¿Dónde está Juan Guaidó? El chavismo deja claro que es capaz de encontrarle si quiere

¿Dónde está Juan Guaidó?

Era la pregunta que se hacían todos los medios el 24 de enero, el día después de que el presidente de la Asamblea Nacional se autoproclamara presidente interino de Venezuela. Surgieron rumores de que había pedido refugio en la embajada de Colombia y en la de Estados Unidos tras sus declaraciones. Pero apareció dos días después. Dio una fe de vida en la plaza Libertador de Chacao ante una multitud y numerosos medios de comunicación. En los corrillos periodísticos se habla de que nunca se queda mucho rato en el mismo sitio por seguridad. Unas medidas que este jueves quedaron algo rasgadas cuando él mismo denunció que la FAES (Fuerza de Acción Especial de la Policía Nacional Bolivariana) estaba en su casa preguntando por su mujer, Fabiola Rosales.

En plena presentación del Plan País propuesto por la Asamblea Nacional —de mayoría opositora, quienes están dirigiendo la hoja de ruta para sacar a Nicolás Maduro del poder—, Juan Guaidó frenaba en seco y, serio, decía que en ese momento la FAES estaba en su casa preguntando por su mujer. Un lugar donde además, decía, estaba su hija de 20 meses. En ese momento, hacía responsable a la FAES de lo que le pasara a su familia y llamaba a todo el cuerpo diplomático presente y a los diputados a ir a su casa.

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Detrás, iba toda la prensa. Y quienes no estaban allí para poder seguirlos, tuvieron rápidamente su dirección. Pasó de mensaje en mensaje por los chats de WhatsApp. Y de golpe, todos vimos en vivo y en directo dónde estaba, al menos, uno de los lugares de residencia de Juan Guaidó. En algunos vídeos incluso podían verse las matrículas de los vehículos en los que se desplazaban él y su equipo.

“Es una violación de los protocolos de seguridad, ya que como figura pública y en estado de alto riesgo, no debes divulgar tus sitios seguros o de resguardo”, explica el encargado de una empresa de seguridad que prefiere no develar su nombre. Juan Torres (nombre ficticio) se encarga de temas de seguridad de personas en alto riesgo. Prefiere mantener su nombre a resguardo por la situación actual del país y por las características de su trabajo. Sobre lo que ha pasado este jueves con la casa de Juan Guaidó, Torres dice que su equipo de seguridad debió prever que su domicilio iba a ser monitoreado y rastreado “por las condiciones propias de la situación que se está viviendo”.

Un sitio "quemado"

Como medida, dice que es común poner varios sitios alternativos para que no se produzcan ese tipo de contingencias. “Cuando ya tiene esta condición, hay que tomar medidas preventivas. Deber tener varios sitios seguros rotando. Incluso la familia en un sitio, y a él no relacionarlo de modo directo donde se encuentren. Y rotarlo a él de sitio en sitio para que pueda cumplir su rol”. Aunque lo cierto es que no sabemos si esto es algo que ya ha aplicado su equipo de seguridad.

Pero, una vez que la FAES ha llegado al domicilio donde están su mujer y su hija, ¿qué hacer? “Lo mejor era lo que han hecho. Si ya los cuerpos policiales estaban en la residencia, lo mejor era hacerlo público para evitar cualquier amenaza mayor contra sus vidas. Recurrieron a los medios para salvaguardarlo y que se sepa su estado de salud y el de sus familiares”.

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Aunque ahora las consecuencias pueden ser otras. “Hay gente que puede tomar acciones de una manera anárquica, individual. Es un sitio ya descubierto. Deberían tener otro sitio que no se divulgue tan fácilmente o tratar de proteger la dirección. Un lugar seguro, protegido”.

Torres habla de algo que puede parecer una contradicción en un país como Venezuela. Que Guaidó, por ocupar el cargo que tiene, debería tener derecho a protección policial. “Ahora se mueve con seguridad privada, pero es una persona pública y el Estado debería ofrecerle seguridad oficial. Pero, por las condiciones que estamos viviendo, esto no va a pasar”.

Y se queja de las limitaciones que hay en este aspecto en Venezuela. “Está muy limitado el tema de la seguridad personal. Por un lado, el Estado debería proveer esto, pero hay una gran desconfianza en los cuerpos de seguridad del Estado. Por otro, lamentablemente, ahorita está el déficit de capital humano bueno. La seguridad personal privada ha bajado mucho su nivel”.