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EEUU y las 7 variantes del covid: ¿por qué nunca volveremos a la 'normalidad'?
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Las vacunas no son la panacea

EEUU y las 7 variantes del covid: ¿por qué nunca volveremos a la 'normalidad'?

Las cepas podrían ser igual de contagiosas y letales que las variantes descubiertas en Reino Unido y Sudáfrica, comprometiendo de alguna manera los esfuerzos de vacunación.

Foto: Una militar estadounidense es vacunada en la base aérea de Osan, en Corea del Sur. (Foto: EFE)
Una militar estadounidense es vacunada en la base aérea de Osan, en Corea del Sur. (Foto: EFE)

Los asesores del presidente de EEUU, Joe Biden, le recomiendan que no sea demasiado concreto en sus predicciones. Pero el pueblo quiere saber: ¿cuándo volveremos a la normalidad? Y Biden, respondiendo a las preguntas de la audiencia en un evento organizado por la CNN, declaró que “dentro de un año” habrá “significativamente menos gente que tenga que mantener la distancia social y llevar mascarilla”. Unas palabras que, por su imprecisión, quizás aprobaron sus consejeros.

Pese a que los contagios disminuyen y Estados Unidos tiene previsto vacunar a toda la población antes del mes de agosto, es inevitable percibir una sensación de cautela y de circunspección. Sobre todo porque acaban de detectarse siete nuevas cepas del SARS-CoV-2 en territorio norteamericano. Cepas que podrían ser igual de contagiosas y letales que las variantes descubiertas en Reino Unido y Sudáfrica, comprometiendo de alguna manera los esfuerzos de vacunación.

El estudio, publicado en el portal Medrxiv y cuyos hallazgos adelantó The New York Times, no arroja conclusiones acerca de la transmisibilidad de estas siete variantes. Entre otros motivos, porque Estados Unidos solo hace la secuencia del genoma del 1% de las pruebas realizadas, lo cual imposibilita sacar una fotografía clara del origen de estas cepas. Pero, dado que las mutaciones suelen responder a la necesidad del virus de sobrevivir y proliferar, los virólogos están preocupados.

Foto: Joe Biden. (Reuters)

La modificación de las siete variantes encontradas se da en el aminoácido 677, la “corona” del virus que le permite engancharse a las células humanas. “Está claramente sucediendo algo con esta mutación”, dijo al Times Jeremy Kamil, virólogo de la Universidad Estatal de Luisiana y uno de los autores del estudio. “Creo que hay una clara señal de un beneficio evolutivo”.

Los investigadores especulan que podría tratarse de un caso de “evolución convergente”: cuando el virus (como ha sucedido con especies animales) evoluciona por separado, pero de manera similiar, dado que las condiciones ambientales a las que se adapta son prácticamente las mismas. Estas mutaciones son prevalentes, sobre todo, en la vasta región del Medio Oeste de Estados Unidos.

El hallazgo recuerda a las cepas británica, brasileña y sudafricana, que desde finales de 2020 circulan por el mundo. La del Reino Unido, conocida como B.1.1.7, es hasta un 45% más infecciosa que el virus original y entre un 30% y un 70% más mortífera. Según el mismo estudio, esta variación duplica su presencia en Estados Unidos cada 10 días y puede volverse la cepa dominante el mes que viene.

Foto: Foto: CNB-CSIC.

Los requiebros del coronavirus tienen a las autoridades científicas sobre ascuas. El Centro de Control y Prevención de enfermedades, la agencia de EEUU encargada de elaborar las recomendaciones contra la pandemia, pide desde hace unos días que se utilicen dos mascarillas en vez de una. Proteger la nariz y la boca debidamente, asegura, puede reducir la transmisión hasta un 95%.

Los médicos también recomiendan ponerse la vacuna de la gripe, que puede limitar los daños del covid. “La razón por la que seguimos recomendando la vacuna de la gripe, y la razón por la que sigo recomendando a la gente ponerse cualquiera de las vacunas de covid disponibles, es porque todas van a ser efectivas a la hora de prevenir una enfermedad grave”, dijo al portal Silive la Dra. Azza Elemam, de la Universidad de Richmond. “Si te contagias de covid y estás resfriado, o tienes síntomas moderados de gripe, te llevaría a la UCI”.

Mientras tanto, los contagios diarios en EEUU han bajado un 43% en las últimas dos semanas, y las muertes un 29%. Las disminuciones se dan sobre todo entre los mayores de 60 años: el grupo demográfico que desde hace semanas está en primera fila para ponerse la vacuna. El ritmo nacional ha alcanzado los 1,66 millones de dosis diarias, y se espera abrir las vacunaciones al grueso de la población en mayo, terminando el trabajo a finales de julio. Datos que animan a los diferentes estados a relajar las restricciones invernales y a reabrir, por ejemplo, las escuelas públicas.

placeholder Una trabajadora sanitaria administra una vacuna en Atlanta. (Foto: EFE)
Una trabajadora sanitaria administra una vacuna en Atlanta. (Foto: EFE)

Aquí se produce la tensión entre la evidente mejora de los números y la incertidumbre que plantean las nuevas cepas. La británica, según un estudio de Public Health England, podría llegar a sortear las defensas de las vacunas vigentes. Las mutaciones enturbian una de las disciplinas más populares del último año: la futurología. Las esperanzas de que el paisaje vírico se aclarase en 2021, con la vacunación y la consecuente inmunidad de grupo, se han enfriado y han sido reemplazadas por un escenario a medio camino; una especie de seminormalidad.

“Desgraciadamente, [el virus] puede mutar a medida que se propaga”, dijo al canal CNBC Alex Gorsky, CEO de la farmacéutica Johnson & Johnson. “Cada vez que muta, es casi como si el dial subiese otro nivel, digamos, en el que podemos ver otra variante, otra mutación que puede tener un impacto en su habilidad para rechazar los anticuerpos y tener una respuesta diferente a la terapia y también a la vacuna”.

Gorsky añadió que esto podría hacer que la enfermedad que se volviese endémica, obligando a vacunar a la población anualmente, como sucede con la gripe. El virus continuaría circulando, aunque de una manera más sorda y minoritaria; los científicos seguirían buscando posibles mutaciones y las farmacéuticas renovando sus vacunas. Johnson & Johnson está a la espera de que el regulador de Estados Unidos dé luz verde a la suya, que se uniría a la de Moderna y Pfizer-BioNTech.

Foto: Trabajos en el laboratorio. (EFE)

Incluso si no hubiera mutaciones las vacunas tampoco serían la panacea. Cuando leemos sobre el ratio de eficacia del 95%, por ejemplo, el número se refiere a la probabilidad que tiene el vacunado de mostrar síntomas del covid. Otra cuestión diferente, que no se ha medido de forma rigurosa, es hasta qué punto el vacunado puede seguir transmitiendo a otras personas, y con qué frecuencia, el coronavirus.

La ordalía del país más rico del mundo, aún así, puede ponerse en el contexto global de la lucha contra la pandemia. La Administración Biden está camino de asegurarse unos 600 millones de dosis: suficientes para vacunar más de dos veces a la población adulta del país. Mientras tanto, 130 naciones del mundo todavía no han podido aplicar ni una sola dosis, y otras vacunan a un ritmo cientos o miles de veces menor al del gigante norteamericano. Según la Organización Mundial de la Salud, el 75% de las vacunas se han puesto en 10 países.

Los asesores del presidente de EEUU, Joe Biden, le recomiendan que no sea demasiado concreto en sus predicciones. Pero el pueblo quiere saber: ¿cuándo volveremos a la normalidad? Y Biden, respondiendo a las preguntas de la audiencia en un evento organizado por la CNN, declaró que “dentro de un año” habrá “significativamente menos gente que tenga que mantener la distancia social y llevar mascarilla”. Unas palabras que, por su imprecisión, quizás aprobaron sus consejeros.

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