Marruecos acusa a España de "tratar de europeizar" una crisis "bilateral"

El ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, ha acusado al Gobierno español de "tratar de europeizar" una crisis diplomática que es "bilateral" entre Marruecos y España, y que "no terminó el 1 de junio", con la salida del territorio español del líder saharaui Brahim Ghali.

"La crisis está ahí porque siguen sus causas profundas", continuó Burita durante una comparecencia de prensa en Rabat tras la visita de su homólogo húngaro, Peter Szijjarto. No es la primera vez en que Rabat insiste en distanciar la crisis desatada el pasado mayo con Madrid del contexto Europeo, después de que la Comisión Europea haya dado su respaldo sin fisuras a España.

La diplomacia marroquí ha redoblado sus encuentros con embajadores de distintas capitales europeas, reiterando el mensaje de que "la crisis es con España, no con Europa". "Madrid ha creado una crisis y quiere que el resto de Europa la asuma”, ya había declarado Burita en una entrevista con la emisora de radio francesa Europe 1 a finales de mayo.

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"Europeizar esta crisis es una huida hacia adelante, una forma de desviar la atención", ha añadido Burita en esta ocasión. España "trata de europeizarla y desviarla de sus causas conocidas, cada vez reconocidas por más actores", ha insistido en varias ocasiones durante la comparecencia de prensa, señalando que "es ante todo una crisis de confianza mutua" entre España y Marruecos.

Estas nuevas declaraciones coinciden con la inminente votación, este jueves en el Parlamento Europeo, de una resolución muy crítica con Marruecos por su papel en la llegada de más de 9.000 personas a Ceuta a través de la frontera alauí, muchos de ellos, menores de edad. En el documento se critica a Rabat por utilizar "el control fronterizo y la migración, especialmente de menores no acompañados, como presión política contra un Estado miembro de la UE". Marruecos ha presionado para que no se llegue a votar esta resolución, so amenaza de que el reino alauí suspenda su cooperación con la institución.

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Las imágenes de miles de inmigrantes —la mayoría de nacionalidad marroquí— cruzando la frontera de Ceuta sin ser molestados —cuando no alentados— por las autoridades locales fueron recibidas con críticas unánimes por el bloque europeo, alineando incluso a tradicionales aliados como Francia. La entrada del factor migratorio en lo que parecía una crisis diplomática entre Madrid y Rabat ha galvanizado al resto de aliados europeos, siendo un tema especialmente sensible para el conjunto de la UE. La UE “no se dejará intimidar o chantajear por nadie” en materia migratoria, ha llegado a afirmar Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión Europea, dirigiéndose a Rabat.

Paralelamente, Marruecos también mantiene un pulso diplomático con Alemania por la posición del Gobierno alemán sobre el Sáhara Occidental. Ha suspendido todo contacto con la embajada de Berlín en Rabat y otras organizaciones germanas, y las autoridades locales sostienen que se ha cortado la cooperación en temas de seguridad.

La cuestión del Sáhara Occidental está también detrás de la crisis desatada con España, según ha admitido Rabat. Este miércoles, Burita incidió en que la salida del líder saharaui Brahim Ghali rumbo a Argelia desde España, donde estaba siendo tratado de covid-19 en un gesto "humanitario", según el Gobierno español, "no termina" con la crisis. "La crisis está ahí porque siguen sus causas profundas (...) el fondo es la coherencia entre los actos y las palabras sobre el separatismo (pues) no se pueden prohibir el separatismo en tu país y fomentarlo en el vecino", ha añadido, en referencia a la última narrativa presentada por Rabat: que España se comporte con el Sáhara Occidental como Marruecos con Cataluña.