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Quién es Zakaria Zubeidi, uno de los presos que huyeron de una cárcel de máxima seguridad
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Símbolo de la Intifada, héroe palestino

Quién es Zakaria Zubeidi, uno de los presos que huyeron de una cárcel de máxima seguridad

Él y otras cinco personas, estas últimas integrantes de Yihad Islámica, lograron escapar de la prisión israelí de Gilboa, una de las más seguras del país, a través de un túnel excavado desde su celda

Foto: Zakaria Zubeidi en una imagen de 2004. (Reuters)
Zakaria Zubeidi en una imagen de 2004. (Reuters)

Madrugada del lunes, 6 de septiembre, en Beit HaShita, en el norte de Israel. Es en este kibutz donde se encuentra la prisión de Gilboa, una de las cárceles de máxima seguridad del Gobierno israelí, a pocos kilómetros en línea recta de la frontera con Cisjordania. Y en ella, una de las más importantes fugas: seis palestinos abandonaban las instalaciones a través de un túnel excavado desde el interior de una de las celdas en lo que Yihad Islámica definía como un "gran acto heroico" y un duro golpe al Ejército israelí y a todo el sistema. Cinco de los huidos son, precisamente, integrantes de Yihad Islámica.

El sexto es Zakaria Mohamed Abdelramán Zubeidi (1976), quien fue jefe de las Brigadas Mártires de Al Aqsa en Yenín, en el norte de Cisjordania, a unos 20 kilómetros de la cárcel. Zubeidi fue comandante de este grupo, brazo armado de Al Fatá, durante la segunda Intifada (2000) y posteriormente fue imputado por diversos atentados desde 2003. Considerado un 'símbolo de la Intifada', Zakaria Zubeidi habría renunciado a la lucha armada hace más de una década, pero en 2019 fue arrestado como sospechoso por su presunta implicación en varios ataques con disparos, y en la actualidad está siendo juzgado por ello.

Foto: Soldados israelíes de la Brigada Golani forman un círculo antes de entrar en la Franja de Gaza, el 30 de julio de 2014. (Reuters)

Zubeidi ya había estado antes en prisión. En mayo de 2012, después de una ola de detenciones por parte de la Autoridad Palestina, fue arrestado en Jericó aunque salió después en libertad bajo fianza, a la espera de un juicio por participar en un ataque en la casa del gobernador de Yenín, Qaddura Musa, que murió de un ataque cardiaco poco después. Él negó en todo momento su implicación en este incidente. "Los cargos en mi contra incluyen posesión de armas y haber disparado contra la casa del gobernador de Yenín, a pesar de que ya estaban arrestados los dos hombres que abrieron fuego. Uno de ellos, un oficial de la Autoridad Palestina, me pidió que me quedara con su arma", señaló a la agencia AFP entonces, tal y como recoge 'The Guardian'.

Para ser liberado, Zubeidi se había embarcado en varias huelgas de hambre, en protesta no solo por la ausencia de cargos reales en su contra, sino también por el trato inhumano sufrido en la cárcel de Jericó. A su familia le contó que había estado recluido en régimen de aislamiento durante 50 días, que se le había negado el acceso a una defensa durante más de dos semanas y que había sufrido abusos y torturas por parte de los interrogadores. "Zakaria nos contó que le ataban las manos a la espalda y lo empujaban por las escaleras", relataba a Human Rights Watch (HRW) su hermano Abed, quien también relataba que los funcionarios de la prisión le habían obligado a beber agua del retrete, le ataban en repetidas ocasiones las manos y lo colgaban en una posición elevada y dolorosa durante días, y que lo llegaron a atar a una puerta de hierro al aire libre, al calor.

Cofundador del Teatro de la Libertad

En 2006, Zakaria Zubeidi abrió el llamado Teatro de la Libertad junto al actor y director de teatro palestino-israelí Juliano Mer-Khamis y al activista sueco Jonatan Stanczak. Su objetivo: unirse al pueblo palestino en su lucha por la liberación a base de poesía, música, teatro y cine; básicamente, crear un movimiento artístico dedicado a acabar con la discriminación y la violencia. Fue en este momento, con la creación del teatro, cuando renunció públicamente a la violencia y, un año más tarde, el primer ministro israelí aprobó una amnistía para Zubeidi, a condición de que no saliera del distrito de Yenín, donde se encontraba el campo de refugiados donde se instaló la sede del teatro.

El Teatro de la Libertad se inspiraba en otro proyecto previo, Care and Learning, establecido durante la primera Intifada como respuesta al miedo, la depresión y el estrés postraumático experimentado por los niños de este mismo campo de refugiados. Fue idea de la madre de Juliano Mer-Khamis, Arna, activista política y por los derechos humanos israelíes. El mismo Juliano dirigió la película 'Los niños de Arna' en la que relataba la vida de los niños de aquel grupo de teatro durante la ocupación, el 'proceso de paz' y la invasión militar, concretamente de las de Ashraf, Nidal, Yusuf, Aláa y, sí, Zakaria. Recibió el premio a mejor película en el One World Film Festival de Praga (2004) y a mejor documental en el Festival Internacional de Documentales de Canadá y en el Festival de Cine de Tribeca (Nueva York).

De niño recibió un disparo cuando lanzaba piedras a los soldados israelíes; nunca más volvió a la escuela

Zakaria Zubeidi tenía solo 12 años cuando se fundó aquel proyecto, y fue la propia madre de Zubeidi, Samira, la que ofreció su hogar para que sirviera como sede de aquella 'casa de Arna' teatral. Por aquel entonces, su padre, un profesor de inglés al que los israelíes impedían dar clases por su presunta pertenencia a Al Fatá, ya había fallecido. Zakaria Zubeidi estudió en la escuela levantada por la UNWRA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, en el campo de Yenín; un día, estando en noveno curso, recibió un disparo en la pierna cuando lanzaba piedras a los soldados israelíes durante la primera Intifada. Tras pasar seis meses por el hospital, su pierna quedó 'acortada' permanentemente.

Después de esto, nunca volvió a la escuela, y pasó por varios sitios: se unió a la Policía de la Autoridad Palestina, que abandonó entre quejas por nepotismo y corrupción; trabajó de manera ilegal en Israel, y acabó robando coches. En 2001 aprendió a hacer cócteles molotov y se unió a Al Fatá, tras el asesinato de un amigo próximo. Luego, la muerte de su madre y de su hermano Taha lo llevaron a una situación de máxima intolerancia hacia la paz con Israel: tanto Samira como Taha fueron asesinados por soldados israelíes. Su madre recibió un disparo de un francotirador de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en el campo de Yenín, por el que murió desangrada.

En 2005, Zubeidi le dijo a Jonatan Stanczak que quería recuperar sus lazos con el movimiento por la paz, y de aquí surgió la idea de restablecer el Teatro de la Libertad. Entonces, alejado de Al Fatá y ya con una amnistía aprobada, culpaba a la Autoridad Palestina de haberle mentido con respecto a esa misma amnistía. En 2011, ya en el Teatro de la Libertad, su compañero Juliano Mer-Khamis fue asesinado —nunca se ha resuelto este caso, pese a que tanto la Policía israelí como la palestina, las FDI y la agencia de seguridad israelí, el Shin Bet, lo investigaron—.

placeholder Funeral por el director de teatro palestino-israelí Juliano Mer Jamis en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, en 2011. (EFE)
Funeral por el director de teatro palestino-israelí Juliano Mer Jamis en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, en 2011. (EFE)

También en 2011 Israel decidió suspender su amnistía, por razones no declaradas. En declaraciones a 'Ynet' aseguró que había recibido una llamada de un "oficial palestino" que le había comunicado la decisión de Tel Aviv de revocar la amnistía. En febrero de 2019 fue arrestado de nuevo, y en mayo del mismo año acusado de llevar a cabo al menos dos ataques contra autobuses civiles en Cisjordania.

Madrugada del lunes, 6 de septiembre, en Beit HaShita, en el norte de Israel. Es en este kibutz donde se encuentra la prisión de Gilboa, una de las cárceles de máxima seguridad del Gobierno israelí, a pocos kilómetros en línea recta de la frontera con Cisjordania. Y en ella, una de las más importantes fugas: seis palestinos abandonaban las instalaciones a través de un túnel excavado desde el interior de una de las celdas en lo que Yihad Islámica definía como un "gran acto heroico" y un duro golpe al Ejército israelí y a todo el sistema. Cinco de los huidos son, precisamente, integrantes de Yihad Islámica.

Conflicto árabe-israelí Palestina