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Si usted fuera China, ¿qué haría al verse rodeada por el Aukus?
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ANÁLISIS DE GZERO MEDIA

Si usted fuera China, ¿qué haría al verse rodeada por el Aukus?

Acuerdos comerciales en su contra, alianzas militares, submarinos nucleares... Póngase usted en el lugar de Pekín

Foto: Submarinos del Ejército chino. (Reuters)
Submarinos del Ejército chino. (Reuters)

Póngase usted por un momento en los zapatos de China. ¿Cómo se sentiría si Estados Unidos y sus aliados, varios de los países más ricos y poderosos del mundo, estuvieran uniendo fuerzas constantemente en su contra mientras fingen en todo momento no estar haciéndolo?

En primer lugar, establecieron un gigantesco acuerdo comercial en su región del que usted queda excluido hasta que renuncie a su propio —y extremadamente exitoso— modelo de capitalismo estatal con el que tanto se ha enriquecido (luego EEUU lo abandonó, cosas de Donald Trump). Después, desempolvaron el Quad, un viejo diálogo entre cuatro países que parecía pura palabrería, pero que ahora empieza a parecerse sospechosamente un intento de crear una OTAN asiática a su alrededor. Luego, para tratar de alejar a algunos de sus nuevos amigos, se comprometieron a construir puentes, puertos y carreteras en muchos de los mismos países en vías de desarrollo donde usted ha estado haciendo lo mismo durante años.

Foto: El submarino nuclear estadounidense USS Cheyenne en Corea del Sur, en 2017. (EFE)

Y ahora, para rematar, Estados Unidos y sus mejores amigos anglófonos, Reino Unido y Australia, han presentado el Aukus, una nueva y ambiciosa alianza de seguridad para la región del Indo-Pacífico. Como parte del pacto, Australia está adquiriendo nuevos y elegantes submarinos de propulsión nuclear que usted no puede detectar con facilidad. Ellos, por supuesto, aseguran que este nuevo club no tiene nada que ver con usted, pero todo el mundo sabe que es en su contra.

Por un lado, tiene usted motivos de sobra para estar molesto. Solía ​​ser pobre, pero trabajó muy duro para llegar a donde está hoy. Sería feliz siendo el líder de Asia, digan lo que digan los indios. No quiere entrometerse en los asuntos de otros países, ni que ningún otro país se inmiscuya en los suyos, a diferencia de Estados Unidos y sus amigos en Afganistán o Irak.

Los amigotes del Aukus lo está acusando de oprimir a los uigures y a los hongkoneses amantes de la democracia, además de amenazar a Taiwán, pero usted cree que eso no es de su incumbencia. ¿No deberían ocuparse de sus propios asuntos antes de criticar los suyos? ¿Y quiénes son ellos para quejarse de su famosa línea de los nueve puntos en el Mar de China Meridional?

Por otro lado, hay que reconocer que quizás aquellos a los que usted les cae mal tengan algo de razón. Especialmente cuando dicen que usted solo jugó según sus reglas comerciales hasta que descubrió cómo hacer trampas. Quizás también se pasó de la raya con los australianos cuando estos querían saber de dónde vino cierto virus. Quizás teme que algunos de sus nuevos amigos ahora no le respalden porque le deben dinero, pero no confían en usted.

Aun así, con Aukus ahora usted tiene grandes problemas. En primer lugar, le será mucho más difícil jugar en el Mar de China Meridional con los submarinos australianos al acecho. En segundo lugar, dado que esos submarinos funcionan con el mismo principio que las armas nucleares, le preocupa que Japón o Corea del Sur también soliciten esta tecnología y luego usen el combustible para construir sus propios arsenales atómicos, desencadenando una carrera armamentista regional. Finalmente, prefiere evitar tener que derrochar en tecnología militar solo para mantenerse al día.

Foto: Los presidentes estadounidense y francés, Joe Biden y Emmanuel Macron, durante la cumbre del G-7 en Cornwall. (Reuters)

Todo esto plantea la pregunta: ¿qué va a hacer usted al respecto? Parte de usted quiere mantener la calma y creer que, más adelante, sus enemigos pueden cambiar de opinión cuando estrenen un nuevo gobierno, o que sus disputas internas le dejarán el espacio suficiente como para seguir haciendo lo suyo. Incluso podría persuadir a algunos de los aliados de sus rivales para que también sean amigos suyos, especialmente en Europa, donde muchos países todavía quieren firmar un acuerdo comercial con usted, y los franceses están furiosos por sus submarinos cancelados.

Pero otra parte de usted, que algunos llaman el lado del "wolf warrior", está harta de jueguecitos. Después de todo, usted sabe que tarde o temprano dominará Asia porque Estados Unidos y sus amigos no están dispuestos a pelear de verdad para detenerle. Y ya ha esperado demasiado para tener en sus manos esa insubordinada isla autónoma.

Ahora que Occidente ha puesto sus cartas sobre la mesa tan abiertamente, ¿está pensando usted en responder con su propia decisión drástica?

Póngase usted por un momento en los zapatos de China. ¿Cómo se sentiría si Estados Unidos y sus aliados, varios de los países más ricos y poderosos del mundo, estuvieran uniendo fuerzas constantemente en su contra mientras fingen en todo momento no estar haciéndolo?

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