largo de cuatro generaciones. Inspirada en la corriente latinoamericana del realismo mágico, la autora presenta un mundo en el que historia y política se mezclan con ilusiones y espiritismo y en el que los muertos, siempre presentes, influyen igual —o incluso más— que los vivos en la vida de los protagonistas. Este domingo, el Chile natal de Allende vive una nueva dosis de fantasía propia de su literatura, con una elección presidencial en la que a uno de sus principales candidatos ni se le ha visto (en persona) ni se le espera (en las urnas). Él es Franco Parisi, el candidato fantasma.

Este no es el primer rodeo electoral de Parisi, economista de 54 años que saltó a la fama por sus frecuentes apariciones en televisión. Ya se había presentado anteriormente como candidato en los comicios presidenciales de 2013, obteniendo un nada desdeñable 10% de los votos. Por aquel entonces, no obstante, hizo campaña como todo hijo de vecino, con sus mítines, sus baños de masas, sus estrechamientos de manos, sus besos prepandémicos, todo el manual clásico. Pero hoy en día, el político liberal no vive en Chile. De hecho, lleva más de un año sin pisar el país. Y no ha considerado que sea necesario acercarse por una nimiedad como la posibilidad de ser elegido presidente del país.

"Me encantaría estar recorriendo Chile, abrazando a la gente, pero a mí no me mantiene (el presidente chileno, Sebastián) Piñera: yo tengo que trabajar. Entonces, mi pregunta es ¿cuándo me tomo las vacaciones? ¿Ahora o cerca de la elección? La decisión es obvia y clara", declaró hace unos meses al ser consultado por su ausencia. El problema es que el tiempo ha pasado desde entonces y, a escasas horas de que las urnas sean colocadas en los centros de votación, el candidato sigue en su residencia en Birmingham, Alabama, en el sur de Estados Unidos. Las excusas, pronunciadas habitualmente en su programa "Bad Boys" —emitido en su canal de YouTube, Parisi TeVe—, han ido desde los problemas de agenda, pasando por una amplia gama de líos legales hasta llegar, hace un par de días, a la revelación de que estaba infectado de covid-19 y se perdería la cita electoral.

Es tentador reducir la ausencia de Parisi a una simple anécdota, una de tantas en una campaña electoral donde otros aspirantes a la presidencia han aparecido dando volteretas, bailando torpemente o trepando un árbol. Sin embargo, la candidatura del liberal no es ninguna broma. Varias encuestas lo han llegado a situar en el tercer puesto de cara a la primera vuelta y la formación que lidera, el Partido de la Gente, presenta este domingo a un total de 380 candidatos a diputados, senadores y consejeros regionales.

Aparte de a realizar una incomprensiblemente exitosa campaña virtual a través de Zoom y YouTube, ¿a qué se dedica Parisi? Nadie lo tiene muy claro. Hasta hace poco, en su perfil de Linkedin aparecía el cargo de docente en la Universidad de Alabama, pero fue eliminado después de que la institución educativa, consultada por el medio local 'La Tercera', negara que estuviera trabajando allí actualmente. "Parece que la última vez que fue profesor en la universidad fue en 2016", señaló el organismo.

Resulta que el candidato solo trabajó en esta universidad durante cinco días. Inmediatamente después de su contratación, un informe de la Escuela de Negocios de la Texas Tech University reveló que fue sancionado por insinuaciones y acoso sexual contra una joven de 19 años. Parisi fue despedido de las dos universidades tras darse a conocer el informe. Al referirse a este episodio, el chileno siempre ha defendido su inocencia, aunque ha reconocido pecar de "demasiado cariñoso". “Soy cariñoso con todos, desde los perros hasta los abuelos. Tengo que tener más cuidado con ser cariñoso. Es un problema cultural", aseguró entonces.

Parisi ya ha dejado su huella en la historia de Chile al haber concluido la primera campaña electoral 100% virtual de la historia del país

Es probable que la ausencia del candidato fantasma tenga motivos menos dignos de una novela. Otra investigación periodística de 'La Tercera' reveló en septiembre que Parisi, que tiene una orden de arraigo en su contra (que le veta la salida del territorio nacional) desde agosto de 2020 por no pagar más de 200 millones de pesos (unos 210.000 euros) en pensiones alimenticias a sus hijos. Tanto el aspirante presidencial como su abogado han declarado reiteradamente que "no reconocen esa deuda" y que no han sido notificados de su condición de arraigo —lo cual, coincidencias de la vida, no puede ocurrir mientras el economista está en el extranjero—.

Independientemente de su resultado en las elecciones de este domingo, Parisi ya ha dejado su particular huella en la historia de Chile al haber concluido esta semana la primera campaña electoral 100% virtual de la historia del país. Tangencialmente, es posible que también deje su impronta legislativa. Un grupo multipartidista de diputados presentó esta semana un proyecto denominado "Ley Parisi", el cual obliga a los candidatos a cargos públicos a utilizar las ayudas económicas distribuidas por el Servicio Electoral de Chile para saldar, antes que nada, sus deudas de pensión alimenticia.

Elecciones inciertas y polarizadas

Las elecciones presidenciales tienen lugar en medio de uno de los periodos de mayor agitación política de la historia reciente de Chile. En 2019 y 2020, el país, considerado en las últimas décadas como un "oasis" de estabilidad y crecimiento económico en la región latinoamericana, se vio sacudido por manifestaciones masivas contra la desigualdad económica. El conocido como estallido social desembocó en un histórico referéndum que aprobó el año pasado la redacción de una nueva Constitución. Hace unos meses, la elección de los redactores de esta nueva carta magna supuso un descalabro para las tradicionales coaliciones de centroderecha y centroizquierda —que llevan décadas alternándose en el poder— y un enorme triunfo para los candidatos independientes y de izquierda.

Foto: El presidente de Chile, Sebastián Piñera. (EFE/Alberto Valdés)

Por si fuera poco, el presidente del país, Sebastián Piñera, fue sometido esta semana a un proceso de 'impeachment' en el Senado por las presuntas irregularidades desveladas en los Papeles de Pandora. Aunque el mandatario salió indemne del proceso al estar los senadores opositores en minoría, se trata del juicio político contra un jefe de Estado que más ha avanzado en la historia del país y la segunda acusación constitucional contra Piñera, después de que en noviembre de 2019 la Cámara de Diputados rechazara abrir un proceso para su destitución por presuntas violaciones a los derechos humanos durante el estallido social.

El resultado de esta convulsión política es que este domingo tienen lugar las elecciones más inciertas que se recuerdan en el país andino. Ningún candidato supera el 30% de intención de voto, por lo que la segunda vuelta (es necesario que un aspirante supere el 50% de los votos para evitarla) está prácticamente garantizada. Cadem, una de las encuestadoras chilenas más reconocidas, sitúa al ultraderechista José Antonio Kast con el 25% de intención de voto, liderando la tabla. En segundo puesto se sitúa el izquierdista Gabriel Boric con un 19%. Le siguen Parisi (10%) y los dos representantes de los partidos tradicionales, Yasna Provoste (centroizquierda, 9%) y Sebastián Sichel (8%, centroderecha).

Es una encuesta entre muchas que han arrojado resultados muy dispares, lo que ha hecho que gran parte de los chilenos pierdan la fe en su capacidad de predicción. En lo poco que coinciden los sondeos es en que Kast y Boric son los claros líderes de una pugna electoral en la que a la baja confianza en los sondeos hay que sumar dos factores más de incertidumbre: el enorme número de indecisos (en torno a un 25%) y la (probable) baja participación.

Foto: El candidato presidencial Gabriel Boric participa en un debate. (EFE)
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Meritxell Freixas. Santiago de Chile

Históricamente, la abstención en Chile alcanza números difíciles de entender para los observadores internacionales. En las elecciones del pasado mes de julio, en las que fueron elegidos los gobernadores regionales, la participación fue de apenas un 19,6%. Incluso en el caso de los comicios presidenciales, la asistencia a las urnas lleva desde 2012, cuando el voto obligatorio fue sustituido por el voluntario, sin superar el 50% del electorado. Esta escasa participación, sumada a la lógica electoral que rige los sistemas de doble vuelta, hace que los candidatos con mayor capacidad de movilizar a una base de apoyo lo bastante grande como para superar el bajo listón de la primera vuelta tengan una gran ventaja.

La batalla está servida. En la esquina izquierda, Boric, cercano a Podemos y que a sus 35 años es el candidato más joven de estos comicios, ha basado su discurso en una crítica constante del "modelo neoliberal" instaurado en Chile a raíz de la dictadura militar y ha reivindicado la figura de Salvador Allende como su referente. En la esquina derecha, Kast, admirador de Donald Trump y de Jair Bolsonaro, ha centrado su campaña en la lucha contra la inmigración, el matrimonio gay y el feminismo, además de defender varios aspectos de la dictadura de Augusto Pinochet. Si los dos candidatos, como predicen las encuestas, pasan a la segunda vuelta, la única victoria asegurada en Chile es la de la división.

En La Casa de los Espíritus (1982), la escritora Isabel Allende narra la trágica saga de la familia Trueba a lo largo de cuatro generaciones. Inspirada en la corriente latinoamericana del realismo mágico, la autora presenta un mundo en el que historia y política se mezclan con ilusiones y espiritismo y en el que los muertos, siempre presentes, influyen igual —o incluso más— que los vivos en la vida de los protagonistas. Este domingo, el Chile natal de Allende vive una nueva dosis de fantasía propia de su literatura, con una elección presidencial en la que a uno de sus principales candidatos ni se le ha visto (en persona) ni se le espera (en las urnas). Él es Franco Parisi, el candidato fantasma.

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