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Las elecciones de EEUU, en cuatro claves y una incógnita
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Las elecciones de EEUU, en cuatro claves y una incógnita

Estados Unidos ha llegado a uno de los escenarios electorales más temidos: un resultado muy ajustado y varios estados donde el recuento se puede prolongar días.

Foto: Montaje: Laura Martín
Montaje: Laura Martín
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Estados Unidos ha llegado a uno de los escenarios electorales más temidos: un resultado muy ajustado y varios estados donde el recuento se puede prolongar días. Aunque no sepamos todavía el ganador definitivo, estas elecciones nos han dado ya unas cuantas claves:

Movilización masiva... no significa demócrata

Este 3 de noviembre, más de 160 millones de estadounidenses han acudido a las urnas (ya en persona, ya por correo) para elegir presidente, según los datos preliminares. Se trata de un 66,9% de todos los votantes posibles, la mayor proporción en participación desde hace 120 años, cuando en 1900 fue del 73,7%. Durante las primeras horas de la jornada, en las filas demócratas se palpaba la excitación: en la mayoría de los casos, una alta participación favorece a los candidatos demócratas, mientras que una baja participación aúpa a los republicanos. Con los datos hasta el momento en la mano, por los que el recuento electoral es uno de los más ajustados de las últimas décadas, hay que desterrar esa premisa automática.

"Ha sido una gran sorpresa", admite Juan Verde, exasesor del Partido Demócrata y de los expresidentes Bill Clinton y Barack Obama, entre otros. "Siempre ha existido una relación entre gran nivel de participación y que ganemos los demócratas". Sin embargo, la movilización masiva no se ha traducido en una gran ola azul, como auguraban las encuestas más optimistas. Por ejemplo: Florida y Texas, que han batido récords de participación, se han dibujado republicanas. Es decir, esa movilización masiva ha empujado también a las urnas a los partidarios de Trump. De hecho, según una reciente encuesta de Pew Research Center, el 83% de los votantes (de ambas formaciones) señalaban que "importa mucho" quién se convierte en el siguiente presidente, frente a apenas un 50% que opinaba lo mismo en el 2000.

Sin embargo, puntualiza Verde, según lo escrutado hasta ahora, serán los demócratas los que se hagan el "voto popular", es decir, la mayoría de los votos. En el momento de escribir estas líneas, los demócratas acumulaban algo más de 68,3 millones de votos, mientras que Trump ha recibido 65,9 millones. "[Si se mantiene] serían desde el 2000 las quintas elecciones que los demócratas ganamos el voto popular", que sólo se ha traducido en una victoria demócrata en votos electorales con Barack Obama.

El difícil 'voto latino'

Los demócratas quizá han pecado de confiados en obtener el apoyo de las minorías, especialmente de los latinos, que se han mostrado claves en sacudir la elección. Ha sido el voto latino, especialmente el cubano, el responsable de inclinar la balanza hacia Donald Trump en Florida, regalándole sus jugosos 29 votos electorales. Las encuestas, que daban a Biden una ligera ventaja, se equivocaban.

Durante toda la campaña, Florida ha sido uno de los estados que más ha visitado el presidente de Estados Unidos con un solo objetivo: movilizar al casi millón de cubanos que viven en el estado y aumentar la participación de la comunidad latina. La campaña republicana ha azuzado el miedo al socialismo acusando a Biden de ser el candidato del "castrochavismo" para atraer tanto a cubanos como venezolanos. Y, viendo los datos, parece que ha funcionado. Analistas apuntan también al afán de la campaña demócrata a nivel nacional por captar el voto de los blancos desencantados de Trump, olvidando así al electorado latino. Y quizá la clave es esa generalización en el "voto latino", como han demostrado los cubanos y venezolanos en Florida, que se han decantado por Trump.

Arizona, sin embargo, es la otra cara de la moneda latina. Este estado del 'cinturón del sol' ha sido históricamente un bastión republicano que ha pasado, por primera vez desde hace 24 años, a demócrata en estas elecciones. Y lo ha hecho gracias al cambio demográfico: el estado ha vivido un rápido crecimiento urbano, y la población en las grandes ciudades, como Phoenix, y sus suburbios, es cada vez más joven y con una mayor proporción de votantes latinos, uno de cada tres. El cambio del condado deMaricopa (2,6 millones de votos, algo más de la mitad del estado), que engloba Phoenix y sus suburbios, de republicano en 2016 a demócrata en 2020 ha sido lo que ha dado la vuelta al color del estado. Y los latinos el electorado clave.

Foto: Imagen: Laura Martín.

Voto adelantado

Al menos 100 millones de personas han votado antes del 3 de noviembre, ya sea por correo o en las opciones de votar en persona de manera adelantada que pone cada estado. Se trata del mayor voto adelantado registrado en unas elecciones de EEUU (en 2016 fue de 50 millones), fruto del miedo a la pandemia de coronavirus. Por eso el voto por correo y el adelantado son, salvo sorpresas, muy partisanos. Mientras que los republicanos han insistido a sus votantes en que se acerquen a las urnas en persona el 3 de noviembre, los demócratas han potenciado el voto por correo. Y este altísimo porcentaje de voto adelantado (presuntamente muy muy demócrata) ha marcado este recuento electoral de dos maneras: ha retrasado los resultados en aquellos estados que no permiten comenzar a contabilizar los votos adelantados antes de que se cierren las urnas (como Pensilvania, estado clave, mientras que Florida, con mucho más voto por correo, puede empezar a contabilizarlo hasta dos semanas antes) y también ha sido responsable del inicial tono rosado de muchos 'swing states'.

En estos estados clave, como Wisconsin, Michigan y Pensilvania, durante las primeras horas la ventaja de Trump era muy amplia, de 200.000 o 700.000 votos. Sin embargo, conforme avanzaba la madrugada, y por tanto contando los votos adelantados y por correo, la ventaja se fue estrechando. En el momento de escribir estas líneas, Biden ha logrado colocarse por delante de Trump en Wisconsin, y estrechado la ventaja a apenas unas decenas de miles en Michigan y Pensilvania.

Economía vs pandemia

Parece que el duelo de espíritus de EEUU se ha centrado en una dicotomía: economía o pandemia. Un sondeo a pie de urna de Reuters apunta a que lo que ha preocupado a los votantes ha sido, por un 34%, la economía, frente apenas un 18% el coronavirus. Esto podría darnos una pista (errónea, ahora cuento por qué) del éxito de Trump, que siempre se ha vendido como el candidato de la prosperidad económica y el empleo, mientras que los demócratas se han demostrado más preocupados por el coronavirus, que se ha cobrado ya 233.000 vidas en EEUU. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de un sondeo a pie de urna. Es decir, dado que los demócratas han votado en masa por correo o de manera adelantada en lugar de este mismo 3 de noviembre, la estadística está viciada. Lo que está claro es que los demócratas tendrán mucho que reflexionar: aun en el caso de que consigan hacerse con la presidencia, está claro que la base de Trump sigue viva y sigue activa.

La incógnita del cinturón del óxido

El destino de la presidencia de EEUU está todavía pendiente no de un hilo, sino casi de una papeleta de voto. En un escenario que recuerda al de 2016 a la inversa, cuando Hillary Clinton tomó la delantera para terminar atascándose y luego cediendo el éxito a Trump en los estados clave del cinturón del óxido, serán Wisconsin, Michigan y Pensilvania, y su lento recuento, quienes decidirán. Gracias a la victoria en Arizona, Biden todavía tiene opciones si consigue asegurar la victoria en Nevada (que ha detenido durante unas horas su recuento) y hacerse con Michigan y Wisconsin. Trump tiene los ojos puestos en los 20 jugosos votos electorales de Pensilvania. Y si no, pasamos a la siguiente fase: la batalla legal por denunciar los recuentos más ajustados que hayan caído a un lado o a otro de la balanza.

Estados Unidos ha llegado a uno de los escenarios electorales más temidos: un resultado muy ajustado y varios estados donde el recuento se puede prolongar días. Aunque no sepamos todavía el ganador definitivo, estas elecciones nos han dado ya unas cuantas claves:

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