17 heridos por una explosión controlada en Los Ángeles en un camión de explosivos

Este miércoles 30 de junio, la policía de Los Ángeles recibía una llamada alertando de una suelta de fuegos artificiales ilegales en una zona de la ciudad. Varias patrullas de agentes se dirigieron hacia la dirección indicada y, cuando llegaron allí, se encontraron con una situación bastante peor de la que habían imaginado.

Había una gran cantidad de pirotecnia de calidad comercial, pero también otros productos totalmente caseros que suponían un gran riesgo para la población. Por eso, no dudaron en pedir refuerzos a los artificieros de Los Ángeles, que acudieron con uno de sus camiones especiales para detonar explosivos.

Tal y como ha explicado a la CNN el jefe del departamento de policía de Los Ángeles, Michel Moore, los artificieros colocaron toda la pirotecnia en el camión para proceder a su destrucción de forma controlada. Sin embargo, algo raro ocurrió y se produjo una explosión que ha dejado 17 heridos, 10 policías y 7 vecinos de la zona.

No saben qué ocurrió

Según Moore, "ese contenedor debería haber podido deshacerse de este material. Algo sucedió en ese vehículo de contención que no debería haber sucedido y no sabemos por qué". Según los bomberos de Los Ángeles, los policías están "todos en buenas condiciones con heridas leves", mientras entre los civiles, tres sufrieron heridas graves.

Tres de los civiles heridos sufren heridas graves y están hospitalizados

Los edificios cercanos y varios coches sufrieron diferentes niveles de daño en sus estructuras provocados por la explosión y los escombros. Mientras, el alcalde Eric Garcetti ha asegurado que se está investigando lo sucedido: "Los fuegos artificiales ilegales representan un gran peligro y pueden costar vidas. Enjuiciaremos a quienes los usen o posean con todo el peso de la ley".

De momento, hay una persona detenida a la que se ha acusado de "posesión de dispositivos destructivos". Los primeros datos que se conocen de la investigación han revelado que los fuegos artificiales ilegales habían sido trasladados a Los Ángeles desde otro estado y estaban destinados a venderse el próximo 4 de julio, aprovechando la fiesta nacional.